El Museo Sierra Pambley, inaugurado en julio de 2006, es un edificio que se encuentra ubicado en la plaza de la Catedral, en un viejo caserón del siglo XIX.
Se ofrece al visitante la posibilidad de recorrer la vivienda de un rico propietario, un buen ejemplo de casa burguesa, que une los recuerdos de dos importantes familias de la hidalguía leonesa con las novedades que incorporó un hombre emprendedor, entusiasmado con el progreso que ofrecían los avances científicos y técnicos de su tiempo.
También la de acercarse a su obra, la Fundación, que ofreció la educación a los niños y jóvenes con menos recursos e impulsó la renovación pedagógica.
El Museo Sierra-Pambley, es un edificio anexo a las dependencias de la Fundación Sierra-Pambley en León. Está situado en la plaza de la Catedral y se encuentra dividido en dos partes:
1.- La Casa, construida en 1848 por Segundo Sierra-Pambley y que conserva la decoración, el ajuar, el mobiliario y la distribución originales, así como los novedosos papeles pintados y las moquetas, los tejidos, la vajilla, la platería …
2.- La Sala Cossío, dedicada a la labor pedagógica desarrollada por la Fundación Sierra-Pambley entre 1886 y 1936, a partir de la fundación de cinco escuelas en zonas rurales y urbanas de las provincias de León y Zamora.
La Casa Sierra-Pambley, erigida en 1848 por Segundo Sierra-Pambley sobre edificaciones eclesiásticas, tiene una fachada regularizada, compuesta por balcones y miradores distribuidos a espacios iguales, con idénticas contraventanas, e impostas que separan los pisos. Está clara la voluntad del propietario de marcar ritmos que contribuyan a la ordenación urbana, ofreciendo a la ciudad un módulo susceptible de ser repetido en otras fachadas.
La vivienda propiamente dicha ocupa las dos plantas superiores, la primera o principal destinada a las estancias públicas, dedicadas a la vida social, y la segunda a las privadas, escenario de la vida familiar.
Cuenta con numerosas habitaciones, dedicadas a usos muy precisos, como corresponde a una casa moderna y bien organizada. Además del núcleo tradicional, compuesto por sala, gabinete y alcoba, situado en el piso alto, la casa cuenta con otras habitaciones, escenario de las distintas actividades de la vida burguesa: sala de música, sala de juego, gabinetes para damas y caballeros, comedores, tocador, despachos, dormitorios de matrimonio, de niños y de huéspedes, y retrete. Habría que añadir la cocina, el cuarto de reunión de los criados, sus dormitorios y su retrete, hoy desaparecidos.
2 . 1 .1 .- Planta segunda
Se articula en torno al comedor de diario, que hace también de zona de reunión sin cumplidos y de distribuidor. Da paso a una enfilada compuesta por el despacho de Segundo, la sala de música y un gabinete, -donde se recibiría a los amigos de confianza-, y a dos grupos de dormitorios.
- Comedor de diario
El comedor de diario, en el que comía la familia, estaba cerca de la cocina, en un lugar bien ventilado y luminoso, y su amueblamiento era muy simple y fácil de limpiar. La sencilla sillería de brazos exvasados, de silueta parecida a la de un barco, es todavía de gusto neoclásico, ya pasado de moda en las grandes ciudades. Las sillas son de las llamadas de Vitoria, ligeras, con respaldos de palos torneados verticales y asientos de enea.
- Tocador
El precepto Corpus sanum in domo sano (Cuerpo sano en casa sana) expresa la preocupación por la salubridad doméstica de los higienistas del siglo XIX. La limpieza corporal y el aseo se asocian, por primera vez, a la salud y a la prevención de enfermedades.
En tiempos de Segundo, el baño se tomaba en bañeras portátiles que se escondían cuando no estaban en uso. Más corrientes eran los baños de asiento, grandes platos sobre los que se colocaba una silla para el bañista, al que un criado enjabonaba y aclaraba.
Antes de que nacieran las redes del alcantarillado, los excrementos se acumulaban en pozos negros o se arrojaban a la calle. Dentro de los dormitorios se instalaban sillas horadadas, que tenían la apariencia de amplios sillones, bajo los cuales se colocaba el bacín.
- Alcoba de matrimonio
Hasta los años treinta del siglo XIX los esposos que gozaban de buena posición económica y social no compartían habitación. El buen tono mandaba que cada uno tuviera sus propias estancias. Sin embargo, la importancia que la burguesía otorgó a la familia, espejo de sus virtudes morales, propició la convivencia de los cónyuges en un solo cuarto, presidido por la gran cama –símbolo de la institución del matrimonio-, circundada por las mesillas de noche, la cómoda, el tocador, el armario de luna y el lavabo.
- Despacho de Segundo Sierra-Pambley
En el siglo XIX se produjo el despegue de las profesiones liberales, ocupaciones propias de los segmentos sociales acomodados. Segundo, se tituló en Leyes, y aunque no ejerció como abogado dedicó una de las estancias de la Casa al despacho de sus negocios.
- Sala de música
Los saraos nocturnos menos solemnes tenían lugar en esta sala. Era el espacio adecuado para reuniones que agrupaban a varias familias, cuyas hijas mostraban sus dotes de pianistas y cantantes, cultivadas por el obligado profesor de música.
- Gabinete
El gabinete es la salita en la que se pasaban las tardes junto a la dueña de la casa. Sus amigas, acompañadas o no por maridos e hijos, acudían a acompañarla los días en los que recibía.
- Alcoba
El conjunto de muebles que se presenta en esta habitación procede de la casa que la familia Fernández-Blanco poseía en Hospital de Órbigo. En el siglo XIX la heredó Pedro Fernández-Blanco, hermano de Francisco Fernández Blanco, que la amuebló conforme a los preceptos del buen gusto y del confort vigentes entre los jóvenes cosmopolitas seguidores de la moda.
- Cuarto de los niños
Los niños del siglo XIX no tenían cuartos individuales, sino un dormitorio grande, en el que permanecían hasta la pubertad, compartiendo a menudo cama con sus hermanos.
El cuarto de los niños está alejado del despacho y de los salones. En él jugaban y estudiaban, alejados de los mayores, en cuyas actividades no se mezclaban si no era con autorización expresa. Los muebles son sencillos, y los colores de la decoración, suaves.
- Alcoba de las columnas
Según la tradición familiar, era la habitación reservada para los invitados, pero su situación entre las habitaciones de los criados y la de los niños hace pensar que pudo haber estado destinada a los dueños de la casa.
- Infraestructuras domésticas
Los avances científicos y técnicos mejoraron las condiciones de la vida en el interior de las casas y transformaron las costumbres y horarios de sus habitantes. La mejora del rendimiento lumínico de las lámparas –quinqués, lámparas de gas, lámparas de arco voltaico- independizó la jornada de trabajo y de ocio de la luz solar a costes aceptables. El calor
hizo confortables las estancias. Y la cocina económica ahorró combustible y redujo el tiempo de preparación de los alimentos.
2.1.2 – Planta principal
Se llamaba cuarto principal a la planta de la vivienda que reunía las salas en las que se recibía protocolariamente. Estaba amueblada y decorada con lujo, ya que era espejo de la posición económica y social de sus propietarios: las estancias se organizaban en enfiladas, unas a continuación de las otras, de manera que pudieran formar un espacio continuo que albergara a los numerosos invitados de los bailes y los saraos.
- Despacho de Don Paco Sierra
Francisco Fernández-Blanco y Sierra-Pambley o Don Paco Sierra, no habitó la casa de su tío. Se reservó las estancias inmediatamente contiguas al zaguán de entrada del cuarto principal, en las que instaló un despacho, un retrete moderno con agua corriente y un austero dormitorio.
- Dormitorio de Don Paco
De honda raigambre liberal y republicana…, volteriano, de espíritu progresivo y abierto a todos los adelantos e innovaciones tratándose de cosas públicas y generales, era don Paco Sierra, en cuanto se trataba de sus asuntos personales la encarnación misma del respeto ciego al pasado, de la oposición sistemática a todo cambio…Aunque en los últimos años de su vida el automóvil estaba ya incorporado a la vida diaria, nunca quiso utilizarlo para sus viajes. Azcárate, Pablo de. La Fundación Sierra-Pambley. En “Papeles de Son Armadans”. Madrid: Palma de Mallorca, 1964.
- Retrete
El retrete fue añadido a la vivienda por Don Paco hacia 1912.
El inodoro, o retrete a la inglesa, se conoce en España desde los años cuarenta del siglo XIX, aunque su creación se remonta a la Inglaterra de la segunda mitad del XVIII.
Se caracteriza por estar provisto de una cisterna, desde la que se descarga el agua que elimina las deposiciones, y de un sifón que es la tubería de desagüe curva que siempre queda llena de agua limpia, evitando que se extiendan los olores del alcantarillado.
- Biblioteca
La biblioteca familiar está formada en su mayor parte por obras de los siglos XVIII y XIX, aunque también se pueden contemplar ejemplares de los siglos XVI y XVII, que fueron adquiridos por Felipe Sierra-Pambley y Marcos Fernández-Blanco, abuelo y padre de Francisco Fernández Blanco. Cuenta con 406 títulos y 901 volúmenes.
Los temas por los que está formada son: políticos, jurídicos, sociales, históricos, filosóficos, y en menor medida obras literarias y religiosas.
- Sala de juego
El billar francés apareció durante la Restauración francesa. En el siglo XIX era el ejercicio favorito de los caballeros. Éste conserva las bolas de marfil, los tacos de tejo y la taquera, así como la lámpara horizontal que ilumina toda la mesa por igual. Desde la sillería se observaban las partidas.
- Sala de fumar
Forma parte, con el billar, del conjunto de salas de uso masculino. Esta disposición de las estancias está relacionada con el modelo victoriano inglés, que reserva para los gentlemen el Billiard Room y el Smoking Room.
- Antesala
Las antesalas actuaban como distribuidores, a la vez que daban amplitud y empaque a las salas a las que precedían. En ellas se depositaban numerosas luces –quinqués y candeleros- con sus despabiladeras, que los criados encendían antes de preceder a sus amos o a los convidados por los salones.
- Sala
Además de servir de salón de baile y de gran sala de reuniones, se proyectó para albergar una mesa de comedor extensible, a la inglesa, que la convierte en comedor de gala.
- Sala de compañía
Destinada a las señoras, el papel pintado de las paredes ostenta los colores que el gusto de la época relacionaba con la feminidad: blancos y platas. La sillería es más baja y envolvente que la del resto de las estancias. Destacan entre otros, dos muebles de uso femenino: el escritorio o bonheur du jour y el costurero, novedad destinada a representar el papel reservado a la futura esposa en la vida familiar.
- La decoración
La decoración interior de la Casa debió de sorprender, por su modernidad extrema. El estilo tradicional, heredero todavía del Imperio francés, se abandonó en favor de las nuevas corrientes historicistas francesas y, en menor medida, inglesas. Los materiales tradicionales dejaron paso a las moquetas, los papeles pintados y las tapicerías capitoneadas.
- Entre la razón y la fe
Las familias Fernández-Blanco y Sierra-Pambley eran creyentes en el Catolicismo, como así lo demuestran las capillas instaladas en las casas de Hospital de Órbigo y de Villablino, dedicadas a Santa Victorina y a San Esteban, respectivamente.
Por otra parte, Don Paco Sierra creyente al igual que sus antepasados, pensaba que la educación y la religión eran cuestiones diferentes, y por lo tanto, la enseñanza de religión en alguna de sus escuelas fue una respuesta a la demanda de la población donde estuvieran ubicadas.
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3 Sala Cossío
Está destinada a mostrar la obra docente de la Fundación Sierra-Pambley, tras su creación por Francisco Fernández Blanco y Sierra Pambley bajo los auspicios de Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Manuel Bartolomé Cossío. Esta institución implantó, en un conjunto de escuelas dedicadas a la formación de niños y de profesionales, el método educativo intuitivo y experimental, no memorístico, propugnado por los responsables de la Institución Libre de Enseñanza.
Los materiales expuestos revelan los orígenes intelectuales de la Fundación, quiénes fueron sus creadores, patronos y profesores, cómo se construyeron sus edificios y cuál fue su equipamiento.
La historia de la Fundación se relata a través de documentos procedentes de su Archivo, fotografías, estampas, materiales educativos, trabajos de los alumnos de las escuelas primarias, y de las de agricultura, industrias lácteas, carpintería y forja y de libros y monografías de su Biblioteca. Se hace especial hincapié en la aplicación de las innovaciones de la industrialización a los sectores más importantes de la economía leonesa, y en la contribución de la Fundación a su mejora.
- La Fundación Sierra-Pambley
Fue creada por Francisco Fernández-Blanco y Sierra-Pambley, o Don Paco Sierra, en 1887 para dirigir las cinco escuelas que fundó en las provincias de León y Zamora entre 1886 y 1903. Se basaban en los métodos educativos y pedagógicos desarrollados por la Institución Libre de Enseñanza, cuyos máximos representantes (Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo Azcárate y Manuel Bartolomé Cossío) fueron junto con Don Paco Sierra, los otros patronos fundadores de la Fundación Sierra-Pambley.
- Europa en la Fundación Sierra-Pambley
En las escuelas Sierra-Pambley fueron muy importantes las influencias europeas de finales del siglo XIX y principios del XX. Tanto es así que sus profesores acudían a los centros industriales y a las escuelas francesas e inglesas para ampliar su formación. Estos viajes estaban financiados por la Fundación y tras el período formativo, los profesores regresaban y enseñaban en Sierra-Pambley los métodos que habían aprendido en el extranjero. Por ejemplo: Juan Alvarado (profesor y director de Sierra-Pambley en Villablino) estudió bacteriología de las industrias lácticas en la Estación Lechera de Surgères y su hermano Ventura (profesor de Sierra-Pambley en Villablino) se formó en la Escuela Nacional de Lechería de Mamirolle en el curso 1894-1895. Incluso Don Paco Sierra acudía a las exposiciones universales de París con el objetivo de adquirir nuevas máquinas y herramientas para la explotación de las tierras y de la ganadería.
- La Institución Libre de Enseñanza
Fue fundada en Madrid el 10 de marzo de 1876 por un grupo de profesores universitarios: Gumersindo Azcárate, Francisco y Hermenegildo Giner de los Ríos, Joaquín Costa,…, quienes defendían la libertad de cátedra.
La ideología de la Institución se define en su Reglamento como ajena a todo espíritu e interés de comunión religiosa, escuela filosófica o partido político. Nació para reformar la educación española, y para ello, en 1878 fundó una escuela de formación primaria en la que utilizó el método intuitivo y experimental, no memorístico, tan característico de la Institución Libre: se eliminaron los libros de texto, en favor de las lecturas y los apuntes, se fomentó el uso de la biblioteca, se promovieron las excursiones,…
Todos estos aspectos quedaron reflejados en la publicación del BILE, el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, cuyo primer número se publicó el 7 de marzo de 1877 y que se abría con una declaración de
principios. Con el tiempo, el BILE fue una de las mejores revistas de pedagogía del panorama nacional.
- Los institucionistas
Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo Azcárate y Manuel Bartolomé Cossío fueron los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza y varios años más tarde junto con Don Paco Sierra, de la Fundación Sierra-Pambley.
Francisco Giner de los Ríos (1839-1915). Fue catedrático de Filosofía del Derecho y de Derecho Internacional en la Universidad Central de Madrid. En 1876 fundó la Institución Libre de Enseñanza para reformar la educación española. Entendía que para transformar la sociedad era necesario comenzar educando a los más pequeños, por ello desarrolló una escuela en la que la cultura general y la teoría debían formar parte de la técnica y en la que el maestro debía educar antes que instruir.
Gumersindo Azcárate (1840-1917). Fue catedrático de Legislación Comparada en la Universidad Central de Madrid. En 1876 fue otro miembro fundador de la Institución Libre de Enseñanza. Tras la muerte de Don Paco Sierra en 1915, ejerció como presidente del Patronato de la Fundación Sierra-Pambley.
Manuel Bartolomé Cossío (1857-1935). Fue catedrático de Pedagogía Superior de la Universidad Central de Madrid. Estuvo muy ligado a la Institución Libre de Enseñanza, de la que era miembro. Se le considera además, el primer pedagogo nacional, puesto que defiende en sus teorías que el niño debe desarrollar su intuición y que el maestro debe tener una formación pedagógica antes que científica.
- El método de enseñanza
El método de enseñanza en las escuelas Sierra-Pambley se basaba en dos supuestos:
- La Escuela Nueva, introducida en España por Manuel B. Cossío, que defendía el desarrollo de la intuición y la práctica de la actividad física y mental en el niño y,
- El método socrático, en el que a través del diálogo y de la conversación el alumno desarrollaba unos conocimientos razonados.
Para conseguirlo, en las escuelas se prescindían de libros de texto en favor de los apuntes del maestro, se fomentaban las lecturas de consulta en la biblioteca, se realizaban experimentos en el aula y fuera de ella que demostrasen lo impartido en la clase, utilizaban novedosos métodos audiovisuales, como la máquina de cine para ampliar lo enseñado en el aula, e incluso por influencia de Cossío se introdujo el aprendizaje de idiomas.
- Los profesores y las escuelas
Los maestros de la Fundación Sierra-Pambley eran hombres cultos, de carácter sólido, elegantes, solidarios, correctos en sus maneras y moralmente íntegros. Además de estas cualidades debían estar dotados de una amplia formación. Pero, a la hora de seleccionar a un profesor, no se buscaba sólo la experiencia, sino también la inteligencia, la valía y la cultura. Algunos fueron prometedores jóvenes que maduraron mientras formaban a sus alumnos, aprendizaje que les permitió ocupar puestos de responsabilidad. Y todo ello porque, quizá el valor más importante para seleccionar al educador, era la vocación.
Don Paco Sierra fundó entre 1886 y 1903 cinco escuelas en diferentes localidades de las provincias de León y Zamora. Todas ellas destacaron por su adaptación a los recursos de la zona y a sus características socioeconómicas. La educación impartida en ellas y el material escolar era íntegramente gratuito y facilitado por la Fundación. Las escuelas se edificaban en locales limpios, bien ventilados y orientados para preservar la salud de sus alumnos y maestros para aumentar el grado de satisfacción cuando se iba a la escuela.
La primera que fundó fue en Villablino (León) en 1886. Tenía dos secciones, la de Comercio, que preparaba a sus alumnos para ingresar en la Escuela Oficial de Comercio de León, y la de Agricultura, que se especializó en lechería, quesería y mantequería.
La segunda, en Hospital de Órbigo (León) en 1890 para impartir la ampliación de instrucción primaria, al igual que la escuela de Villameca (León) y la de Moreruela de Tábara (Zamora) –fundadas en 1894 y 1897, respectivamente-, además de la especialización en agricultura. Finalmente, en 1903 fundó la Escuela Industrial de Obreros de León, que enseñaba a sus alumnos oficios en proceso de mecanización como la carpintería, la forja y la cerrajería.
- La Guerra, la Dictadura y la Democracia
El 28 de agosto de 1936 el Gobernador Civil de León ordenó la incautación de los bienes de la Fundación Sierra-Pambley. Más tarde, en 1938, se nombró un Patronato dirigido por el Obispado.
En 1977 con motivo de la llegada de la Democracia, Justino de Azcarate inició las gestiones para que la Fundación se entregara al Patronato formado por los herederos de los miembros que lo integraban en 1936. Finalmente, el 11 de enero de 1979 se realizó el acto de entrega de las instalaciones y el patrimonio.
Datos de Interés
Horario.
Martes a domingo: 11.00 a 14.00 y 17.00 a 20.00 horas. Cerrado: Todos los lunes, 1 y 6 de enero, 24, 25 y 31 de diciembre y los festivos locales (24 de junio y 5 de octubre).
Localización.
C/Sierra Pambley 2. CP: 24003. Situado en pleno centro histórico de la ciudad de León, junto a la catedral, este edificio acoge la sede principal de la Fundación Sierra-Pambley. En él se encuentran la famosa Biblioteca de Azcárate, el Museo Sierra-Pambley, el Archivo de la Fundación y las aulas de los Cursos de español.
Tarifas
Casa. Entrada individual: 3 €. Menores de 18 años y mayores de 65 años: 2 €. Grupos (de 8 a 10 personas) 2 €
Entrada gratuita: Grupos escolares, menores de 14 años, miembros del ICOM y de instituciones museísticas, estudiantes y voluntariado que lo acrediten y los días 18 de mayo, 12 de octubre, 6 de diciembre y los últimos martes de cada mes.
Sala Cossío: Entrada libre y gratuita.
Reservas para grupos: Se realizan visitas guiadas a la Casa para grupos, entre 8 y 10 personas, previa reserva:
- por teléfono: 987 276 775
- por Internet museo@sierrapambley.org
Normas de acceso:
Taquillas
Deben depositarse en las taquillas las mochilas (de todos los tamaños), bolsos, paraguas, paquetes, y cualquier otro objeto de dimensiones superiores a 30 x 35 cm. El museo no se hace responsable de los artículos depositados.
Niños
- Deberán ir siempre acompañados por adultos.
Animales
- Está permitida la entrada a perros guía.
Cámaras
- No se permite efectuar fotografías ni grabaciones de video.
Alimentos y bebidas
- No está permitido entrar con alimentos o bebidas al museo.
- No está permitido fumar en el museo.
No está permitido tocar el mobiliario, los objetos o los papeles pintados. Todos los visitantes tienen derecho a disfrutar del museo. Por favor, colaboren con nosotros en su conservación.
Fuente y más info: http://www.sierrapambley.org