Siguiendo con mis reflexiones sobre todo lo que llevamos leído y escuchado desde el pasado 21 de noviembre sobre la autonomía leonesa, no consigo comprender el empeño que están poniendo PP y PSOE en negar hasta el mínimo debate sobre el tema.
Pero lo que es tremendamente preocupante ya que demuestra una falta total de sentido democrático y un espíritu totalmente dictatorial de ambos partidos son las reacciones de sus cúpulas directivas en Madrid para coartar la libertad de expresión de sus concejales y cargos electos.
El presidente del PP, Pablo Casado se apresuró a anunciar que “actuarán con contundencia contra los ediles del PP que apoyen la autonomía de León”.
Es cierto que ha habido voces leonesas autorizadas, dentro del PP, que se han levantado en contra de esta imposición pero no es menos cierto que la mayoría han agachado la cabeza y no ha habido ningún debate sobre el tema. Parece que la valiente decisión de apoyar la moción por la Autonomía Leonesa de los concejales de Matadeón de los Oteros (pueblo de la familia paterna de Pablo Casado) molestó especialmente al presidente del PP y no ha tenido un gran apoyo por parte de sus compañeros.
Casi al mismo tiempo, el PSOE, en una carta sin firma, plagada de conceptos manipulados y dirigida a todos sus concejales en la provincia de León, les conmina a no apoyar la moción por autonomía leonesa rematando con la frase “Por tanto por plantear unos acuerdos claramente inconstitucionales y contrarios al modelo territorial que defiende el PSOE esta moción no se puede apoyar”.
Y afirmo que los conceptos están manipulados porque dicha carta dice textualmente: “Confunde el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones con el derecho de la provincia para la gestión de sus propios intereses”, introduciendo el concepto “provincia” que nunca se ha manejado en este contexto ya que la moción presentada no se habla, en ningún momento, del derecho de la provincia de León sino que se habla durante todo el tiempo del derecho a la autonomía de la Región Leonesa con sus tres provincias de León, Zamora y Salamanca”.
Y vamos a desmenuzar algunas de las afirmaciones de la carta socialista que habla de “acuerdos claramente inconstitucionales”. La citada afirmación no sólo carece de veracidad porque la autonomía leonesa se encuentra claramente amparada por el artículo 2 de la Constitución Española (“derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones” obviamente las existentes el 6 de diciembre de 1978) sino que es un exceso verbal y jurídico puesto que no es el Gobierno quien tiene que decidir sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad ni de leyes, ni de peticiones. ¿O es que también, además de no respetar la libre expresión vamos a olvidar la separación de poderes?
Pero lo que realmente es para dejar perplejo a cualquiera es la justificación dada en la carta mencionada para no apoyar la moción, “los acuerdos son contrarios al modelo territorial que defiende el PSOE”. Una, en su inocencia, creía que, en democracia, la soberanía reside en el pueblo y no en los partidos políticos pero, por si estuviera equivocada, acudí al DRAE que, textualmente, nos aclara el tema con cinco definiciones que no dejan lugar a duda:
1: Forma de gobierno en la que el poder político es ejercido por los ciudadanos.
2: País cuya forma de gobierno es una democracia.
3: Doctrina política según la cual la soberanía reside en el pueblo, que ejerce el poder directamente o por medio de representantes.
4: Forma de sociedad que practica la igualdad de derechos individuales, con independencia de etnias, sexos, credos religiosos, etc.
5: Participación de todos los miembros de un grupo o de una asociación en la toma de decisiones.”
Por más que miro y remiro las definiciones, no veo por ningún lado que sean los modelos de los partidos los que tenga que seguir la ciudadanía.
La inmensa mayoría de los que hace años dejamos atrás la cincuentena, recordamos cómo y con qué presiones se consiguieron, en los primeros años ochenta del siglo pasado, los votos de los concejales para que la provincia de León entrara en esta autonomía (a los concejales de las otras dos provincias leonesas, Zamora y Salamanca, les habían “leído la cartilla” desde que se formó la preautonomía). Pero aquellas “irregularidades” por decirlo finamente, fueron llevadas a cabo por un ex-ministro franquista y en un momento en que en España todavía se sentía, en muchos aspectos, el largo brazo de la dictadura.
Ahora, más de cuarenta años tras la muerte del dictador y en una supuesta democracia asentada, nos encontramos con el mismo tipo de actuaciones. Amenazas de represalias, mentiras, manipulaciones y coacciones ¿de verdad conocen lo que significa “democracia” o será verdad la muletilla que repetía machaconamente el dictador de que “todo estaba atado y bien atado?
Tampoco es inocente sino un claro intento de manipulación que algunos políticos, no sólo de PP y PSOE sino también de C’s, hablen de la “independencia” de León y de todos los males que puede acarrear cuando de lo que estamos hablando es de AUTONOMÍA, un derecho CONSTITUCIONAL que se ha incumplido por un inexplicable e inexplicado “interés general”. Pero éste es otro tema que trataremos en el próximo artículo.
Texto: Alicia Valmaseda Merino