Esta experiencia ferroviaria se ha convertido en una de las atracciones más solicitadas de Türkiye, recorriendo cerca de 1.310 kilómetros en aproximadamente 26 horas, donde descubrir las impresionantes estampas invernales comprendidas entre las ciudades de Ankara y Kars
Una vez llegado el invierno, cuando el manto blanco sepulta algunas de los puntos más gélidos de la geografía turca, cientos de locales y turistas dirigen sus miradas hacia el Expreso del Este. Al abrigo de sus vagones, con todo tipo de comodidades, los pasajeros disfrutan de los bellos paisajes moldeados por la textura, las formas y el color de la nieve.
Dogu Express o Expreso del Este: sumérgete en un viaje de ensueño
El crecimiento de la popularidad de la línea ordinaria del Expreso del Este (Dogu Express) obligó en 2019, a añadir una versión exclusivamente turística conocida con el nombre de Expreso Turístico del Este, para abastecer el gran crecimiento de la demanda.
El Expreso Turístico del Este se diferencia en dos elementos. El primero es la comodidad: mientras que el original ofrece vagones-cama y literas, este tren incorpora ocho vagones, con camas de calidad superior y un vagón comedor. El segundo, en la duración: si la versión genuina cuenta con 50 paradas, el del Expreso Turístico del Este parará 29 veces, en algunas ocasiones durante dos o tres horas para facilitar las visitas en esa zona.
En la temporada 2023-2024 el Expreso del Este realiza paradas de carácter turístico en las estaciones de Erzincan y Erzurum en dirección Ankara-Kars (ida) y en Divriği y Sivas en dirección Kars-Ankara (vuelta).
Durante los trayectos, es común que los pasajeros, procedentes de variados rincones del mundo, se reúnan en sus vagones para realizar un intercambio cultural, lo que se plasma en decoraciones típicas o en manjares que traen de sus países o que encargan al servicio del tren.
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Última estación: Kars, la guinda del pastel
Antes de emprender el viaje de vuelta a Ankara, el Expreso del Este se detiene en la mágica ciudad de Kars, puerta de entrada a Anatolia desde el Cáucaso.
Kars ha acogido a lo largo de su historia varios asentamientos. Por sus tierras han pasado urartios, persas, romanos orientales, selyúcidas, otomanos o rusos, dando lugar a un destino de una riqueza cultural y arquitectónica totalmente ecléctica.
Su diversidad se puede apreciar en un paseo por la ciudad, en la que conviven castillos, iglesias, puentes o baños, así como estructuras que reflejan la arquitectura de estilo báltico. Una de las visitas obligatorias de la ciudad es el Yacimiento Arqueológico de Ani, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Esta antigua ciudad amurallada aúna catedrales, mezquitas, caravasares y otras estructuras que transportan al presente ejemplos arquitectónicos que ofrecen una pista de cómo era la vida en la época.
Kars, además, es un famoso destino para los amantes de los deportes de invierno. Y es que, a 56 kilómetros del centro, se encuentra la estación de Esquí de Sarikamis, la tercera más alta del mundo.
Por último, no puedes irte de Kars sin acercarte al lago Çildir, ubicado a casi 2.000 metros de altura, que se congela por completo en noviembre, momento en el que los locales atraviesan su superficie helada en trineos tirados por caballos.