El presidente de la Casa de León en Madrid, Diego García Paz, presentó esta tarde de ayer viernes 5 de abril, al conferenciante, José Luis Prieto Arroyo, recordando su trayectoria académica como director del Centro Asociado de la UNED de Ponferrada, vicerrector de Centros Asociados de la UNED y vicerrector-director del Campus Noroeste, etapas en las que mostró permanentemente un compromiso con el desarrollo territorial de León y de todo el Noroeste Ibérico.
El título de la conferencia muestra con claridad la posición que José Luis Prieto mantiene en la actualidad en su condición de presidente del partido Nueva Democracia, cual es que España necesita una Constitución que permita abrir una nueva etapa de desarrollo económico y paz social a la que los españoles en su conjunto y los leoneses, gallegos, catalanes, castellanos, etc. en particular tenemos derecho, algo que la de 1978 ya no está en condiciones de garantizar.
El argumentario de José Luis Prieto, fundamentalmente, de base jurídica, se basó tanto en las opiniones de expertos jurídicos de la época como más recientes, pero sobre todo en los trabajos jurídicos de profesores de derecho constitucional y en el propio análisis del conferenciante de esos estudios y de la Constitución misma, mostrando sus incongruencias, excepcionalidades, exorbitancias, mutaciones, insuficiencias y deficiencias, que de todo ha habido en el devenir de estos 40 años de la Constitución del 78.
Asimismo, hizo algunas alusiones a las ambiguas posiciones de los actuales líderes políticos sobre la cuestión de si modificación de mayor o menor alcance, reforma profunda o nueva Constitución, enfatizando el oportunismo con que esos líderes tratan un asunto tan grave sobre el que acabarán perdiendo el control, si no abandonan posturas insostenibles en el tiempo como es gobernar con el 155 o esconder la cabeza como se ha venido haciendo por parte de quienes generaron el problema y de quienes con su inoperancia lo alimentaron.
Finalmente, el conferenciante recomendó a esos líderes políticos que se la lean antes de hacer afirmaciones como las que apuntan a cambios en derechos fundamentales o referidas a la soberanía creyendo que una simple modificación sería suficiente. Y a quienes persisten en no tocarla, dividiendo a los españoles entre constitucionalistas e inconstitucionales, les invitó a reconsiderar su discurso, pues desproveer del carácter sacro que para algunos tiene la CE78 no significa que otra Constitución más acorde con la época que vivimos y el futuro que nos espera no sea posible.