El día 25 de mayo abrirán los dos primeros hoteles de la cadena, tras el cierre total de todos sus establecimientos en el mes de marzo. Serán los primeros en aplicar el nuevo Manual RIU para los hoteles Post-COVID.
El hotel Riu Plaza Berlin, de 357 habitaciones y 4 estrellas, fue inaugurado en 2015 en una de las mejores zonas de la ciudad, cerca de las principales embajadas, destacadas zonas comerciales y del centro histórico. Su reapertura se produce a escasos días de la celebración del Puente de Pentecostés, una festividad muy relevante en Alemania, así como en sus países vecinos, en los que los ciudadanos suelen aprovechar para viajar.
El hotel Riu Plaza Guadalajara fue inaugurado en 2011 en una de las mejores zonas de la ciudad, sobre la Avenida López Mateos, arteria que conecta con Expo Guadalajara, las zonas industriales y el centro histórico. El hotel tiene 4 estrellas y ofrece 550 habitaciones, además de un gran centro de conferencias con 16 salas. Guadalajara es la capital del estado de Jalisco, así como la segunda ciudad más importante de México. Su patrimonio cultural y activa vida económica y social atraen cada año a miles de visitantes.
Los empleados del Riu Plaza Guadalajara y del Riu Plaza Berlin retoman así su labor con la gran responsabilidad de ser los primeros equipos de RIU en aplicar los 17 protocolos creados por la cadena en colaboración con la consultora Preverisk. En ellos se establecen las medidas de seguridad necesarias para ofrecer la máxima tranquilidad a sus clientes y empleados en esta primera fase de reapertura. Estos protocolos se adentran en el detalle de la operación diaria para que cada empleado sepa cómo actuar desde el momento en que se desplaza a su puesto de trabajo, hasta cuando realiza y finaliza sus tareas diarias.
RIU ha creado un programa de formación específica para la instauración de los nuevos protocolos de seguridad, higiene y actuación en todos sus hoteles de cara a la reapertura gradual de sus instalaciones. Las medidas son meticulosas y estrictas, partiendo de la limitación de la ocupación de los hoteles a un 50% o 60%, salvo normativa legal más restrictiva, para ofrecer el máximo de tranquilidad y seguridad a usuarios y empleados, y se irán relajando en la medida que las autoridades sanitarias dicten nuevas normas.