Esperan el envío de más de ciento cincuenta obras, a pesar de que no se ha celebrado el certamen desde 2018.
León, 6 de mayo de 2022.- La Fundación MonteLeón ha vuelto a convocar, después de cuatro años sin hacerlo, su premio de Libro de Cuentos, que este año verá la edición número 57.
María-Victoria Seco, patrona de la Fundación, detalló las bases del certamen, indicando que los escritores podrán enviar sus obras a la Fundación hasta el día 24 de junio. El premio en metálico a la obra ganadora será de 6.000 €, importe del que se deducirán los impuestos oportunos. También se hará entrega al ganador o ganadora de cincuenta ejemplares de su obra, en edición que realizará la Fundación.
Por su parte Dionisio Domínguez, secretario de la Fundación, incidió en la historia del premio desde su origen en 1960 en la Caja de Ahorros Provincial de Valladolid, pasando posteriormente a Caja España al concretarse la fusión de Cajas en 1990, haciéndose cargo la Fundación MonteLeón del premio cuando desaparece. Un pormenorizado relato de la andadura del premio de libro de cuentos más antiguo de España, en el que han sido premiados escritores de reconocido prestigio.
Premio de Libro de Cuentos Fundación MonteLeón
Corría el año 60 y nos dejaban Albert Camus y Boris Pasternak, entre otros escritores. También, Fellini estrenaba “La dolce vita”, Kubrick su “Espartaco”, o Hitchcock su gran “Psicosis”. Y ese año, también, daba comienzo una década, prodigiosa para algunos, creativa, colmada de contribuciones e, incluso, quimérica, para otros.
Y en abril de ese año, nació una convocatoria literaria que, con timidez, pero con ilusión, emergía en el panorama de las letras españolas con la esperanza casi puesta en su propio nombre: “Jauja”. Un sinónimo de prosperidad y abundancia que parecía predecir que, años más tarde, junto al “Emilio Hurtado”, promovido por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León, se convertiría en el Premio Caja España de Libro de Cuentos.
El cuento es, posiblemente, la unidad narrativa perfecta, la quintaesencia del relato literario. Necesariamente breve, palabras meticulosas, giros medidos con rigor, y tempos ágiles y sugerentes. De estructura concisa, personajes ceñidos y un expresar directo y sin circunloquios. Un género que debe cautivar por su sencillez, incluso sobriedad, y con la candidez luminosa. Que exige un cierto pragmatismo porque nada es baladí y que, con moraleja evidente o escondida, es el origen y destino de todo escritor.
Julio Cortázar, paradigma del narrador, definió el cuento como “un relato en el que lo que interesa es una cierta tensión, una cierta capacidad de atrapar al lector y llevarlo de una manera que podemos calificar casi de fatal hacia una desembocadura, hacia un final.”
El cuento es, por otra parte, un género tan popular como apreciado. ¿Quién no ha contado, leído, o imaginado un cuento? Nutre el sueño de los niños y redime la imaginación de los que presumimos de adultos.
Y es justo que se premie a los mejores. Y para ello coexisten, incluso abundan, convocatorias variopintas que recompensan el esfuerzo creador.
Quizá uno de los méritos de la convocatoria del Libro de Cuentos que hoy hace la Fundación MonteLeón, y que hoy presentamos, es la compilación, la creación y conjugación en un libro de cuentos. Porque no es fácil dar forma a un conjunto de relatos, crear un hilo conductor y armonizar un grupo de narraciones para llegar a un corpus que tenga la ligazón justa y sobresaliente.
Un cuento ilumina nuestra vida porque reconforta el alma, nos sumerge en la entelequia que nos aleja de la realidad, nos lleva a la fantasía para descanso de lo carnal y, sobre todo, nos enseña a desbrozar los tortuosos senderos de nuestra cruda existencia. Como dice otro gran cuentista, Gustavo Martín Garzo: “Contamos historias para que esa “pequeña alma vagabunda y dulce” siga a nuestro lado en el mundo. O, mejor dicho, los cuentos son la prueba de que sigue aquí, con nosotros. Cuando el mundo deja de contarnos cosas es porque nuestro huésped se ha ido…“
Quizá lo que importa es tener la ilusión colmada y el ánimo efervescente, y para ello nada mejor que un cuento.
Pero, realmente ¿cómo nace el premio “Jauja” de cuentos?
La idea partió de una tertulia diaria que se reunía en el Bar Jauja, en Valladolid, que estaba formada por un número más o menos fijo de tertulianos entre los que se encontraba Antolín de Santiago y Juárez, a la sazón vicepresidente de la Caja de Ahorros Provincial de Valladolid, y experto en no dejar en el aire ninguna buena idea que se formulase en su presencia.
No es que se apropiase de las ideas de otros, nada de eso, respetando a cada cual, lo que le gustaba era ayudar a ponerlas en marcha. Así pasó con esta idea de convocar un premio literario, que no sé si fue una propuesta personal o colectiva, o producto de una “tormenta de ideas” antes de que nadie las llamase así. El caso es que, de acuerdo con todos y con la aquiescencia de Vicente, el dueño del Bar Jauja, que se mostró muy contento de ceder el nombre de su establecimiento para bautizar el Premio, éste nació modestamente, pero, a la vista está, con vocación de permanencia, como se ha ido demostrando.
Antolín Santiago fue quien propuso al Consejo de Administración de la Caja de Ahorros Provincial de Valladolid la convocatoria de este Premio de Cuentos que, con otros que llegaron algo más tarde de Pintura, Escultura, Teatro, Arte Juvenil, asumió el entonces incipiente Departamento de Obra Social y Cultural de la Entidad.
A lo largo de su existencia, el Premio ha superado diversas vicisitudes e incluso alguna crisis grave, cambios de formato, de nombre, de extensión, de enfoque, la fusión de las Cajas en 1990, una desaparición, en 2013, de la obra social que lo sustentaba. Pero todos los ha superado y creo que, para la Entidad que lo creó y para las que posteriormente las hemos ido asumiendo y prestigiado es un orgullo estar hoy aquí presentando la edición número 57.
Solo en una ocasión, en el año 1973, el Premio fue declarado desierto, pero se convocó al año siguiente y contó con una nutrida participación como era habitual en cada convocatoria.
Una de las características del Premio ha sido desde el principio, la participación de escritores de todo el mundo, la mayoría españoles, como es natural, pero destacando de manera especial la concurrencia, año tras año, de autores de América Latina y del Caribe, que en ocasiones alcanzaron el Premio. Otra característica ha sido la cuidada edición anual de las obras premiadas, para cuya ilustración se ha contado con los mejores pintores e ilustradores de cada momento.
El lapsus de cuatro años sin este premio, la última edición se celebró en el año 2018, tiene que servir para que en la presente edición, la 57, los lectores y el jurado del certamen tengan serios problemas para proclamar un libro de cuentos ganador.
Se me olvidaba, el Premio de Libro de Cuentos Fundación MonteLeón es el más antiguo de España.