Inmerso en plena naturaleza, se levanta The Oitavos, un hotel de diseño audaz y líneas elegantes que se camuflan con el azul del océano Atlántico y el verde de la vegetación que inunda la Quinta da Marinha, a pocos kilómetros de Cascais. Un complejo que permite vivir en consonancia con el entorno gracias a sus espacios abiertos y bañados por la luz natural; un lugar impregnado de la sofisticación del arte y la vanguardia lusa.
Al oeste de Lisboa, junto al punto más occidental de la Europa Continental, se encuentra The Oitavos el exclusivo hotel cuya excelencia residencial y privilegiada ubicación entre Estoril y Cascais, han conseguido situarlo a la cabeza del turismo de calidad en el área conocida como “La Gran Lisboa”. Un complejo bañado por las aguas del Atlántico que ofrece los mejores servicios, permitiendo a sus huéspedes disfrutar plenamente del entorno que lo rodea: uno de los mejores campos de golf del mundo, SPA con tratamientos exclusivos con la marca Carol Joy London o una suculenta oferta gastronómica. Todo ello enmarcado en una filosofía de libertad absoluta.
El hotel The Oitavos es el proyecto inaugurado en 2010 y desarrollado por famoso arquitecto portugués José Amaral Anahori en el área conocida como Quinta da Marinha, una finca familiar adquirida por la familia Champalimaud a principios del siglo XX. El edificio se levanta sobre una característica estructura que encaja a la perfección en la península donde se encuentra, con un diseño no intrusivo que permite que todas sus habitaciones tengan vistas exteriores al océano Atlántico o al campo de golf. The Oitavos alberga un total de 142 estancias divididas en:
• 126 lofts de 64m2, suites de planta abierta con baño integrado y perfectamente equipadas.
• 14 habitaciones de diseño ubicadas en la primera planta con un mínimo de 40 m2.
• 2 master suites, orientadas a la puesta del sol. Se dividen en, The Atlantic con una superficie de 136 m2; y The Oitavos con una superficie de 120 m2.
• The Forte: una exclusiva villa privada y única, totalmente integrada y oculta entre las dunas. Una suite de 120 m2 que dispone de piscina privada al aire libre de agua marina y mayordomo personal disponible para responder a cualquier necesidad.
Además de que el hotel es una obra de arte en sí mismo, también cuenta con una importante colección de pintura y escultura perfectamente integrada en todos sus rincones. La gran mayoría de las obras expuestas corresponden a artistas emergentes del país.
La oferta culinaria de The Oitavos es otro de los servicios a destacar, al estar supervisada por el prestigioso Chef francés Cyrill Devilliers, instruido en las cocinas de Michele Gerard, reconocido estrella Michelin. El hotel cuenta con cuatro restaurantes: Ipsylon Restaurante & Bar, Altlántico Pool Bar; Japanese Bar y Verbasco. Diferentes entornos y cocinas en los que, además, también se pueden probar menús especiales y personalizados, maridados con los mejores vinos de la región.
Los clientes que buscan desconectar y relajarse durante unos días tienen disponible el SPA The Oitavos, inspirado en la calma y la belleza del océano, diseñado con grandes ventanales y panorámicas naturales que permiten sumergir al visitante en la naturaleza de la zona mientras practica una sesión de yoga, toma un baño en la zona de balnoterapia o disfruta de uno de los tratamientos de belleza. Clases de Meditación o Yoga, montar a caballo, practicar surf, jugar al tenis o realizar tours en helicóptero (también dispone de helipuerto), son solo algunas de las infinitas opciones de ocio que ofrece The Oitavos a cualquiera de sus visitantes. Sin olvidar su magnífico campo de golf, Oitavos Dunes, que ocupa el puesto 55 dentro de los 100 mejores campos internacionales y ostenta la primera posición en Portugal. Un emplazamiento que ofrece unas maravillosas vistas del océano Atlántico y de la Sierra de Sintra mientras los jugadores practican su hándicap.
Sin lugar a dudas, The Oitavos es mucho más que un hotel. Es un lugar único en el que la vanguardia y la naturaleza se funden en uno para construir una atmósfera de calma, serenidad y desconexión. Un paraíso oculto entre montañas y dunas donde cada huésped es el auténtico protagonista.