A un pueblo lleno de productos de temporada, por lo que esta casa de comidas sabe ahora a pochas, a cangrejo, a calabacín, a tomate… Sin olvidar la exclusiva codorniz de campo de tiro, tan característica de Tierra de Campos y tan poco habitual en Madrid -en plena veda- que la familia Pedrosa prepara estofada desde hace más de 40 años en su buque insignia, Estrella del Bajo Carrión y con el que ahora conquista en la capital
Madrid, septiembre 2021. Si uno cierra los ojos y piensa restaurantes de cabecera Villoldo debería de estar entre ellos.
Y es que a Villoldo siempre apetece volver, es ese restaurante en el que uno aún no ha acabado de comer y ya está pensando lo que pedirá en su próxima visita… Y es que la sucursal madrileña del reconocido hotel boutique y restaurante palentino Estrella del Bajo Carrión tiene algo muy especial: un producto de primera y la tradición por bandera.
Pero la de verdad, la arraigada, porque Pilar Pedrosa lleva 40 años en los fogones y muchas de las recetas con las que conquista ya las hacía su madre María.
Eso sí, no falta el punto de actualidad de la mano de su hijo Alfonso Fierro y juntos hacen un tándem perfecto que conquista a una amplia y variada clientela.
Pues bien, ahora en pleno veroño, Villoldo nos lleva de vuelta al pueblo en el que ‘hemos pasado el verano’ y nos trae lo mejor de la huerta, el mar, el campo, el bosque y los ríosy de sus fogones salen maravillas de temporada como las Pochas guisadas con codorniz o solo con verduras, trabajan con unas pochas tan buenas que hacen también una versión fría, en ensalada, con colas de cangrejo, que llegan directos desde del río Carrión-;el Pisto de calabacín, muy típico de Palencia, lo hacen con mucho calabacín y un poco de tomate, cebolla y ajo, es decir, es un pisto blanco al que es difícil resistirse.
La hortaliza es del huerto propio que la familia Pedrosa tiene en el pueblo de Villoldo, al igual que los espectaculares tomates que ahora están en su punto perfecto y sirven simplemente en rodajas con un poquito de sal y AOVE.Y es que sentarse en una de sus mesas es volver al pueblo, a la sencillez y a los sabores de siempre.
Otro imprescindible de estos días, que solo podrá comerse hasta finales de septiembre, es la codorniz de campo, tan característica de Tierra de Campos y tan difícil de encontrar en Madrid. El Estofado de codorniz de campo de tiro que hace Pilar, bien limpia, eviscerada a la perfección para no encontrar amargor y al chup chup. Una exclusiva delicia que solo se sirve durante unos días porque depende de la veda. Sin duda, una muestra más del producto ‘de origen’ que aquí sirven…
Y junto a estas sugerencias del día, los clásicos de la casa como, las Alubias viudas de la Vega de Saldaña nunca faltan en la comanda -las de este año están a punto de llegar, ya que la familia Pedrosa solo trabaja con legumbre del año-, y están tan demandas que las sirven en tres formatos: tapa, media ración y entera.
Los incondicionales de las verduras tampoco se pierden Nuestra menestra de 7-9 verduras de Palencia y Navarra, que está entre las mejores de Madrid; los Chipirones en su tinta rellenos de sus patas, jamón y huevo llegan todas las semanas desde Santander; y el apartado carnívoro tiene el lechazo churro (IPG Lechazo de Castilla y León) y la ternera palentina como protagonistas.
Con una decoración sencilla y mimada, al igual que sus recetas, y detalles que recuerdan al pueblo -como las fotos de sus paisajes-, Villoldo tiene un ambiente de lo más acogedor. De este modo, cada almuerzo o cena se convierte en una experiencia única, combinación perfecta de su excelente producto y servicio. Porque en esta casa dan de ‘comer’ su propia historia, su filosofía y sus tradicionales recetas…El local tiene capacidad para 32 comensales y un semi reservado para 12-14 personas.
El precio medio es de 45 – 50 € por persona. El horario es de 13:30 a 16:00 y de 20:30 a 23:30 horas. Cierra los domingos todo el día y lunes y martes noche. Y casi toda su carta está disponible para llevar o a domicilio a través de su web www.villoldomadrid.com