Podemos afirmar que dos leoneses llevaron corona imperial, nuestro Alfonso VII, coronado como tal en la Catedral leonesa, el 26 de mayo de 1135, y una leonesa: Berenguela de León en el otoño de 1231.

Berenguela de León, la única mujer en llevar una Corona Imperial
A primera vista, seguro que alguno de nuestros lectores, al observar el nombre, ha podido pensar en otro personaje muy diferente al que vamos a intentar explicar ahora, y no nos sorprende en absoluto, puesto que el nombre de Berenguela o Berengaria fue, en un momento concreto de la Edad Media, muy utilizado en todos los reinos de la Península

Hija del Rey Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla
Así tenemos, por ejemplo, Berenguela de Barcelona, hija de Ramón Berenguer III, conde de Barcelona, y Dulce de Provence, hermana de Ramón Berenguer IV y primera esposa de Alfonso VII, el Emperador; Berenguela de Castilla, hija de Alfonso I de Castilla y de Leonor de Plantagenet, esposa de Alfonso, el Legislador, de León; otra Berenguela de Castilla, hija de Alfonso X el Sabio y de Violante de Aragón que, hasta el nacimiento de su hermano, el infante Fernando de la Cerda, fue la heredera al trono; Berenguela de Navarra, hija de Sancho VI de Navarra y Sancha de Castilla, que casó con Ricardo Corazón de León, etc.
La Berenguela de la que hablamos, sin embargo, es prácticamente desconocida para la grandísima mayoría de los leoneses, pero merece la pena que se le haga un sitio, y no pequeño, en nuestra historia.
Algunos autores la suponen nacida el 12 de abril de 1204, aunque se sabe muy poco a este respecto. Hija de Alfonso IX (VIII) de León y de su segunda esposa Berenguela de Castilla, era, por lo tanto, hermana de los otros cuatro hijos que habían nacido de este matrimonio: Leonor, Constanza, Fernando que sucedería a su padre, y Alonso, el señor de Molina y Mesa; de hecho, la más pequeña de todos ellos.
Situada ya nuestra Berenguela de León, digamos que en 1224 (por lo tanto, con unos 20 años) casó con Jean de Brienne (Jean I), rey de Jerusalén y más tarde regente del Imperio latino de Constantinopla.
Jean era el menor de los cuatro hijos varones que habían tenido Erardo II, conde de Brienne e Inés de Montfaucon y había nacido alrededor de 1170. Como la mayoría de los segundones de una familia importante, estaba destinado a una carrera eclesiástica (algo que el joven rechazó desde un principio) o a forjarse una buena reputación como caballero. Por esta razón se dedicó a frecuentar los torneos más importantes de Francia. Y, a fuer de ser sincero, según las crónicas, no se desenvolvía muy mal.
Como no se trata de reflejar aquí la vida de Jean de Brienne, que fundamentalmente transcurre en Tierra Santa, resumamos la misma para entender el cómo y el porqué de su matrimonio con una infanta leonesa. Su presencia en la Corte de Alfonso el Legislador obedece a las circunstancias siguientes: Tras el fracaso de la quinta cruzada (año 1017), Jean de Brienne, se halla, entre 1222 y 1224, recorriendo las diferentes cortes europeas, por consejo del papa Honorio III, recabando apoyos para encarar un nuevo intento de conquista de los Santos Lugares lo que se conseguirá, con Federico II, en 1228.
Jean de Brienne había sido coronado rey de Jerusalén, en 1210. En realidad estamos hablando de la herencia de su primera mujer, María la Marquesa, fallecida, en 1212, de fiebres puerperales al dar a luz a su primera hija, Isabel, realmente la heredera al trono. Su padre, entonces, ejerce la función de regente hasta la coronación de su hija (Isabel II) que casará más tarde con el emperador Federico II Hohenstaufen.
Así, en 1224 encontramos su rastro en León donde se hacen gestiones para casarle con la princesa Sancha, hija mayor de Alfonso y Teresa de Portugal. Por la fecha sabemos que el matrimonio de Alfonso con Berenguela de Castilla ya había sido anulado e incluso, desde 1217, el hijo de ambos, Fernando III, ya era rey tras la muerte de su tío Enrique y la renuncia de su madre al trono castellano. A consecuencia de ello las relaciones entre Berenguela y Alfonso no pasan por su mejor momento. A pesar de todo, las evidentes dotes de anticipación política y de intriga que siempre caracterizaron a la castellana le hacen ponerse en guardia sobre el peligro que se cierne sobre sus planes de apoderarse del Reino de León a la muerte de su exmarido y para que herede su hijo Fernando.
Naturalmente, si casan a Sancha con el caballero francés, con tanta experiencia y poder incluso en el papado, podría esperarse un nuevo heredero para León. De inmediato urde un plan y oferta, por su parte, a su hija Berenguela, hermana por tanto del monarca castellano y 13 años más joven que Sancha. Jean de Brienne se inclina por Berenguela de León. Pero, en esta decisión, pesó también, sin duda el hecho de que Berenguela de Castilla es hermana de Blanca, casada con Luis VIII de Francia.
Jean de Brienne, en ese momento, está ya en la cincuentena y cuenta con la experiencia de dos matrimonios previos. El primero con María, denominada la Marquesa, hija única de Isabel de Jerusalén y de su segundo marido, Conrado de Montferrato, que ha heredado el patrimonio de su madre, es decir, el gobierno del Reino de Jerusalén que, después de enormes problemas y luchas consiguió retener Jean de Brienne.
En segundas nupcias había casado (1214) con Estefanía de Armenia, hija única de León II de Armenia y de su primera mujer, Isabel, de triste destino puesto que falleció envenenada en el castillo de Vahka (27de enero de 1206).
Estefanía dio a luz un hijo en el 1220, pero tanto la madre como el niño murieron ese mismo año.
La boda entre Jean y Berenguela tuvo lugar en Toledo, en 1224. y, como fruto de esa unión, nacieron cuatro hijos: María de Brienne (1224-1275); Blanca, que murió joven; Alfonso de Brienne (como su abuelo, siguiendo la costumbre leonesa) (1228-1270), que casará con María de Issoudon, condesa d’Eau y que será nombrado por Luis IX de Francia Gran Chambelán. Posteriormente, nació Luis de Acre (c. 1230-1296) que casó con Jeanne, señora de Châteaudun, hija de Godofredo VI, y sobre 1235 vendría al mundo el más pequeño, Juan de Acre (1235-1263), casado con Agnes de Beaumont y que se convirtió en Vizconde de Beaumont, llegando a ser Gran Mayordomo de Francia.
La leonesa Berenguela acompañó a su marido, primero a Aragón y, un documento la cita, en París, el día 3 de agosto de 1224, en una procesión y con su tía la reina Blanca, desde la catedral de Notre-Dame hasta la abadía de Saint-Antoine para pedir la intercesión del cielo para el rey Luis VIII en su lucha contra los ingleses.
Más tarde, siguió a su marido (hemos señalado que algunos de sus hijos vinieron al mundo en la fortaleza de Acre, como demuestra su apellido) hasta los Santos Lugares. En 1225, el emperador Federico II le retira el mando del Reino de Jerusalén, pero Jean de Brienne, a poco de nacer su hijo Luis, recuperará su prestigio siendo elegido como emperador latino de Constantinopla y es coronado, junto con su esposa, la leonesa Berenguela, en el otoño de 1231, en la iglesia de Santa Sofía. A pesar de las dificultades, se mantendrá en el cargo prácticamente hasta el fin de sus días. Algunos autores se aventuran a decir que, en la su etapa final, Jean se habría hecho fraile franciscano, orden a la que había protegido especialmente en sus dominios. Señalan además que el empeoramiento de su salud le habría llevado a tomar la decisión, impulsado, según la leyenda, por un viejo peregrino a quien algunos llegaron a identificar como un enviado del cielo para decidirle a expiar sus pecados.
Así pues, Jean de Brienne, después de una vida harto azarosa y llena de aventuras y de momentos de gloria, falleció entre el 19 y el 27 de marzo de 1237. Contaba, entonces, con 67 años y como monje franciscano, fue inhumado en la iglesia dedicada a San Francisco de Asís que él mismo había ordenado construir durante su reinado. Su esposa, Berengaria, imperatrix Constantinopolitana, Berenguela de León, fallecería pocos días más tarde, en concreto el 27 de abril. Tenía apenas 32 años y había llegado a ser reina consorte de Jerusalén y emperatriz consorte de Constantinopla. Tan lejos había llegado el conocimiento del Reino de León y su influencia… aunque algunos sigan, pertinaces, intentando convencernos de lo contrario.
En resumen y como colofón, podemos afirmar que dos leoneses llevaron corona imperial, nuestro Alfonso VII, coronado como tal en la Catedral leonesa, el 26 de mayo de 1135, y una leonesa: Berenguela de León en el otoño de 1231.
Texto: Hermenegildo López González