Zumba, zúmbale al pandero, al pandero y al rabel. Toca, toca la zambomba. Dale, dale al almirez.
En nombre de todos y todas los/las que hacemos Enredando y de toda la gran familia de voluntarios/as de “Enróllate”, os deseamos de todo corazón, unas felices fiestas y nuestros mejores deseos para el 2016.
Permitidnos que acabemos con esta frase de Carlos Dickens ¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!.
Noche de paz
Noche de paz, noche de amor (Stille Nacht, heilige Nacht) es una conocida canción de navidad austriaca compuesta originalmente en alemán por el sacerdote austriaco Joseph Mohr y el maestro de escuela y organista austriaco Franz Xaver Gruber. En la actualidad, la melodía difiere levemente de la original de Gruber, particularmente en las notas finales.
Fue interpretado por primera vez el 24 de diciembre de 1818 en la iglesia de San Nicolás (Nikolauskirche) de Oberndorf, Austria. La letra había sido compuesta en 1816 por Mohr en la parroquia de Santa María (Mariapfarr), pero en la víspera de Navidad se la llevó a Gruber y le pidió que le hiciera una composición musical y un acompañamiento en guitarra para el servicio de la Iglesia.1
Sobre la composición de la obra hay diferentes versiones. Se le atribuye a Franz Xaver Gruber, pues el mismo Gruber no mencionó los hechos que la inspiraron. De acuerdo a la «Sociedad Noche de Paz» de España, una de las suposiciones es que el órgano de la Iglesia quedó inutilizable y Mohr pidió a Gruber que compusiera una canción que el coro pudiera cantar acompañado sólo por la guitarra. El historiador Manuel Expósito dice que la primera mención del órgano averiado apareció en un libro publicado en Estados Unidos en 1909.
Lo histórico es que en esa primera ocasión, la canción se escuchó acompañada efectivamente sólo por la guitarra e interpretada por Mohr. Otros historiadores creen que lo que Mohr quería simplemente era un nuevo villancico para interpretar con su guitarra. Al respecto, la misma Sociedad Noche de Paz dice que existen «muchas historias románticas y leyendas» que se han ido creando alrededor de la historia de la canción.
La difusión del villancico fuera del ámbito restringido de aquella población parece que comenzó en 1833 gracias a un organista deFügen en el Zillertal (Austria), de nombre Maurach. Cuando en ese año interpretó junto a otros músicos melodías tirolesas en Leipzig, esta canción fue la que atrajo el interés del público.
La Nilolauskirche fue demolida a principios del siglo XX debido a una inundación que la dañó, y el centro del poblado fue reubicado en un lugar más seguro río arriba con una nueva edificación cercana al nuevo puente. Se edificó una capilla con el nombre de «Stille-Nacht-Gedächtniskapelle» (Capilla Memorial Noche de Paz) en homenaje a la antigua iglesia demolida y cerca del actual museo, que atrae turistas de todo el mundo, especialmente en el mes de diciembre.
El manuscrito original se perdió, pero en 1995 se descubrió un manuscrito original de Mohr y que los analistas dataron hacia el año1820. Es por medio de ese documento que se descubrió que Mohr compuso la canción en 1816 cuando fue asignado a un peregrinaje a la parroquia de Santa María. También testimonia el documento que el compositor de la melodía es en efecto Gruber y que este la compuso en 1818. Se trata, pues, del más antiguo manuscrito que se tiene sobre la historia de la canción y el único que contiene la letra de Mohr. La composición musical de Gruber tiene influencias de la tradición musical de su región y la melodía guarda relación con aspectos del folclore musical austriaco.
Otra versión popular dice que el villancico, interpretado una vez, fue olvidado pronto hasta que un reparador de órganos lo encontró en 1825 y lo revivió. Sin embargo, Gruber publicó diversos arreglos de este a través de su vida, además del manuscrito encontrado de Mohr de 1820 y que se conserva en el Museo Carolino Augusteum de Salzburgo.
Se presume que el villancico ha sido traducido a más de 300 idiomas en todo el mundo y que es el más popular de todos los tiempos. La cifra puede ser superior, si se tiene en cuenta la acción de misioneros cristianos en los cinco continentes que lo han traducido a innumerables idiomas gracias a la facilidad de su interpretación, su brevedad y que puede ser cantado sin acompañamiento instrumental.