Turismo de Tokio presenta cinco ideas para visitar la capital japonesa, sea cual sea la época del año o la compañía. La Tokyo SkyTree, el Rainbow Bridge, el gato de la suerte Maneki-neko, estatuas de series del manga y una réplica de La Estatua de la Libertad son algunos de los indispensables en unas vacaciones tokiotas.
Madrid, 30 julio de 2017. Tokio es un destino que posee multitud de monumentos y zonas culturales que merece la pena fotografiar, dotando al viajero de un recuerdo físico donde queda plasmada la pluralidad de contrastes de cada una de las calles de la capital nipona. Desde monumentos que se pueden observar en otra parte del mundo, o que al menos parecen serlo, hasta monumentos realmente significativos para la cultura japonesa.
Así, Turismo de Tokio presenta cinco tips para visitar la capital en cualquier época del año y traer de vuelta un bonito recuerdo sea cual sea la compañía.
Tokyo SkyTree. “La Torre del Cielo” de Tokio, con sus 634 metros de alto, fue creada en el año 2012 para combinar a la perfección los contrastes de la capital nipona: las tradiciones de Shitamachi – zona del antiguo Tokio– que se fusionaron con la cultura moderna. La Tokyo Skytree es la torre de comunicación independiente más alta del mundo y uno de los monumentos más reconocidos del país. Disfrutar con sus vistas desde el exterior es muy sencillo, ya que combina con todo color y flor que se preste en cualquier época del año, pero además, es en el centro comercial que se encuentra en su interior donde todo amante de las compras y restauración encontrará su pequeño paraíso.
Rainbow Bridge. Es otro pequeño regalo de la capital tokiota, ya que como bien indica su nombre es una atracción turística que luce por sí sola las 24 horas del día. Se trata de un puente colgante de 798 metros construido en el año 1993 que une el corazón de la ciudad con la isla de Odaiba. De esta forma, según sea la preferencia del viajero, se puede cruzar caminando o en coche, asegurando de cualquiera de las formas unas panorámicas con el mar de fondo que le dejará impactado. Eso sí, el marco nocturno que dibuja el puente puede ser uno de los planes más románticos de la ciudad.
Maneki-neko, el amuleto de la suerte. El maneki-neko es el gato blanco con la pata levantada que podemos encontrar en cualquier establecimiento japonés y aquel reconocido por todo el mundo por ser una representación de la buena suerte. El santuario Imado-jinja es famoso por ser el lugar donde nació y por encontrarse un gran maneki-neko de casi 70 centímetros de altura. Algo que el visitante tiene que hacer en su visita es acariciarlo ya que atrae a la buena suerte, el dinero y la felicidad, pero también adquirir unos amuletos para llegar a casa y que la fortuna les acompañe. El Templo de Goutokuji es otro de los templos donde el viajero podrá observar este bonito amuleto.
Estatuas del manga en plena calle. La cultura del manga es uno de los mayores atractivos de Tokio y es a pie de calle donde se puede disfrutar de esta apasionada influencia. En la estación de Sakura-shinmachi se encuentra la familia Sazae-san, una serie de manga muy reconocida, en bronce con la que hasta los más pequeños disfrutarán de unas fotos en su compañía. También, en la calle comercial Tenjin-dori-shotengai se encuentran los monumentos de la popular serie GeGeGe no Kitaro caracterizados por yōkai – personajes con aspecto fantasmal -.
La estatua de la Libertad. Es una réplica de la Estatua de la Libertad de Francia que se encuentra en la isla de Odaiba, concretamente en “Odaiba Seaside Park” en conmemoración por el año de Francia en Japón. Mide alrededor de 12,5 metros desde la plataforma y es otro de los must en un recorrido por Tokio.
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