El proyecto de modernización de la Estación de Autobuses de León fue presentado el 4 de marzo de 2019 por el consejero de Fomento y Medio Ambiente, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, y el entonces alcalde de León, Antonio Silván, dos meses antes de las elecciones municipales.
El proyecto de reforma de la Estación de Autobuses de León fue presentado con gran despliegue de medios en la tarde del 4 de marzo del pasado año. En comparecencia ante los medios de comunicación este proyecto de mejora de los servicios de la estación de autobuses de León incluía las obras de reforma y modernización y la concesión de la explotación y gestión del servicio. En esa misma rueda de prensa se anunciaba que el BOCyL publicaría la salida a información pública del estudio económico-financiero y del proyecto de obras, con el que comienza el proceso de contratación, que contempla un presupuesto para la reforma y modernización de la estación cercano a los 5 millones de euros.
Un año después de la presentación, dos meses antes de la campaña electoral que apearía de la Alcaldía de León a Antonio Silván, la estación de autobuses sigue igual de obsoleta y tercermundista. La promesa electoral del gobierno popular de la Junta de Castilla y León, se quedó en eso: en una promesa electoral.
La estación de autobuses de León fue terminada de construir por la Junta de Castilla y León en 1984. Para su construcción, el Ayuntamiento de León cedió gratuitamente la parcela sobre la que se ubica. En el 2019 expidió 102.858 billetes y por ella pasaron 1.588.628 viajeros.
El proyecto, según señalaba la nota de prensa del servicio de comunicación de la Junta de Castilla y León, preveía un nuevo acceso, con puertas automáticas y un vestíbulo cortavientos, un ascensor adaptado, taquillas e información también con puestos adaptados, renovación de aseos con cabinas accesibles y cuatro plazas de aparcamiento reservadas para personas con discapacidad.
El proyecto presentado el 4 de marzo de 2019 establecía tres objetivos básicos que deberían incorporarse en la nueva infraestructura: su adaptación total a las personas con discapacidad, la confortabilidad del viajero y la mejora de la eficiencia energética del conjunto.
Igualmente, la reforma y modernización incluía cambios en la gestión de la venta de billetes, con la combinación de taquillas tradicionales y máquinas expendedoras situadas en el centro del vestíbulo, atendidas por personal de la estación para hacer más fluidas las ventas en las horas punta con alta afluencia de viajeros. Es importante destacar la instalación de soportes de gestión, control e información de usuarios y tráfico, basada en componentes TIDS (Traveler Information Display Systems), mejoras en los sistemas de audio y nuevos servicios TIC al servicio de la ciudadanía (Red Wifi y zonas de carga por USB).
En la misma línea, se preveía una reordenación de los espacios comerciales y administrativos, situándolos en el perímetro del vestíbulo general, homogeneizando el aspecto formal de los locales, renovando la imagen exterior haciéndola más funcional y moderna.
El proyecto, según fue hecho público hace ahora un año, mantenía los puntos de acceso y salida de autobuses, pero pretendía evitar que fueran lugares de fácil acceso para peatones; así pues, se proponía igualmente la colocación de nuevas puertas correderas automatizadas telegestionadas desde la terminal que permitieran realizar las maniobras de apertura y cierre de la estación fácilmente.
Para disponer de más espacio en el patio de dársenas, se eliminaba el actual edificio de facturación que se encuentra en desuso, quedando así una mayor reserva de espacio libre para futuros usos y mejorando la visibilidad sobre el acceso rodado de autobuses desde la sala de operaciones de la terminal.
Por otro lado, en el acceso se preveía colocar la barrera de control de acceso en horario de apertura de la estación retranqueada unos 12,50 metros en el recinto de la estación para facilitar la circulación del tráfico rodado en la Avenida del Ingeniero Sáenz de Miera mientras se produce el acceso de los autobuses. En la zona de salida de autobuses se colocaría la barrera ajustada al paso de la puerta corredera para no dejar espacio de paso para los peatones.
En definitiva la propuesta buscaba que la intervención en el actual conjunto de la estación de autobuses de León fuese notable; que se renovara totalmente el aspecto que presenta, con parámetros en color blanco, dotándole de un aspecto actual de nuevo edificio con una propuesta de arquitectura racional y organizativa del conjunto. Se vendía a los leoneses un estación de autobuses moderna, adaptada a las necesidades del siglo XXI.
Esta actuación, que se presentó hace ahora un año, se enmarcaba en un ambicioso programa de modernización de las estaciones de viajeros de titularidad autonómica que la Junta de Castilla y León había iniciado en esa legislatura. Como consecuencia de ese programa de modernización se encuentran finalizados los trabajos en la terminal de viajeros de Santa María del Páramo, Bembibre y Astorga, mientras que la de Salamanca está pendiente de inauguración oficial.
Un año después de este anuncio el aspecto de la Estación de autobuses de León no puede se más deprimente y desolador.
Presenta un aspecto totalmente obsoleta, y descuidada, sin cafetería y con prácticamente todos los locales comerciales cerrados, salvo el estanco y una tienda «Exit».
Además la actual estación leonesa de autobuses carece de algo tan básico como marcadores electrónicos, supliendo esa carencia con unos cutres carteles plastificados que indican los destinos en las diversas dársenas. Tanto las dársenas como el exterior de la estación de autobuses presenta una deficiente iluminación. El máximo exponente de la situación decrépita en que se encuentra son los baños, por llamarlos de alguna forma, que merecen un artículo aparte.
Nada nuevo a lo que la Junta de Castilla y León tiene acostumbrados a los leoneses.