Villadangos entregó ayer jueves la medalla de oro de la localidad a la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro.
El acto de concesión de la medalla de oro de la Villa de Villadangos a la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro comenzó a las 11:00 horas en el Auditorio Municipal de Villadangos,
La Cofradía de San Isidoro debe su origen a la victoria alcanzada por el Emperador Alfonso VII de León el 25 de junio de 1147 en Baeza y obtenida con el apoyo del Santo, confirmado en su aparición al rey leonés.
Parece que el mismo rey, conjuntamente con los obispos y condes presentes en tal acontecimiento, tuvieron la idea de constituir una cofradía que solemnizase el suceso y perpetuase el culto de San Isidoro. Alfonso VII años antes de la citada victoria fue el que, todavía siendo un Infante, se salvó en 1111 en la Batalla de Villadangos.
El Abad de la cofradía Hermenegildo López señalaba en su intervención este hecho histórico «Pongámonos en situación: avanzaba pesadamente el otoño del año del Señor de 1111 (buena cifra para no olvidarla, ¿verdad?). El hijo de nuestra reina Urraca, habido de su primer matrimonio con el noble francés Raimundo de Borgoña, acaba de ser proclamado rey de Galicia, desde siempre una especie de antesala y avance de que, en un próximo futuro, será coronado rey de León, el más importante e influyente de la península en aquellos momentos puesto que ya controlaba más de la mitad de los territorios de la misma. Este hecho desborda el vaso de la paciencia del segundo marido de Urraca que constata su imposibilidad de llegar a conseguir el reino de León que tanto codicia.
El resultado de la batalla que muy cerca de aquí tuvo lugar, en el denominado Campo de la Matanza, no necesito relatarlo a ustedes. Es de sobra conocido… y constatado. El llamado Alfonso el Batallador, a quien no debo calificar puesto que lo ha hecho ya la historia y no ha salido muy bien parado, tuvo que retirarse posteriormente a su Aragón natal con lo que nuestro Alfonso pudo más tarde, en concreto en 1126, coronarse rey de León y, en 1135, Emperador de toda Hispania. Apenas 12 años más tarde fundaría, en los escarpes de Baeza y tras la toma de aquel Real nido de Gavilanes el testimonio más palpable de su paso por el reino: esta Imperial Cofradía y mandaría bordar el Milagroso Pendón que nos identifica»
Y finalizaba López su intervención agradeciendo al pueblo de Villadangos la entrega de la medalla de la siguiente forma: «En la parte más alta del mismo, cuelgan, a día de hoy, dos medallas de oro (pronto habrá algunas más): las de la ciudad de León y la ciudad de Baeza, hermanadas para la historia, y, a partir de este momento se suma una tercera que, así lo prometo solemnemente, lucirá al lado de las dos reseñadas, en igualdad de trato y condición, la de esta villa querida de Villadangos que se suma, de este modo, al reconocimiento, no tanto de esta Imperial institución, que seguramente también, sino en la gratitud a quien, por azares de la historia, unió su nombre al de estos lugares que cambiaron, de una manera ciertamente inimaginable, la historia de nuestro país.
Gracias de nuevo por este gesto que nos honra y que, sin duda, honrará también a esta villa. Esperemos y deseemos, al propio tiempo, que este hecho coincida con la definitiva desaparición de los nubarrones que han venido planeando sobre ella, toda la comarca y, en definitiva, sobre nuestro León del alma tan postergado, olvidado y hasta humillado. No podrá ser de otro modo pues vais a contar con la protección especialísima del Santo Isidoro, “el más santo de los sabios y el más sabio de los santos”, el patrono del reino de León elegido por nuestros grandes reyes Sancha y Fernando allá por el año 1063 y que llegó, desde Sevilla a la urbe regia, en medio de grandes milagros. Seguro que aún le queda alguno en su inagotable zurrón. Que sea magnánimo con todos nosotros. Muchas y sinceras gracias»