Puppy es la mascota del Guggenheim de Bilbao y es una de las obras más conocidas dentro de la ciudad española. El cachorro floral lleva más de dos décadas dando la bienvenida a los visitantes del museo y transmitiendo optimismo a todos aquellos que se le acercan, pero actualmente necesita ayuda
Es obra del artista Jeff Koons. Está ubicada frente al Museo Guggenheim de Bilbao. Instalada en su emplazamiento actual en octubre de 1997, representa un cachorro escocés de la raza West Highland White Terrier. Se compone de una estructura de acero recubierta con aproximadamente 38 000 plantas naturales, que son reemplazadas dos veces al año a medida que dejan de florecer, así como de un sistema interno de irrigación. Con unas dimensiones de 12,4 x 12,4 x 8,2 metros, pesa un total de 16 toneladas
Con Puppy, Koons aúna pasado y presente, pues emplea un sofisticado modelo de ordenador para crear una obra que hace referencia a un jardín clásico europeo del siglo XVIII. El West Highland terrier gigante completamente cubierto de plantas en flor emplea la iconografía más edulcorada —flores y perritos— en un monumento al sentimentalismo.
Su imponente tamaño, firmemente contenido y, al mismo tiempo, aparentemente descontrolado (todavía creciendo, en sentido literal y figurado), y la yuxtaposición de referencias elitistas y de la cultura popular (el arte de esculpir arbustos y la cría de perros, cerámica decorativa y tarjetas con mensajes de buenos deseos) se pueden interpretar como una analogía de la cultura contemporánea.
Koons ha diseñado esta escultura pública con la irrevocable finalidad de atraer, suscitar optimismo e infundir, en sus propias palabras, «confianza y seguridad». Puppy, majestuoso y robusto al tiempo que hace guardia a las puertas del Museo, llena a los espectadores de admiración y de alegría.
El 27 de septiembre de 2021, comenzaron las obras para la remodelación del sistema de riego que da vida a las flores que cubren la escultura, tras 24 años en servicio. Debido a la falta de fondos del Museo por la caída en el número de visitas que la crisis del coronavirus trajo, el Guggenheim organizó un sistema de micromecenazgo que sufragara las obras. El montante necesario para acometerla ascendió a cien mil euros