El escrito que fue entregado en el registro del Ayuntamiento de León el pasado 27 de octubre.
Ante el cúmulo de inexactitudes y tergiversaciones en que incurre la publicación “El Fuero del Reino y de la ciudad de León” del que es autora Esperanza Fernández Suárez varios colectivos y entidades culturales han dirido un escrito al Alcalde y a la Concejala de Cultura, Turismo y Patrimonio de la ciudad de León, en el que señalan los errores encontrados y les exigen una rectificación en toda regla.
Como quiera que no han recibido el más mínimo comentario ni por parte de la Alcaldía, ni por parte de la Concejalía de Cultura, han remitido el texto completo del escrito presentado a todos los medios de comunicación y la publicarán para general conocimiento, agradeciendo la máxima difusión que puedan dar a la presente denuncia ya que les parece realmente preocupante que desde el propio Ayuntamiento Legionense se tergiverse la historia del Reino de León.
El texto presentado
Sr. Alcalde de León
Sra. Concejala de Cultura, Turismo y Patrimonio de la ciudad de León
Los abajo firmantes, Elías Álvarez Rico, Cristina Esther Rodríguez Crespo, María Rosarío Martínez Domínguez y Alicia Valmaseda Merino, en nombre y representación de las siguientes Asociaciones culturales: Esllabón Lleonesista; “LA PARVA” Plataforma de Cultura y Tradiciones Leonesas, Asociación L’Alderique pal estudiu y desendolque la Llingua Llïonesa y ComunidadLeonesa.ES(Coordinadora de Organizaciones, Asociaciones y Colectivos)
EXPONEN que
Habiendo caído en sus manos el libro titulado “El Fuero del Reino y de la ciudad de León” del que es autora Esperanza Fernández Suárez, con Depósito Legal LE 204-2017 y editado por el Ayuntamiento de la ciudad de León con motivo de celebrarse, este año de 2017, el Milenario del llamado “Fuero de León” o “Decreta Adefonsi Regis et Geloire Regine”, palabras con las que se inicia el citado documento, no pueden dejar de expresar su más profundo rechazo a dicha publicación por los motivos que a continuación detallan.
Nos encontramos, a priori, con una iniciativa digna de aplauso que viene a suplir un vacío institucional ya que ni por parte del gobierno autonómico, ni por parte del gobierno central ha habido ninguna iniciativa tendente a celebrar como se merece una iniciativa jurídica, tomada, ahora hace mil años, por el Rey leonés, Alfonso V “El de los Buenos Fueros” y que convirtió al Reino de León en el país con las leyes más avanzadas de su época, no sólo de la Hispania Medieval sino de toda Europa ya que, no nos cansaremos de repetir, para conseguir muchos de los derechos reconocidos a los leoneses en dicho documento de hace mil años, en Francia, por ejemplo, tuvieron que esperar a la Revolución Francesa, es decir, tuvieron que pasar casi ocho siglos.
Pues bien, con este espíritu de reconocimiento iniciamos la lectura del libro en cuestión y ¡cual no sería nuestra sorpresa! al encontrarnos con algunas “perlas de grueso calibre” que, no sólo no se ajustan a la realidad sino que son claras manipulaciones históricas y lingüísticas.
Sin ser exhaustivos y dejando de lado muchos detalles que pudieran ser dudosos y otros muchos que bien explicados contribuirían a esclarecer mucho más la importancia del Reino de León a los profanos en la materia, citaremos por orden, y con indicación de la página respectiva, las incongruencias más gruesas encontradas con un breve comentario:
Página 4, párrafo 4º, nos encontramos el siguiente texto:
“Destacamos también un manuscrito del siglo XIII por estar escrito en romance. Cuando se promulgó el Fuero, la lengua que hablaba el pueblo en León se parecía más al asturiano o al gallego que al castellano. No existía norma lingüística y una palabra se escribía y se decía de varias formas.”
El párrafo en cuestión es realmente vergonzoso al dar tantos rodeos para, simplemente, ocultar la existencia de la lengua leonesa, primero llamándola “romance” (como si no fueran romances todas las demás lenguas derivadas del latín) y citando seguidamente al gallego y al castellano así como al asturiano que, tal y como dejó escrito Menéndez Pidal, es una de las variantes de la lengua leonesa.
Ocultación mucho más sangrante si tenemos en cuenta que Galicia, Asturias y Castilla, eran en aquel momento territorios dependientes del Reino de León y que el primer testimonio escrito de una lengua romance diferenciada del latín vulgar, es la Nodicia de Kesos, que se encuentra en el Archivo de la Catedral de León y que procede del Monasterio de los Santos Justo y Pastor de Rozuela, hoy desaparecido y que se encontraba en término municipal de Ardón. ¿Cómo es posible que alguien pueda creer que la lengua nacida en el alfoz de la urbe regia legionense pudiera tener otro nombre que no fuese leonés? ¿Cómo es posible que desde la propia ciudad de León se trate de ocultar de un modo tan burdo la existencia de la lengua leonesa?
Página 6:
Se traduce “Regni Ispaniae” por “Reino de España” con la consiguiente confusión que dicha equiparación con el término actual puede crear en el gran público.
Hace un milenio, en los albores del siglo XI, el concepto de “Ispaniae”, además de resultar inusual en un reino cristiano, ya que en muchas ocasiones servía para designar el territorio ocupado por los musulmanes, no tenía equivalencia con la actual España que, no lo olvidemos, sólo es uno de los dos países que ocupan la península ibérica. El norte de Portugal era territorio leonés (y lo siguió siendo hasta 1143) y el propio rey Alfonso V de León, murió de resultas de la herida que recibió en el cerco de Viséu.
Página 8, párrafo 1º:
El final de dicho párrafo es, realmente, increíble, al decir, textualmente, lo siguiente:
“concretamente hasta 1230, año en que se divide el reino en León y Castilla”.
En 1230 fallece Alfonso VIII de León (pues VIII fue y no IX en la línea de sucesión leonesa por una cuestión de simples matemáticas, tras el VII siempre viene el VIII) y en dicho año lo que se produce es la usurpación del Reino de León a sus legítimas herederas, sus medias hermanas las infantas Sancha y Dulce por parte de Fernando I de Castilla que, a partir de entonces, sería conocido como Fernando III cuando, en realidad, es III únicamente en tanto que rey de León.
Fue en 1157 cuando, al fallecimiento de Alfonso VII “El Emperador”, se produjo la división del Reino en León y Castilla.
Página 11, párrafo 3º:
“Alfonso IX su padre y último rey de León…”
Dicha afirmación, que parece dar a entender que el Reino de León desapareció a partir de 1230, no se sostiene de ninguna manera y es una clara manipulación de la verdad y de la historia.
Dejando aparte el hecho de que el infante Juan, tercer hijo varón de Alfonso El Sabio, reinó en León, Sevilla y Galicia como Juan I de León, entre 1296 y 1300, hecho que por si sólo echaría por tierra la afirmación anterior, no es posible que alguien que trata de escribir sobre Historia de León ignore que todos los reyes posteriores a Alfonso VIII de León (IX) se intitularon, como “de León” y el propio privilegio rodado de Fernando El Santo que aparece en la página que nos ocupa, desautoriza el texto citado ya que el mismo rey se identifica en dicho documento como “de Castilla y Toledo, de León y Galicia”.
Página 12, párrafo 2º:
“Alfonso III (852-910), es el “último rey de Asturias” y el primero de León…”
La fea costumbre de cambiar a los reyes su intitulación se repite, en esta ocasión, una vez más ya que ningún rey se intituló como “de Asturias” sino que desde el inicio de la Reconquista hasta Alfonso II El Casto, los reyes se intitularon como “de los astures” y a partir del traslado por dicho rey de la capitalidad a Oviedo, como “de Oviedo”.
“Ordoño II (914-924) convierte a León en la capital del reino y de todo el territorio hispano…”
Fue a la muerte de Alfonso III El Magno, en 910, cuando sus tres hijos se repartieron el reino y García, al trasladar la capital a León, empezó a firmar su documentación como “regnante in Legione” lo que dio lugar al nacimiento del Reino de León. Por no mencionar que la propia afirmación anterior de que Alfonso III es el último de Asturias y el primero de León, echaría por tierra el intento de atribuir a Ordoño II el cambio de capitalidad en el Reino.
Página 20, párrafo 3º:
“A la muerte de Alfonso IX en 1230, el reino de León da paso al nuevo Reino de Castilla y León.”
Sin embargo, el siguiente párrafo nos dice: “Esta unión no supuso el sometimiento de un reino a otro, ni la fusión de los dos…”
Hay que reconocer que aquí, la autora se ha superado con semejantes “perlas” puesto que ¿cómo se pueden hacer dos afirmaciones tan antagónicas en dos párrafos seguidos?”.
Obviando el esclarecedor detalle, por otra parte, de que aparezca con minúscula inicial el Reino de León mientras que el imaginario de “Castilla y León” aparece con mayúscula inicial, dicha frase no puede ser más falsa y manipuladora.
NUNCA, JAMÁS, ningún rey se intituló como de “Castilla y León” sino que siempre se refirieron a ambos reinos por separado y eso fue así desde Fernando El Santo, III de León y I de Castilla hasta Isabel II (ambos inclusive).
Asimismo, a partir de Alfonso XII, hasta el actual rey Felipe VI, los reyes se han intitulado como “de España” pero conservando, en su intitulación extensa los títulos de Rey de Castilla, de León, de Aragón…, siendo el segundo de los más de cuarenta títulos que ostentan los reyes de España.
Sólo a la luz de un intento (otro más) de legitimar, a cualquier precio, incluso el de la mentira, la actual situación administrativa se puede entender semejante frase porque, la otra alternativa, la del desconocimiento supino de la historia, nos parece aún más preocupante en la Directora del Archivo Municipal de León y profesora asociada de la Universidad de León.
Página 21, párrafo 1º:
“En los últimos siglos de existencia del Reino de León, siglos XII y XIII…”
Una vez más, al igual que en la página 11, párrafo 3º, antes comentada, se intenta hacer creer al lector que el Reino de León desapareció en 1230, haciendo caso omiso de todas las evidencias posteriores de su existencia así como del actual escudo de España que en su 2º cuartel exhibe un orgulloso león rampante, representando un reino que, evidentemente siguió existiendo durante el resto de las Edades Media, Moderna y Contemporánea y que, bajo el nombre de “Reino de León”, dividido en las provincias de León, Zamora y Salamanca, llegó hasta nuestros días a través del Decreto-Ley de 30 de noviembre de 1833, conocido como “Ley de Javier de Burgos”.
Pues bien, tras este rápido repaso, debemos expresar nuestro profundo estupor ante la edición por parte del Ayuntamiento de la ciudad de León de un texto tan lleno de mentiras, medias verdades y manipulaciones que, en lugar de dignificar el Milenario de un hito tan importante de la Historia de León y, por extensión, de España y de Europa, sólo sirven para crear mayor confusión y caos y un sentimiento leonés de derrotismo, al tratar de convencernos de que desaparecimos en 1230.
Entendemos que es absolutamente vergonzoso que, con dinero público de los impuestos de los leoneses, se financien publicaciones como la que nos ocupa por lo que
EXIGIMOS
la retirada de dicha publicación, una rectificación en toda regla tanto por parte del Ayuntamiento de la ciudad de León como del Archivo Municipal de León y la publicación de una nueva edición, corregida y rectificada que sirva para el conocimiento, reconocimiento, difusión y puesta en valor de la Historia Leonesa en general y del Fuero de León en particular, y como homenaje al rey Alfonso V y a los leoneses de 1017 que hicieron posible aquel episodio de nuestra historia.
En la ciudad de León, a 26 de Octubre de 2017
Esllabon Lleonesista, “LA PARVA”, Plataforma de Tradiciones y Cultura Leonesa, Asociación L’Alderique pal estudiu y desendolque la Llingua Llïonesa y Comunidad Leonesa. ES (Coordinadora de Organizaciones, Asociaciones y Colectivos)