El Área de Publicaciones de la ULE edita el segundo volumen de la colección Arquitecturas dedicado a los edificios emblemáticos diseñados por este autor en las décadas los años 20, 30 y 40 del siglo pasado. El libro se presentará el próximo 24 de febrero en el Colegio de Arquitectos.
El Área de Publicaciones de la Universidad de León (ULE) acaba de publicar el segundo libro de la colección Arquitecturas, dedicado en esta ocasión al arquitecto Francisco Javier Martínez y el legado de edificios emblemáticos que construyó en la ciudad de León. El historiador Javier Caballero Chica es autor de la publicación ‘Francisco Javier Sanz Martínez. Del historicismo a la arquitectura imprerial 1923-1948’, que será presentada el próximo 24 de febrero, a las 19:00 horas, en el Colegio Oficial de Arquitectos de León. La presentación contará con la asistencia de María José González Lobato, presidenta de la Delegación de León del Colegio de Arquitectos, Joaquín García Nistal y Emilio Moráis, directores de la colección Arquitecturas, y José Manuel Trabado, director del Servicio de Publicaciones de la ULE.
La Casa de Don Valentín, el Hotel Oliden, la Casa Arce o el Teatro Emperador son solo algunas de las grandes obras que el arquitecto Sanz Martínez realizó en León en las décadas de los años 20, 30 y 40. Este libro documenta y describe 14 edificios repartidos por la ciudad que forman parte de su paisaje urbano y que dan una muestra de las tendencias arquitectónicas de la época.
El autor hace un recorrido por esos catorce edificios, aunque también diseñó el Gran Hotel de La Toja, el teatro de La Bañeza o el Bergidum de Ponferrada. En los años 20 los edificios de Sanz Martínez se concentran en el Ensanche y en ellos prevalece “una elevada decoración de corte fachadista con la incorporación de componentes arquitectónicos con antecedentes clasicistas”, asegura Caballero Chica. Es la época en la que erige la casa de Don Valentín (1923), una de las apuestas constructivas más innovadoras de las tres primeras décadas del siglo pasado, “por su emplazamiento más allá del río Bernesga, por su tipología en cierta medida contradictoria (hotel de lujo y viviendas baratas), y por el poderío visual de sus contundentes volúmenes”. Después llega el Hotel Oliden (1925) en la plaza de Santo Domingo, la casa de Juan Solís, en el número 35 de Ordoño II, en 1927 y la casa Baldomero Lobato.
En la década de los 30 el arquitecto da un giro hacia el llamado Movimiento Moderno, inspirado en las vanguardias que triunfan en Europa. El primer ejemplo es la casa Pascual de Juan, en el 34 de Padre Isla, con un estilo que recuerda -según Caballero Chica- al arquitecto prusiano Mendelsohn. Después surgiría la Casa del Pueblo (1931), “uno de los mayores hallazgos de esta investigación, no solo por la puesta en valor de su expediente administrativo y los planos, sino el viraje radical de Sanz hacia el racionalismo y la modernidad arquitectónica”. Otros ejemplos de esta década son la casa de Santos Rodríguez (1935), situada en el 38 de la calle Colón y la casa de Celestino Oliden, contigua al hotel. También es suya la casa de Raimundo Alonso (1936), en Lucas de Tuy.
En la tercera y última etapa, en los años 40, se decanta por la arquitectura imperial. En 1945 firma la casa Octavio, en la esquina entre la avenida Independencia y Arco de Ánimas; y, un año después, la casa Sira Pedrosa, en República Argentina. En 1946 erige la monumental casa de Arce, en la plaza de Guzmán, diseña el Teatro Trianón y dos años más tarde, dibuja los planos de su obra cumbre, el Teatro Emperador. Un proyecto encargado inicialmente a Manuel de Cárdenas y su hijo Gonzalo y que, finalmente, firmarían con Francisco Sanz.