Versión clásica

San Isidoro de León fue testigo del sobrecogedor acto del «Desenclavo»

Ha llegado Sábado Santo, uno de los días clave en la Semana Santa de León y de suma importancia en la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo puesto que hoy organiza el acto del Desenclavo.

Fotografía: Alejandro Martínez

Entrar a las cuatro de la tarde en el patio del Colegio Leonés, lugar donde están depositados sus Pasos, es observar todo un ir y venir de túnicas púrpura. Seises ocupándose de sus respectivas secciones, niños corriendo de un lado a otro, braceros pasando lista, toda una “locura”.

Fotografía: Alejandro Martínez

Comienza la Procesión. Sale de la iglesia de Santa Marina la Real y enfila el camino bien aprendido. Encabeza, como siempre, la Ronda de la cofradía y le sigue el Guión, los cofrades y la Cofradía la Santa Vera Cruz y Confalón de Astorga, el Guión de Santa Marina la Real; el antiguo crucificado de esta Cofradía hasta su sustitución por el actual, que es portado a modo de homenaje por cinco Hermanos hasta el Acto del Desenclavo, y después, toda una serie de Bandas y Hermanos escoltando y acompañando los tronos del Santo Cristo del Desenclavo, el túmulo mortuorio donde será depositado una vez descendido de la Cruz, y Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo, cerrando el cortejo.

Fotografía: Alejandro Martínez

La procesión llega a media tarde a una plaza totalmente abarrotada de personas dispuestas a presenciar uno de los actos mas solemnes de la Semana Santa Leonesa junto con el «Encuentro» celebrado ayer,  bajo la atenta mirada de los miembros de la Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro de León y teniendo como testigo la puerta del Perdón de la basílica isidoriana.

Fotografía: Alejandro Martínez

Los Hermanos desenclavadores le quitan primero la corona de espinas mientras las Hermanas esta vez, comienzan a entonar el Canto de las Llagas, otro ejemplo más del afán de rescatar del olvido la tradición. Se trata de unos versos cantados relacionados con el Desenclavo de Cristo, recuperados en los inicios de la Cofradía por la asociación etnográfica leonesa, y que provienen de la localidad leonesa de Tendal de la Sobarriba.

Fotografía: Alejandro Martínez

Luego le quitan un clavo, después otro, y finalmente, cuando liberan sus pies, lo descienden con un sudario para presentarlo a la Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo. La Virgen hace una reverencia a su hijo y se lo llevan para envolverlo con un sudario y depositarlo en su lecho.

Fotografía: Alejandro Martínez

En el trono donde ahora se queda la Cruz vacía se coloca la imagen de una Piedad. La Virgen con su hijo muerto en el pecho que irá delante del túmulo representando el momento en que María recoge el cuerpo de su hijo recién descendido para llevarlo al sepulcro.

Tras este impresionante acto la procesión continúa su recorrido para volver a la Iglesia de Santa Marina la Real.

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