Versión clásica

Fundación Cerezales Antonino y Cinia presenta la exposición «A punto de ser nada».

Una cuestión de reflejos. La Fundación surge ante nuestros ojos después de recorrer un estrecho camino que pareciera ocultarnos deliberadamente su existencia. 

A punto de ser nada. Fundación Cerezales Antonino y CiniaVolvemos a encontrarnos. La Fundación surge ante nuestros ojos después de recorrer un estrecho camino que pareciera ocultarnos deliberadamente su existencia. El edificio aparece, a la derecha, ante nuestros ojos, reflejando un cielo intensamente azul, impertérrito.

En el interior, el suelo de la sala clara también refleja los paisajes en continua transformación que tiene encima.

Lo primero con lo que nos encontramos es una sucesión de plantas que contrastan con la perfección arquitectónica del edificio y que parecieran acercarnos a unos orígenes primitivos.

A punto de ser nada. Fundación Cerezales Antonino y Cinia

Fotografía: Miguel Ángel Herreros

A punto de ser nada. Fundación Cerezales Antonino y Cinia

Fotografía: Miguel Ángel Herreros

Las palabras de Alberto Ruiz de Samaniego van en esta dirección: la conciencia de un habitar incompleto del hombre sobre la tierra: esta es algo que estorba, que no deja hacer al hombre, y el suelo por el que ahora mismo estamos caminando no deja de ser la manifestación de esa resistencia.

Efectivamente, incluir plantas en un espacio tan pulcro no deja de ser el reflejo de un acto de contienda.

A punto de ser nada. Fundación Cerezales Antonino y Cinia

Fotografía: Miguel Ángel Herreros

A punto de ser nada. Fundación Cerezales Antonino y Cinia

Fotografía: Miguel Ángel Herreros

Nos damos la vuelta y observamos el mural de Juan López de piedra de pizarra imitando al tocadiscos. Pizarra negra, como los “agujeros negros” que Irene Grau nos muestra en la otra ala de la sala, y Samaniego nos recuerda: agujeros negros donde agoniza la auténtica vida, tragada por la desidia, la pérdida, el olvido y la oscuridad.

A punto de ser nada. Fundación Cerezales Antonino y Cinia

Fotografía: Miguel Ángel Herreros

Y, al salir de este pozo oscuro, salimos a la mina Nueva Julia, justo detrás de la obra de Grau, ya por fin a cielo abierto, donde podemos respirar un poco mejor y desde donde ya podemos empezar a dirigirnos a las Montañas perfectas de Jorge Yeregui, reflejo de, en palabras de Alfredo Puente, esa nueva época de descarbonización, del pasado en el carbón y la energía térmica; son las nuevas montañas: las montañas perfectas, siempre teniendo presente que lo que se hunde en una depresión, en una mina, en un túnel, en el presente, no deja de ser un reflejo de lo que ocurre con nuestros más profundos deseos.

Antes de volver a salir por la puerta desde donde hemos entrado, nuestra mirada se posa en el Paisaje con ruinas, un bello cuadro que, tal vez, no sea más que el reflejo de esos túneles, minas, agujeros que se resisten para no sucumbir a las redes del tiempo y el espacio.

Quizás, un reflejo de lo que representamos. Quizás, un recordatorio de que estuvimos A punto de ser nada.

Textos: Julio Herreros

Fecha de inicio: 21-06-2021

Fecha fín: 21-11-2021

Lugar: Fundación Cerezales Antonino y Cinia
Cerezales del Condado
León

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