El acto organizado por Turiskopio acercó la experiencia de profesionales que han innovado para ofrecer nuevos servicios y experiencias, haciendo de su negocio algo único.
Bajo el título, “Pesca donde hay peces, el viaje del cambio” tuvo lugar la séptima edición de Turistopía, un evento profesional que ha congregado por séptimo año a experimentados y pioneros profesionales del sector turístico en una clara apuesta por el turismo y la innovación.
La inauguración del evento estuvo a cargo del Ayuntamiento de Bilbao y Jon Ruigomez, director del Itsasmuseum Bilbao.
Turistopía ha presentado las ponencias de Carlos Sánchez, Innovation Knowledge and Project Manager de MAPFRE y autor del primer libro sobre el diseño de experiencias turísticas en nuestro país. Sánchez, contó su experiencia en el desarrollo de proyectos y experiencias como mentor de más de 100 startups de turismo en aceleradoras de turismo.
Luis Sanz, Propietario del Molino Tresgrandas, habló de su experiencia como gestor de este que creativo proyecto que ha recibido numerosos premios a la innovación y ha sido objeto de gran presencia en los medios de comunicación a lo largo de 25 años de éxito.
Otra ponencia relevante en esta edición ha sido la de Taig Mac Carthy, emprendedor en serie y director de Eywa, que ha compartido su experiencia como fundador de Gik Live, una empresa que en tres años se ha convertido en la bodega de más rápido crecimiento del siglo.
Iker Fernández, director de la Escuela Self Coaching 360, abordó las dificultades y las oportunidades que ofrece tomar control sobre las decisiones para crecer en el aspecto profesional y en el plano personal.
El acto también ha contado con la presencia del Director General de Negocio de PANGEA, The Travel Store, Daniel Puertas, que explicó el origen de la idea, su experiencia, modelos de negocio y factores de diferenciación de esta propuesta disruptiva, la agencia de viajes más grande del mundo.
Como colofón final a este evento, Joseba del Valle fundador de la Asociación Cultural Sad Hill, ha relatado su experiencia en recuperar el cementerio de Sad Hill, set original de la mítica película «El bueno, el feo y el malo» convirtiéndolo en un atractivo turístico internacional.