Versión clásica

Túnez decide dar mayor protagonismo al turismo cultural e histórico

Un recorrido por la historia de Túnez

Fenicios, cartagineses, romanos, bizantinos, árabes, turcos, españoles, franceses… Para entender la realidad de Túnez basta con hacer un repaso por su vasta historia

Tras la victoria del proceso democrático de Túnez en las pasadas elecciones del 23 de Octubre, un nuevo futuro se abre para el sector turístico del país. En este sentido, las instituciones turísticas interinas se preparan para dar mayor protagonismo al turismo cultural e histórico ante el de sol y playa, mucho más consolidado. La identidad tunecina solo se entiende viendo las numerosas civilizaciones que a lo largo de la historia se han asentado en el territorio y han dejado su vasto patrimonio cultural en la variada realidad geográfica del país.

Un viaje a Túnez puede ser la mejor manera de entender la historia de Europa en general, y los pueblos del Mediterráneo en particular. Fundada por los fenicios, Túnez está llena de huellas del pasado que nos evocan constantemente a la grandeza de un territorio que ha sido cuna de los grandes cambios sociopolíticos de los países árabes hasta la actualidad, gracias a su inmejorable situación geográfica.

Una posición estratégica en el Mediterráneo que tenía sus ventajas, pero que también la convertía en pieza codiciada para los pueblos conquistadores. Los albores de Túnez hay que localizarlos en el 814 A.C., cuando se funda la ciudad de Cartago, capital del imperio cartaginés durante más de 600 años hasta que las Guerras Púnicas que dieron comienza en el 264 A.C. la arrasaron. Por aquella época, Roma eligió a Utica como centro neurálgico del imperio en África, lo que le valió alcanzar un gran desarrollo urbano, con la construcción de calzadas, acueductos y otras edificaciones. De ahí el vasto legado romano en prácticamente todo el territorio tunecino: coliseo de El Djem, Dougga, Thuburbo Majus, Sbeitla, etc.

Con un breve periodo de dominio vándalo y bizantino (siglo IV), sería el árabe el siguiente gran pueblo de la humanidad en controlar todo el norte de África y, por supuesto, Túnez.

España también ocupa un lugar preferente en la historia tunecina. El ejército español del emperador Carlos V ocupó el puerto de La Goulette en 1535 para asentar su base naval. Durante 40 años fue posesión española hasta que en 1574 los turcos recuperan Túnez. Fue una época en la que la división tunecina contaba con personajes tan ilustres en sus filas como Miguel de Cervantes o Garcilaso de la Vega. ¿Otras curiosidades que relacionan a España con Túnez? La región de Tozeur también es conocida como Quastilya o Castilla, por ser “el país de los castillos” cuando los Arabes descubrieron que en épocas romanas la región contaba con gran abundancia de castillos y fortificaciones; o la ciudad de Testour, hogar de los moriscos que fueron expulsados de España alrededor de 1609 y en donde se pueden encontrar vestigios de este asentamiento andalusí.

Siguiendo por la historia de Túnez llegamos a 1883, cuando el pueblo turco firma el Tratado del Bardo, traspasando el dominio del territorio a manos francesas, convirtiéndose en protectorado. Comienza una época de modernidad y democracia aparente para Túnez, pero pronto, las injusticias sociales hicieron que brotasen movimientos independentistas que tomaron forma con la creación de partidos políticos.

En 1920 se funda el Partido Liberal Constitucional Destour y el partido Neo-desturiano, este último fundado por el reconocido hombre de Estado, Habib Bourguiba. Estalla la II Guerra Mundial, y Túnez, como colonia francesa leal al régimen de Vichy, fue refugio de las tropas alemanas. En este tiempo, el Mariscal Rommel eligió Hammamet, y más precisamente “Dar Sebastien”, el actual Centro Cultural de la Villa, para establecer su cuartel militar y dirigir, desde aquí, sus operaciones en el Norte de África.

El marco de la Gran Guerra fue aprovechado por los tunecinos para empezar un proceso de independencia que no fue fructífero hasta 1956, en el que el Frente Nacional gana las primeras elecciones, Túnez se conforma como una república y redacta su primera Constitución.

Una época de recuperación de la identidad nacional que no se ve interrumpida hasta que en 1987 Zine El Abidine Ben Alí sustituye a Bourguiba en el poder. Es con el mandato de Ben Alí cuando el pueblo tunecino empieza a elegir cuál va a ser su futuro, pero diversas muestras de corrupción, en especial la modificación, a su antojo, de la Ley para aprobar de nuevo la presidencia vitalicia, originan voces contrarias al régimen autócrata establecido.

A pesar de que en 2004, Ben Alí consiguió una mayoría absoluta con el 95% de los votos, el hecho de que un grupo independiente para la Defensa de los Derechos Humanos no fuese autorizado para la supervisión de dichas elecciones alimentó el malestar de los tunecinos que, no fue hasta este año 2011 cuando decidieron dar otro paso más hacia la democracia total derrocando a un presidente electo con grandes lagunas democráticas y constituyendo las elecciones más libres que ha vivido el país el pasado mes de Octubre. Pese a la falta de democracia, Ben Alí continuó con los logros sociales.

Túnez es un país moderno, cuna del mayor mestizaje de culturas del norte de África y del pueblo árabe. Punto neurálgico del turismo mediterráneo, el país vive su actualidad turística como un destino asentado de sol y playa pero, sobre todo, como un destino cultural aún por descubrir para la mayoría de los visitantes europeos.

www.turismodetunez.com

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