Los Stolpersteine son cubos de cemento de 10x10x10 centímetros que, en la parte superior, llevan incrustadas una placa de latón de 10×10 centímetros, donde se encuentran grabados los datos esenciales de la persona que se conmemora.
Ponferrada, 28 de enero de 2022.- Con motivo del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada acogió ayer jueves un emotivo homenaje a nueve bercianos que sufrieron represión en los campos de concentración nazis.
El homenaje, organizado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, ARMH, consistió en la colocación de nueve adoquines de bronce, Stolpersteine, con los nombres de los nueve represesaliados. También intervino el presidente de la ARMH, Emilio Silva, quien recordó el origen berciano de la asociación, y lo cerró el alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, con una intervención durante la cual se mostró por momentos visiblemente emocionado. También estuvieron en la ceremonia representantes de todos los grupos políticos municipales, así como varios alcaldes de las localidades de procedencia de los bercianos víctimas del nazismo.
Alumnos del IES Gil y Carrasco leyeron unos breves recordatorios de las vidas de los homenajeados y depositaron en el suelo un adoquín con el nombre de cada represaliado. Al final de la ceremonia un actor recitó un poema y repartió entre los asistentes claveles que fueron depositados junto a los adoquines.
La colocación de los Stolpersteine en numerosas ciudades del mundo se debe a una iniciativa del artista alemán Gunter Demnig, quien, ante la negación en su ciudad natal, Colonia, del hecho de la deportación de gitanos desde dicha localidad, reaccionó pintando, con un ingenioso artilugio, el camino que siguieron aquellas personas deportadas hasta la estación de ferrocarril desde donde fueron enviadas a campos de concentración y de exterminio.
Ese acto de rebeldía y de justicia fue el germen de estos pequeños bloques o adoquines memoriales que son los ‘Stolpersteine’ y que en un inicio se instalaban de forma clandestina. Hoy afortunadamente se instalan a plena luz pública y ante el respeto y reconocimiento general.
Los nueve bercianos homenajeados son: Antonio Abella Barredo. (natural de Paradaseca, Villafranca del Bierzo); Manuel Crespo López (natural de Villafeile, Balboa); Ceferino García Alfonso (natural de Tejedo de Ancares, Candín); Eulogio González (natural de Páramo del Sil); Elpidio González González (natural de Palacios del Sil); Agustín Ovalle Ovalle (natural de San Juan de la Mata, Arganza); José Pérez Canedo (natural de Balouta, Candín); José Calvete Fernández (natural de Albares de la Ribera, Torre del Bierzo); y Eduardo Samprón Cereijo (natural de Villasinde, Vega de Valcarce).
Stolpersteine
Stolperstein (lit: piedra de tropiezo; palabra alemana que designa una piedra en el camino que puede hacer tropezar al caminante) —en plural Stolpersteine— es un proyecto del artista alemán Gunter Demnig. El propósito de este monumento exhortatorio es conmemorar el destino de los seres humanos que fueron deportados y asesinados por los nacionalsocialistas. Son cubos de cemento de 10x10x10 centímetros que, en la parte superior, llevan incrustadas una placa de latón de 10×10 centímetros, donde se encuentran grabados los datos esenciales de la persona que se conmemora.
Estos monumentos son colocados en aceras, haciendo el hueco necesario para ser acogidos y encementados, formando ya parte de ellas, quedando su superficie superior casi al ras del suelo, siendo este sobrepasado solo por el leve espesor de la placa metálica. Este resalte sobre el nivel del suelo podría ser, tal como ocurre en la colocación de adoquines y baldosas, motivo para ocasionar un tropiezo al caminante. En esto se basa su nombre. Pero lo que se pretende es que la persona, al percibir el resalte en el camino, se detenga y se incline para leer lo que en la placa está escrito. Esta inclinación podría equivaler a un gesto de respeto por la persona que se recuerda. Pero, especialmente, se quiere no dejar caer en el olvido la barbarie de los asesinatos cometidos, basados en el pensamiento nazi.
La primera Stoperstein se colocó el 16 de diciembre de 1992, fecha en que se cumplían cincuenta años de la orden que impartió Heinrich Himmler para la deportación de «gitanos», en el adoquinado de la plaza del histórico edificio del Ayuntamiento de Colonia. En la placa se podían leer las primeras líneas del texto del decreto de deportación
Las piedras con su placa se confeccionan manualmente, por lo que debido a la alta demanda que ha recibido, Demnig se deja ayudar por algunos colaboradores. Dado que la muerte de las víctimas por los nazis tuvo un carácter masivo y semindustrial, insiste que estas piedras deben realizarse en contraposición siempre una a una y manualmente.
Se procura que la piedra sea colocada frente al último domicilio que ocupó voluntariamente la víctima. Tras la guerra, al quedar destruidas muchas casas, hubo calles completas que se convirtieron en espacios públicos como parques, polideportivos, etc. En estos casos las piedras se colocan lo más cerca posible de la última residencia, pero siempre en aceras o caminos, para que el caminante «tropiece» con ellas. Las piedras, una vez colocadas, pasan a ser propiedad de la ciudad o municipio