Versión clásica

Presentado en León el libro “Alfonso IX”, el Rey Ciudadano.

Tras la presentación el autor procedió, como es tradicional, a la firma de ejemplares al público asistente.

presentación del libro Alfonso IX

Fotografía: Gustavo Vega

La mesa de ponentes estuvo formada además de por el autor del libro objeto de presentación, por el abad de la Cofradía del Milagroso Pendón, Gonzalo F. González-Cayón y el Hermano Cofrade D. Diego Asencio Rodríguez, quienes respaldaron al autor de la obra. Además participó en la presentación Pablo López Presa, Diputado de Cultura de la Diputación de León.

presentación del libro Alfonso IX

Fotografía: Gustavo Vega

Tras agradecer a D. Luis García Gutiérrez, abad de la Basílica de San Isidoro, la cesión de este espacio emblemático para todos los leoneses y excusar la ausencia tanto del editor Héctor Escobar por hallarse de viaje como la de Rogelio Blanco, filólogo y pedagogo reconocido, y autor del Prólogo del libro.

presentación del libro Alfonso IX

Fotografía: Germán García de la Cueva

Tras la intervenciones de dos ponente, el autor del libro José María Fernández Chimeno presentó su obra exponiendo «ahora que estamos inmersos en tiempos de pandemia COVID-19,de Guerra en Europa y una desbocada alza de precios que hacen peligrar nuestras acomodadas vidas y las de nuestro hijos, puedo decir que la “Tormenta Perfecta”que padecemos es cíclica y que ya la vivieron nuestros antepasados. Algo parecido sucedió hace 800 años en el Reino de León. Entonces el rey Alfonso IX vio como el proyecto de sus gloriosas conquistas se desmoronaba en 1230: con la sucesión al reino leonés».

«Todo empezó 13 años antes de su muerte», manifestó Fernández Chimero.  «En 1217 el Reino de León tenía un heredero al trono en el joven infante Fernando, el único varón legítimado por la Iglesia que le quedaba; pero la astucia de su madre Berenguela I de Castilla hizo que reclamase su presencia en Valladolid para que le rindiera pleitesía por haberse coronado ante la oposición de los nobles castellanos, despues de la muerte de su hermano Jaime I. En aquel acto, supuestamente “inocente”, la madre hábilmente le cedió la corona y con ello resolvió el problema“sucesorio” que tenía Castilla, para generar otro en León».

Indicó el autor que «Alfonso IX no pudo hacer otra cosa que tratar  de casar a sus dos hijas del primer matrimonio, Sancha y Dulce, en los 13 años que le restan de vida, pero Berenguela lo evitó por todos los medios. Desesperado, al viejo monarca de  57 años solo le quedaba un ultimo intento para salvar el problema sucesorio, y concierta una reunión secreta con Berenguela en el Álcazar de Toro, donde descubrirán que aun se aman y que todo se debe al destino esquivo … o quizá a la astucia de la Señora castellana».

En otro momento de su intervención Fernández Chimeno manifestó que «conocida esta obra de teatro por Rogelio Blanco, me encargó una pequeña representación de las Cortes de 1188 (la primera obra) para el congreso de Participación y Democracia, que el Ayto. de León celebró en 2022».

«En aquella época el reino también pasaba por una época difícil, ¿cuando no lo hemos tenido en esta nuestra tierra?» se preguntó el autor, «pero a la que, como siempre, el carácter leonés marcado por las inclemencias extremas de su clima, supo sobreponerse y salir airoso del difícil trance, con una Curia Regia que se convirtió en Cortes, al incorporar a los hombre buenos a las decisiones tomadas por el rey. A la postre se convertirían en las primeras Cortes democráticas reconocidas por la UNESCO».

Tras la presentación el autor procedió, como es tradicional, a la firma de ejemplares al público asistente.

“Alfonso IX”, el Rey Ciudadano. ¡Se disputa un Reino!

Tal podría ser el título de cada una de las dos obras teatrales que engloban Alfonso IX (el rey ciudadano), pues estas representan el Α-Ω de la vida del último rey de León. Cuenta con un elogioso Prólogo del filósofo y pedagogo Rogelio Blanco; lo cual da un empaque mayor si cabe a la obra, dado que explica con el rigor y elocuencia que le caracterizan los dos momentos cruciales en la vida de Alfonso IX .

El primero se escenifica en La primavera de un reino, cuando un joven aspirante a rey llega a la ciudad regia leonesa para ser coronado en la Curia Plena de 1188 (que a la postre se convertirá en las primeras Cortes «democráticas», al incorporar a los hombres buenos de las ciudades del Viejo Reino), dentro del claustro de San Isidoro; mientras que el segundo se argumenta en El invierno del león (un reino obligado por pactos), donde un monarca ya longevo y próximo a la muerte, con 57 años (1229) —antes de partir a la conquista de la hasta entonces inexpugnable plaza de Cáceres—, concierta una reunión secreta en el alcázar de Toro con su ex esposa Berenguela de Castilla. ¿La razón? Sin duda dilucidar la entonces mayor de sus preocupaciones: la sucesión al trono del reino de León.

Este es sucintamente el argumento de las dos obras teatrales de marcado carácter leonés, pero, para conocer el más que sorprendente desenlace que encierra cada una de ellas, el ávido lector deberá de sumergirse en un mundo desconocido, sutil y sugerente (las intrigas palaciegas en la Corte de León), y leer con fruición hasta la última de sus páginas.

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