Ayer sábado tuvo lugar en Astorga la recreación napoleónica más importante de las organizadas hasta ahora por la bimilenaria Ciudad y una de las más esperadas en 2018 de toda Europa.
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Tres ejércitos, tres días y una Ciudad: Astorga. Ayer se celebró en los campos de Castrillo de los Polvazares y Murias de Rechivaldo la recreación de la retirada de las tropas hispanobritánicas perseguidas por las tropas francesas.
Un evento de recreación histórica al que asistieron 1.000 recreadores de 15 países y que contó con el “Napoleón más prestigioso”, el americano Mark Scheneider.
De esta forma Astorga conmemora los últimos días de 1808 y los primeros de 1809, cuando la localidad leonesa fue el centro de la historia de las Guerras Napoleónicas. La ciudad y sus alrededores dieron cobijo al ejercito inglés y español, desde donde planificaron la retirada – uno por el puerto de Manzanal y el otro por Foncebadón – mientras hacía su entrada en la ciudad el emperador de los franceses Napoleón Bonaparte.
Este capítulo de la historia que se recrea comienza el 23 de diciembre de 1808 con la frenética retirada del ejercito inglés, comandado por el General Moore, desde Sahagún (León) hacia el puerto de A Coruña y pisándoles los talones las tropas francesas a cuyo frente se encontraba el mismo Napoleón.
En ese mismo momento, el ejército español de la Izquierda con el Marqués de la Romana a la cabeza se encontraba en Mansilla de las Mulas (León), también en plena retirada, pero en este caso huyendo de otros enemigos igual de peligrosos que el ejército napoleónico, el hambre y el tifus.
Ambos ejércitos, el inglés y el español, se juntan en la ciudad de Astorga, punto desde donde planifican su retirada por el Puerto del Manzanal los primeros y por el de Foncebadón los segundos. Y es en la madrugada del 1 de enero de 1809 cuando Napoleón y su tropas entraron en la ciudad.
Numerosos son los testimonios y documentos que dan fe de los hechos acaecidos. Desde las cartas que Napoleón escribió desde Astorga hasta los relatos de soldados de ambos bandos, que narran las duras condiciones por las que tuvieron que pasar en uno de los inviernos más duros de aquella época.
Hoy sí fue protagonista la puntualidad y así, tal y como estaba previsto, dio comienzo la recreación de esta retirada en los campos Murias de Rechivaldo para acabar en Castrillo de los Polvazares ante miles de personas que disfrutaron además de una espléndida tarde de otoño.
Primero fueron las escaramuzas entre ambos ejércitos y en los alrededores de Murias en donde comenzó la persecución de las tropas inglesas y españolas mientras los cañones de uno y otro ejército sonaban atronadores.
A las afueras de la localidad de Castrillo tuvo lugar la batalla entre los ejércitos de las tres naciones que dan nombre al evento recreacionista, tras esta batalla siguieron las escaramuzas por las calles de Castrillo hasta casi las 8 de la tarde.
Los hechos reales: Los Sitios de Astorga
Se denomina sitios de Astorga a los dos asedios sufridos por la ciudad leonesa de Astorga durante la Guerra de la Independencia, que enfrentaron a los ejércitos de ocupación del Primer Imperio francés de Napoleón Bonaparte y a las fuerzas españolas leales a la dinastía Borbón.
El primero de los sitios tuvo lugar entre el 21 de marzo y el 22 de abril de 1810 y como resultado del mismo se produjo la conquista francesa de la ciudad, que la retuvo en sus manos durante más de dos años. El segundo sitio se produjo entre el 15 de junio y el 19 de agosto de 1812 y tuvo como resultado la recuperación de la ciudad por parte española.
El 21 de marzo se apostaban en los alrededores de Astorga las primeras columnas francesas, bajo el mando de Clauzel, y dos días después la ciudad estaba completamente rodeada y los accesos desde Galicia, Puebla de Sanabria, Benavente y León vigilados.
Tras un primer análisis de la fortificación, los franceses observaron que el mejor sitio para atacar era el ángulo de la Puerta de Hierro, junto a la Catedral, y pidieron la aprobación a Junot para llevar a cabo el asedio.
Desde el día 23 comenzaron a excavar atrincheramientos y durante los días siguientes se produjeron continuas salidas desde la ciudad para estorbar tales trabajos, siendo la del día 26 la primera en la que hubo heridos.
Desde la noche del día 29 los franceses solo trabajaron de noche, con obras, por ejemplo, frente al convento de Santa Clara, en la meseta de Rectivía, para apoyar un falso ataque por ese ángulo, y en la meseta de la Tejera.
Al día siguiente, y ante los progresos de los sitiadores, 300 hombres de la guarnición, bajo el mando de Félix Acevedo, hicieron una salida y destrozaron los trabajos realizados en la Tejera, causando 200 bajas a los franceses.
Estos, esa misma noche, reconstruyeron lo destruido y empezaron nuevos trabajos cerca de los conventos de Santa Clara y Santo Domingo.
La noche del 1 de abril hicieron una primera incursión a Santa Clara y ocuparon Fuente Encalada, lo que obligó a los sitiados a abastecerse por medio de los pozos del interior amurallado.
La mañana del día siguiente los franceses se apoderaron de Santo Domingo, obligando a su guardia a retirarse, y por la tarde los españoles evacuaron Santa Clara después de incendiarlo.
A través de tres soldados enviados días atrás, la guarnición supo que las fuerzas de los franceses eran unos 16 000 hombres y que el general Mahy ya se encontraba en Villafranca del Bierzo, con unos 3000-4000 hombres.
La noche del día 3 los franceses comenzaron a excavar un camino cubierto entre Puerta de Rey y la muralla y durante el día, desde las casas del arrabal, hostigaban a los defensores. Estos se encontraban ya únicamente en el recinto amurallado y en Rectivía.
La noche del día 5 fue ocupado Santa Clara, tras extinguirse su incendio, y posteriormente fortificado; los trabajos en ese punto y en otros como Santo Domingo y Puerta de Rey continuaron durante las siguientes horas.
Entre los días 6 y 7 ocuparon el arrabal de San Andrés, cerca ya de la muralla, hecho que fue contestado por la guarnición con una salida e incendiando el arrabal, acción en la que sufrieron tres muertos y seis heridos
La noche del día 13 de abril entró en la ciudad un labrador con un mensaje que indicaba que pronto llegaría la ayuda de Mahy y durante los días siguientes las lluvias inundaron y entorpecieron nuevamente los trabajos de atrincheramiento.
El día 17 llegaron a Astorga Junot, instalándose en Castrillo de los Polvazares, y el general Foucher, jefe de artillería, con las piezas destinadas al sitio.
Asimismo ese día los franceses atacaron a las tropas de Mahy en Foncebadón y el Manzanal, provocando su retirada a Orense y evitando así que la ciudad recibiera ayuda.
El día 21 continuó el fuego francés y a media jornada la brecha era de 25 metros y tanto la sacristía de la Catedral como algunas casas del recinto amurallado y del arrabal de Rectivía estaban incendiadas.
La guarnición contestó al bombardeo desde el principio, causando algunas bajas a los franceses. La falta de víveres se agudizaba y para intentar paliarlo se destinó a la molienda a los 12 animales de carga que aún quedaban en la ciudad.
Una vez abierta la brecha, Junot envió a Santocildes un mensaje pidiendo la rendición de la plaza, bajo amenaza de pasar a cuchillo a todos sin distinción de sexo ni edad, pero la respuesta de la guarnición fue negativa.
A las dos y media de la tarde de ese día 21 dos columnas francesas de 1000 hombres cada una atacaron el arrabal de Rectivía, encontrando una dura resistencia por parte de sus defensores, y por la tarde Junot ordenó asaltar la brecha con 700 hombres del batallón irlandés; en el interior del recinto la guarnición se defendió desde el obstáculo levantado días atrás y provocó 300 bajas a los asaltantes, lo que hizo que en un primer momento ninguno lograse entrar en la ciudad. Sin embargo, un granadero llamado Lanjuinais se parapetó con su mochila y el resto recibió la orden de hacer lo mismo, lo que permitió a los franceses formar un parapeto en la brecha. los combates duraron hasta que anocheció, cuando cesó el fuego de los asaltantes.
A pesar de resistir el primer ataque, la guarnición era consciente de que a la defensa de la ciudad le quedaban tan solo unas horas; de madrugada Santocildes se reunió con el resto de jefes y les expuso la precaria situación en la que se encontraban y la falta de municiones.
Ante la imposibilidad de una salida general de toda la guarnición y de resistir un segundo asalto, los reunidos acordaron que si no les daba una capitulación honrosa perecerían todos: se debía proteger a los astorganos y salvar su honor. Tal decisión se expuso a la Corporación, que comprendió la necesidad de capitular, excepto uno de sus miembros, el antiguo corregidor Pedro Costilla, que gritó ¡Muramos todos como numantinos!.
En la mañana del día 22 el segundo de la plaza, Pedro Guerrero, salió de Rectivía con una bandera blanca, fue conducido ante Junot y a las dos horas regresó con el texto de la capitulación.
Poco después Santocildes se presentó al general francés, a quien pidió por la población y que no entrasen franceses hasta que no hubiera salido la guarnición española. Junot aseguró que respetaría a los paisanos y aceptó lo respectivo a la entrada en la ciudad.
A las once los franceses tomaron posesión de los almacenes y a las dos de la tarde salió por Puerta Obispo, en columna, la guarnición española, dirigiéndose hacia Fuente Encalada, donde entregaron las armas.
En esos momentos adquirió protagonismo un húsar español, Tiburcio Álvarez, al intentar matar a un francés, al grito de ¡Yo no capitulo!, después de conocer la rendición de la plaza; fue llevado ante Junot, juzgado y fusilado en Rectivía, donde también recibió sepultura.
Los españoles fueron conducidos a La Bañeza, camino de Valladolid y de Francia, y a las tres de la tarde los franceses entraron en la ciudad. Al mismo tiempo se acercaban tres columnas españolas desde el camino de Puebla de Sanabria, desde Foncebadón y desde el Manzanal, pero, además de llegar tarde, las tres fueron derrotadas.
En las operaciones del sitio participaron en total más de 23 000 franceses, de los cuales 12000 estuvieron simultáneamente en Astorga.
En cuanto a las bajas en el combate, las cifras son distintas; según el francés Belmas, los españoles sufrieron 51 muertos y 102 heridos, por 160 muertos y 400 heridos de los franceses, mientras que para Santocildes la guarnición española sufrió 49 muertos y 90 heridos y las bajas francesas fueron 5000 hombres fuera de combate.
Tras la toma de la ciudad, Junot dejó como guarnición los restos de los batallones que participaron en el asalto, unos 1500 hombres, bajo el mando del general Lanberdière; anunció su propósito de castigar a la población, especialmente a los eclesiásticos, y exigió a la Corporación el pago de un millón de reales o de lo contrario la ciudad sería saqueada.
Tal pago se hizo mediante alhajas de las familias más ricas pero aun así se produjeron saqueos.
Otras medidas adoptadas por los franceses fueron la implantación del toque de queda, la prohibición de reuniones, la sustitución del obispo por el auxiliar de Madrid y el nombramiento de nuevas autoridades locales.
El resto de tropas fue enviado, a mediados de mayo, hacia Zamora y Salamanca para unirse al ejército de Portugal, que había comenzado el asedio de Ciudad Rodrigo.
Tras la marcha del ejército de Junot, las tropas del general Mahy comenzaron a desarrollar una serie de acciones: tomaron Puebla de Sanabria y Alcañices y consiguieron bloquear los accesos a Astorga durante breves periodos de tiempo; incluso el 7 de junio atacaron León y propiciaron la sublevación de la población, pero esta sufrió una fuerte represalia por parte de la guarnición francesa.
Ante estos hechos, Junot regresó a León con su cuerpo de ejército y consiguió rechazar a Mahy y recuperar tanto Puebla de Sanabria como Alcañices. En septiembre el general Taboada sustituyó en el mando a Mahy, haciéndose cargo de las tropas asentadas en El Bierzo, y durante los siguientes meses llevó a cabo distintas acciones contra tropas francesas, varias de ellas en el entorno de Astorga.
La conquista de Astorga de 1810 resultó ser una victoria costosa; la población local ofreció una dura resistencia y logró inmovilizar un cuerpo de ejército. El triunfo se añadió a los éxitos del Imperio —apareciendo su nombre en el Arco de Triunfo de París junto con otras batallas de las guerras Napoleónicas— y a nivel práctico, su caída dejó libre al 8.º cuerpo del ejército francés, que luchó como parte del ejército de Portugal.
Para los ingleses, los hechos de Astorga retuvieron varios meses al cuerpo de ejército de Junot y la tercera invasión de Portugal, que pudo haber comenzado en la primavera de 1810, se demoró hasta otoño. Wellington pudo preparar la defensa en Torres Vedras y la invasión francesa resultó un fracaso.
Durante el periodo de ocupación francesa, Astorga se convirtió en la base de operaciones de las tropas que operaban contra Asturias y Galicia.
El 31 de diciembre de 1808 Napoleón llegó a Astorga, alojándose en el palacio episcopal, donde según una tradición local se produjo un atentado frustrado contra el Emperador. La ciudad estaba casi desierta ya que sus vecinos habían huido a las montañas.
Durante los dos primeros días de 1809 continuó la llegada de tropas francesas a Astorga y comarca, alojando en total a unos 80 000 hombres.
Napoleón, antes de emprender su regreso a París, encomendó a Soult perseguir a los ingleses y a Ney el dominio de la región y los pasos de Galicia.
La ciudad fue saqueada a fondo por sus tropas durante la primera quincena de enero.
El día 11 de dicho mes los ingleses llegaron a La Coruña y la noche del día 16, tras defenderse durante toda la jornada de los franceses, embarcaron. Soult se dirigió hacia el sur, entrando en Portugal el 9 de marzo, y Ney se encargó de culminar la ocupación de Galicia.
Para los franceses, la conquista de Astorga de 1810 resultó ser una victoria costosa en un lugar que, a priori, pensaban que no se resistiría, y que sin embargo ofreció una dura resistencia y logró inmovilizar un cuerpo de ejército.
El triunfo se añadió a los éxitos del Imperio y llegó en un momento muy oportuno pues acababa de celebrarse la boda de Napoleón con María Luisa.
A nivel práctico, la caída de Astorga dejó libre al 8º cuerpo del ejército francés y así, cuando a principios de mayo el mariscal Massena se hizo cargo del ejército de Portugal, contaba con los tres cuerpos de ejército disponibles