La Ciudad de Miranda do Douro fue este pasado sábado 6 de julio escenario del encuentro de pendones» Pendones Alantre, la mesma tierra» en la que participaron enseñas procedentes de Zamora, León y Miranda do Douro.

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Un puente sobre el río Duero (el río de los tres nombres), un resto de frontera que apenas conserva la denominación de tal, dos estados, pero un mismo país. Ni siquiera los profundos escarpes del río y la incuria de siglos tratando de borrar un nombre, un hecho y hasta un sentimiento han conseguido el más mínimo de sus objetivos. De un lado y otro este país, punto menos que imaginario para algunos, mantiene unos vínculos profundos y arraigados en la cultura, las tradiciones, las manifestaciones festivas y hasta en las querencias.

¡Y cómo tiran las raíces cuando se sienten incluso lejos de nuestra zona de confort! ¡Y cómo se agradece recuperar ese hálito común que une alrededor del rescoldo del alma cuando todo parece perdido!

60 pendones de las más diferentes zonas del País Leonés fueron levantados al cielo y acariciados, hasta con mimo, por el aire de Miranda do Douro, en esta mañana en la que todo se juramentaría para que ni siquiera los pendoneros sintieran excesivo calor portando los afanes comunes, los amores, los deseos, los recuerdos de los que ya no están, la tradición, en suma, hecha tela multicolor.

Si alguien persigue un espectáculo único, unas vivencias realmente diferentes, aquí tiene un destino necesario. Miranda, además de ser una ciudad de alcance humano, llena de arte y de cultura, es uno de esos lugares en los que el viajero se siente como en casa. ¿Y es que no estamos realmente en casa? Los leoneses sí, sin duda. La patria común que se forjó a lo largo de siglos y que ni siquiera los cientos de años y los intereses espurios, en muchas ocasiones, que nos han obligado a mirarnos con recelo y hasta volviendo la espalda un hermano a otro, han conseguido ni separarnos ni olvidar lo que somos. ¡Cómo tiran las raíces cuando se sienten profundas allá en el fondo del alma!

• Texto: Hermengildo López
• Fotografías: Martinezld
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Un desfile multicolor por las calles de Miranda do Douro

El Ayuntamiento de Miranda do Douro organiza cada año la Fiesta de los Pendones de la misma Tierra «Pendones Alantre, la mesma tierra» como parte del programa de las conmemoraciones del día de la ciudad y durante el cual desfilaron este sábado 6 de julio por las calles de esta ciudad cerca de 60 pendones, provenientes de las aldeas mirandesas y de las localidades de Zamora y León.

Se trata de una jornada de convivencia cultural y de confraternización entre pendones de ambos lados de la frontera. Con esta celebración, el municipio mirandés revive la tradición y el uso de los pendones mirandeses  que hasta no hace mucho tiempo, existieron y fueron ostentados con orgullo en todos los pueblos de la Tierra de Miranda, pero, en la actualidad, ha ido perdiendo su visibilidad, a pesar de ser consustancial a su identidad histórica.

Según los estudiosos, los pendones existentes en las ciudades de todo el territorio del antiguo reino de León, de la que la Tierra de Miranda era una parte integrante, tienen su origen en las banderas militares medievales que han guiado la reconquista cristiana de la Península Ibérica,  y a medida que pierden su función guerrera, habrían sido incorporados por la Iglesia a los rituales religiosos y de esta forma han llegado así hasta nuestros días.

De colores vistosos en los que predomina el color rojo carmesí y también verde, blanco, azul, amarillo y crema, son de majestuosas proporciones (los mástiles pueden alcanzar los 13 metros igualando las dimensiones de la tela), los desfiles de estos pendones son un espectáculo inolvidable de color y energía, que contribuyen a ensalzar la celebración de la semana grande de la Ciudad de Miranda.

El desfile arrancó en la Rua 25 de Abril, para continúar por el Largo da Moagem, Avenida Aranda de Duero, Rua da Rainha Dña. Catarina, Largo D. Joáo III en dónde tuvo lugar la recepción y bienvenida a cargo de la Corporación Municipal de Miranda Do Douro con su Alcalde Artur Nunes a la cabeza, para continuar por la Rua Mouzinho de Albuquerque e Largo do Castelo en dónde tuvo lugar la sesión solemne de recibimiento de los pendones.

Tras los correspondientes discursos se hizo entrega al Alcalde de la Ciudad de Miranda Do Douro una vidriera del cáliz de Doña Urraca, pieza de gran valor sentimental para los leoneses. Finalizó el acto con diversos bailes típicos  entre los que los cuales destacó por su vistosidad el de los Pauliteiros de Miranda, que por cierto ofrecen sus danzas cada último sábado de cada mes como novedoso recurso turístico de esta localidad

Si el himno de Portugal abrió del solemne acto, el de León lo cerró. Cabe destacar la perfecta organización de esta jornada por parte de la Cámara Municipal de Miranda do Douro (Ayuntamiento) que un año más hizo sentirnos a los participantes como si estuvieramos en nuestra propia casa. La amabilidad y hospitalidad de esta bella ciudad fronteriza ha sido como siempre la «marca de la casa».