La llegada del otoño nos invita a modificar nuestros hábitos y mudar las noches algo locas del verano por días de recogimiento y vida interior.
Si es tu caso y, con el inicio de esta nueva época del año, te entran ganas de pensar, leer y meditar, afrontando el último trimestre del año como una fase de introspección para iniciar el 2017 de la mejor manera posible, escápate unos días a un monasterio y da rienda suelta a tus pensamientos más íntimos, a la luz de las velas y bajo muros repletos de sabiduría e historia.
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Reliquias seculares y sobrecogedoras celdas
Una opción puede ser viajar a la República Checa, que cuenta con un amplio y rico patrimonio religioso, tanto de la Edad Media como del Renacimiento y el Barroco. De esta época data, precisamente, el imponente Monasterio Benedictino de Broumov, situado al norte del país, y famoso por ser considerado como uno de los recintos más bonitos del precioso estilo barroco checo, y por ser el único de Europa que cuenta con un conjunto de iglesias rurales barrocas.
Allí, además de gozar de la visita de sus instalaciones, sobre todo de su biblioteca, su bodega que alberga ricos caldos y docenas de momias anónimas y de personajes famosos, y de la Iglesia de San Vojtěch; podrás visitar el antiguo comedor dónde los monjes celebraban sus almuerzos y cenas bajo la atenta mirada de una réplica de la Sábana Santa.
Pero el lugar en el que realmente podrás relajarte y meditar será en las antiguas celdas monacales, que han sido convertidas en alojamientos idénticos a los de la época, dónde el silencio es el gran protagonista de las estancias. Un silencio que podrás interrumpir acercándote a la cafetería del monasterio donde sirven un exquisito café tostado de Trutnov.
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Monasterios del Siglo XIX
Si prefieres visitar un monasterio que aún esté en funcionamiento, escoge el Monasterio Cisterciense de Vyšší Brod, considerado como el centro espiritual de Bohemia del Sur y en el que aún reside una pequeña comunidad de monjes que mantienen los hábitos y costumbres del pasado, aún viviendo en el Siglo XXI.
La visita guiada de sus instalaciones te permitirá adentrarte en un mundo monacal, cuyo alto componente espiritual te atrapará y te ayudará a alcanzar ese objetivo de relajación absoluta. Su preciosa iglesia, las capillas de estilo gótico y barroco, la sala capitular, la galería y, para finalizar, su enigmática biblioteca, dónde el pose de los siglos desprende arte y sabiduría por todos los costados.
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Una de las bibliotecas más bonitas del mundo
Y precisamente hablando de bibliotecas, no abandones la República Checa sin visitar la que para muchos es la biblioteca más bonita del mundo, por delante de la del Trinity College de Dublín o de la Biblioteca Nacional Francesa de París, entre otras. Se trata del Klementinum, la biblioteca de una antigua residencia jesuita sita en el centro de Praga, y que desde hace más de 200 años alberga la Biblioteca Nacional de la República Checa.
Además de la riqueza que albergan sus estantes, cuenta con sendas torres astronómicas en las que, desde 1775 hasta la actualidad, se registran a diario importantes datos climatológicos.
Ya sea por el silencio que impera en sus salas, como por la erudición que desprenden los libros que reposan en sus centenarias baldas, lograrás llegar hasta el interior de ti mismo, aislándote de todo lo que te rodea. ¡Feliz meditación, feliz otoño!
Mas info: www.czechtourism.com