Ha estado acompañado la alcaldesa de Mahide, el alcalde pedáneo de Pobladura de Aliste y el presidente de la asociación.
En la tarde de ayer martes, el Presidente en Funciones y diputado de Cultura y Turismo de la Diputación de Zamora Víctor López de la Parte, asistió a la representación de la mascarada LaObisparra en la localidad de Pobladura de Aliste.
Esta mascarada se celebraba habitualmente el día 26 de diciembre, festividad de San Esteban. La falta de gente para realizarla en esa fecha motivó su desaparición. La Asociación Cultural “Aires de Aliste” la recuperó, pero realizándola en la fecha en que todos regresaban al pueblo con motivo de las fiestas patronales, el día 15 de agosto.
La Obisparra, una mascarada de invierno que se celebra en verano.
Con el término obisparra hacemos referencia a un festejo profano, que forma parte de las conocidas mascaradas de invierno, de las que Zamora es probablemente una de las provincias que ofrece una mayor riqueza y variedad. Se trata de una representación multifacética, entre lo carnavalesco y lo teatral, con diversos significados, matices y que incorpora elementos profanos, mágico-religiosos, sociales, folklóricos, carnavalescos y costumbristas.
La obisparra se celebraba originariamente el 26 de diciembre, festividad de San Esteban y desde su recuperación, en el año 2001, tiene lugar el 15 de agosto. De ahí que podamos referirnos a ella como “una mascarada de invierno que se celebra en verano”.
Se trata, según el antropólogo Rodríguez Pascual, de una preteatralización arcaica, que tiene lugar al aire libre, por las calles de la localidad y con multitud de personajes que, convenientemente ataviados para la ocasión, desarrollan diferentes acciones y escenas, a veces en paralelo, a veces encontradas entre sí, pero siempre formando parte de una misma representación.
La actuación mantiene el mismo carácter masculino (todos los personajes están representados por mozos) y amedrentador para el público infantil de aquellas fiestas procedentes del mundo antiguo: las llamadas kalendas de Jano, dios al que estaba dedicado el mes de enero, que consistían en cortejos callejeros de disfraces que iban por itinerarios determinados haciendo cuestación, el equivalente actual a la petición del aguinaldo; y las lupercales, en honor del dios Fauno, que, bajo la advocación de Lupercus, buscaban propiciar la fertilidad de campos, animales y personas y purificar el barrio por el que pasaban los lupercos; y las saturnales, en honor del dios Saturno, que provocaba una inversión del mundo social, con burlas y mofas.
Como ya se ha comentado, en Pobladura de Aliste, la obisparra siempre se celebraba el 26 de Diciembre, festividad de San Esteban, y estaba ligada a las comedias que se representaban en Nochebuena o Navidad, constituyendo, en cierto modo, una forma de “cobrar” los actores por su trabajo. Como el acceso al corral de la comedia era gratuito, al día siguiente el cuadro de actores con sus respectivos disfraces pedían a los vecinos una colaboración voluntaria o aguinaldo, acto que acompañado de toda una serie de elementos religiosos, sociales, folklóricos, etc, constituía la obisparra.Vemos pues, cómo una representación con entidad y sentido propios, al vincularse a las comedias en el sentido señalado, adquiere también un valor instrumental, aunque no exento de originalidad.
El preludio de la obisparra, la señal inequívoca que anunciaba dicho acto, era el despertar del día de San Esteban con carriles de paja por las calles, una tarea que era desempeñada por los “diabluchos”, dos personajes en proceso de recuperación para la actual escenificación de la obisparra. Otras señales posteriores y no menos evidentes, eran el creciente entusiasmo y expectación de las gentes del pueblo y las carreras de los actores a última hora para encontrar el último elemento de su disfraz o dar el último retoque a la función.
En la representación interviene un importante elenco de actores que pueden categorizarse en los siguientes grupos: Dos sembradores. Dos bueyes, el arador y el gañán. La filandorra con el niño y el soldado. El ciego, acompañado por el mendigo o lazarillo y el piojoso. El bailador y la bailadora, personajes secundarios, ataviados con traje alistano, junto con el gaitero y el tamborilero. El público o los espectadores, un elemento esencial de la obisparra.
El público interactúa permanentemente con los distintos personajes de la obisparra, en una relación dialéctica, divertida, graciosa y siempre imprevisible. De ahí que podamos afirmar que en la obisparra de Pobladura de Aliste el escenario forma parte de la escena y que la representación siempre es igual y siempre es diferente.
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