Fotografía: Museo de Pintura Medieval de Santa Clara
La documentación más antigua que se conserva del Real Convento de Santa Clara de Salamanca data de 1238. Pocos años después, entre 1245 y 1250, fue consagrada su iglesia. El resto de dependencias terminarían de configurarse en las décadas sucesivas.
Después de una importante intervención llevada a cabo por la Fundación Las Edades del Hombre este convento se ha transformado en Museo de Pintura Medieval. Además de admirar el conjunto de pintura mural y la techumbre con policromía que cubría la iglesia, obra en ambos casos de finales del siglo XIV, podrá recorrer sus dependencias más destacadas y admirar las obras de arte y objetos devocionales que pertenecieron a las religiosas.
Fotografía: Museo de Pintura Medieval de Santa Clara
En este coro bajo se reunían las monjas a diario para rezar el Oficio Divino, escuchar la Santa Misa que celebraba el sacerdote en la iglesia y tratar asuntos importantes de la comunidad.
Sus pinturas murales datadas en su mayoría hacia 1380 narran un programa iconográfico muy amplio. Puede observarse a San Francisco de Asís, Santa Clara, San Antonio de Padua, santos fundadores y especialmente representativos de otras órdenes, como Santo Domingo y San Jerónimo, y mártires, como San Cristóbal o San Sebastián.
El coro alto, utilizado por las religiosas para el oficio nocturno, acoge un nutrido número de obras pictóricas y escultóricas que nos acercan a la vida de la comunidad de monjas clarisas que habitó durante ocho siglos este edificio. A las obras que ellas han conservado a lo largo del tiempo se han sumado otras procedentes del convento hermano de Santa Clara de Ciudad Rodrigo.
Desde él se accede a la techumbre de madera confeccionada en par y nudillo y dotada de un gran preciosismo. Fue instalada para cubrir el templo a finales del siglo XIV, aunque con el paso de los siglos fueron necesarias reformas y añadidos.
Finalmente, visitamos la parte superior del torreón, que se alza en el ángulo noroccidental del conjunto y constituye la parte más elevada del edificio. Fue edificado entre los años 1727 y 1728 y hoy es un espléndido mirador sobre la ciudad de Salamanca. La panorámica de izquierda a derecha permite contemplar el convento de San Esteban, la Catedral Nueva, la espadaña de la Universidad de Salamanca, el palacio de Anaya, la iglesia de San Sebastián, la Clerecía y Universidad Pontificia, la iglesia de la Purísima o la iglesia de San Martín.