Como comarca eminentemente ganadera durante siglos, Puebla de Lillo celebra dos ferias ganaderas, una en septiembre y la segunda en noviembre.
La feria de noviembre ha recobrado en los últimos años un fuerte impulso y se ha diversificado gracias a las Jornadas de la Matanza, que atraen a miles de visitantes para disfrutar de una tradición que ya se está perdiendo en muchas zonas rurales de la montaña: el rito de la matanza del cerdo. Los visitantes pueden degustar productos de la matanza y adquirir los típicos y tradicionales embutidos de la comarca.
La matanza del cerdo se hacía antes en los domicilios particulares y se celebraba con orujos y con la prueba asada o guisada del hígado, de la sangre, de las jijas y otras partes del animal. Era la fiesta que anticipaba el duro invierno. Las familias se preparaban para desmenuzar el cerdo, cuya carne era la base de alimentación durante el resto del año.
A esta feria se suma otras dos, la feria de vacuno y equino y la feria multisectorial del esquí y ocio de montaña