Desde el evocador crónlech de Almendres hasta el Anta Grande do Tapadão, el verde paisaje alentejano está salpicado de callados testimonios de nuestros antepasados más lejanos.
Miércoles, 6 de noviembre de 2014 – Viajar al Alentejo es hacerlo con la historia como inseparable compañera de camino. Y es que esta encantadora región portuguesa ha albergado presencia humana desde el paleolítico. La abundancia y la calidad del patrimonio que la representan hacen sencillo su descubrimiento, pudiendo encontrar aquí y allí, por todas partes, vestigios que atestiguan la huella del hombre desde época tan lejana.
En esta región están catalogados diversos centenares de monumentos datados en el apogeo megalítico, que tuvo lugar entre los milenios IV y III a. C. Poder explorar los campos de Alentejo y descubrir estos impresionantes monumentos megalíticos es una de las experiencias más gratificantes que puede vivirse en esta región.
Si se dispone de poco tiempo lo mejor será explorar el eje Montemor-o-Novo – Évora – Monsaraz, donde se concentran algunos de sus exponentes más significativos. Tras haber visitado el Núcleo Arqueológico del Convento de S. Domingos (Montemor-o-Novo) o el Centro Interpretativo Megalithica Ebora del Convento de los Remedios (Évora), podrán encontrarse fácilmente excelentes introducciones al tema del megalitismo: en la zona de Évora, la Anta Grande de Zambujeiro, las antas de Barrocal y el menhir y crónlech de Almendres; en la zona de Monsaraz, las antas de Olival da Pega, el crónlech de Xerez y los imponentes menhires de Outeiro, de Belhôa, de Barrocal y de Monte da Ribeira, este último reinstalado en el interior de una bodega patrimonial.
Cabe destacar el crónlech de Almendres, ubicado en la región de Évora. Se trata de un espectacular conjunto de 95 monolitos, algunos de los cuales presentan grabados de cariz esquemático-geométrico o astral. Todavía hay muchas preguntas sin resolver acerca de estos monumentos, pero es probable que tengan fundamento algunas de las teorías que relacionan estos monumentos con el culto a los astros. Excavaciones recientes han demostrado que muchos de los monolitos se encuentran todavía en su posición original y que el monumento data del periodo entre el Neolítico y el Calcolítico. Enmarcado por una exuberante dehesa, ofrece unas excelentes vistas sobre la ciudad de Évora.
También en la región de Évora, vale la pena dar un salto a la villa de Pavia para ver la anta-capilla de San Dinis, curioso ejemplo de cristianización de un monumento considerado pagano.
También es recomendable visitar en el eje Castelo de Vide – Marvão, el Centro de Interpretación del Megalitismo, ubicado en un antiguo polvorín del castillo de Castelo de Vide, el anta de Melriça, el Parque Megalítico de Coureleiros (Anta 2) y el menhir de Meada. En Aldeia da Mata (Crato/Flor da Rosa), al Anta Grande do Tapadão, una de las más bonitas y mejor conservadas de todo el Alentejo.
Pero se podrán ver otros muchos monumentos. Basta con entrenar la vista para descubrirlos asomando entre el verde del campo alentejano. Para ello aconsejamos algunas de las rutas pedestres, ya que la mejor forma de encontrarlos es a través de ellas. De esta forma podrá sentir la alianza milenaria que se creó uniendo el paisaje y el patrimonio.
Sobre Alentejo
Alentejo está situado al sur de Portugal, entre el río Tajo y el Algarve. Es una región extensa y principalmente rural. La belleza de su paisaje y la calidad de su patrimonio arqueólogico, monumental y arquitectónico junto con su excelente gastronomía y sus vinos invitan, sin duda, a descubrir la región. La Promoción de Turismo de Alentejo es co-financiada por los fondos europeos Inalentejo.