Tres lustros han pasado desde la pavimentación general del casco antiguo, donde en previsión del posterior soterramiento de cableado, se colocaban las canalizaciones pertinentes para facilitar tal labor en el momento de producirse. A día de hoy seguimos manteniendo los antiestéticos cables de electricidad y otras comunicaciones, colgando de fachadas y cruzando calles de lado a lado.
UPL pide un esfuerzo al ayuntamiento, para que, mediante convenio con las suministradoras se procure un plan para la progresiva eliminación del viejo cableado, que mejoraría además de la estética la calidad del suministro. Este entendimiento que requerimos sería beneficioso para la estética de la ciudad y un estímulo para el turismo, que encontraría una imagen mejorada de la ciudad. Si bien la complejidad de la empresa requiere un tiempo amplio de ejecución, debe plantearse de inmediato, para que su conclusión no se dilate en exceso.
Por afectar a algunos particulares, se hace necesaria de forma paralela, una línea de subvenciones a las comunidades que pudieran verse afectadas, (en algunas reside un solo vecino por las características del inmueble) para que puedan afrontar tanto esta, como otras mejoras oportunas, sin que ello suponga un gran esfuerzo económico.
Siendo el propio ayuntamiento el principal cliente de la suministradora eléctrica y teniendo en su mano cierta capacidad negociadora, sería de esperar, pusiera su empeño en intentar acabar con los antiestéticos cables, en beneficio de la ciudad.