Este icónico automóvil británico representa una época dorada en la historia de la automoción, destacando por su refinado diseño clásico y su motor de seis cilindros.
El Museo de Historia de la Automoción de Salamanca (MHAS) incorpora el impresionante Wolseley 6-110 del año 1963, perteneciente a la colección de José Luis González Vallvé. Gracias a la desinteresada aportación de este coleccionista, este icónico automóvil pasa a formar parte de la exposición permanente del MHAS, convirtiéndose en una pieza clave para mostrar la elegancia británica a los aficionados del mundo del motor; una muestra más de la riqueza cultural y patrimonial que se conserva en la Ciudad del Español.
El Wolseley 6-110 Berlina, de 1963, fue adquirido por este distinguido ingeniero de caminos, canales y puertos, cuya carrera y trayectoria profesional han dejado una huella imborrable en el ámbito europeo y nacional. Este vehículo, uno de los últimos modelos producidos por la renombrada marca británica, se convierte así en un símbolo de elegancia y prestigio en manos de un hombre cuya vida ha estado marcada por la excelencia y la dedicación.
El Wolseley 6-110 Berlina, reconocido por su refinado diseño clásico y su motor de seis cilindros, es testigo del legado de calidad e innovación que caracterizó a la marca Wolseley durante décadas. Con líneas limpias, detalles cromados y una imponente presencia en la carretera, este automóvil encarna el espíritu de una era dorada en la historia del motor británico.
Wolseley fue fundada en 1889 por F. Y. Wolseley, fue adquirida por los hermanos Vickers en 1901 y luego pasó al grupo Morris. En 1930, lanzaron el Hornet, que tuvo éxito hasta la II Guerra Mundial. Sin embargo, después de la guerra, los Wolseley perdieron su identidad y se convirtieron en versiones de los Morris. En 1952, con la formación del grupo BMC, Wolseley se alineó como una versión de lujo junto a Austin, Morris, MG y Riley. La producción cesó en 1975 con el Wolseley Six. Desde 1937 hasta 1965, los automóviles de la policía británica eran Wolseley.
El coleccionista cuenta con una vasta formación y una destacada proyección internacional. Ha sido no solo un líder en el ámbito de la ingeniería y la gestión de infraestructuras, sino también un hombre de familia cuyos valores y legado trascienden generaciones. Su carrera ha abarcado, desde su labor como funcionario internacional en la Comisión Europea, hasta su destacado papel en la promoción del desarrollo regional de Castilla y León y la innovación tecnológica en España y en el ámbito europeo.
Este Wolseley 6-110 no solo fur un medio de transporte para él y su familia, sino también un testigo silencioso de momentos significativos como el bautizo de sus seis hijos; convirtiéndolo así en un objeto de valor sentimental y testimonial de una época y un legado familiar, que ahora podrá ser contemplado en el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca.