Holanda fue uno de los países europeos más golpeados por la barbarie nazi, perdiendo alrededor del 80% de sus 140.000 judíos.
El Museo Nacional del Holocausto, recién inaugurado en Ámsterdam, es el primero en Holanda que mostrará una visión completa de la historia de los judíos holandeses que fueron asesinados durante la II Guerra Mundial, además de aquellos que formaron parte de la Resistencia.
El Museo Nacional del Holocausto se estrena con una exposición de pintura en la que el actor, productor y pintor holandés, Jeroen Krabbé, relata la historia de su abuelo, Abraham Reiss, asesinado en el campo de concentración y exterminio de Sobibor. Reiss fue un próspero comerciante de diamantes que perdió toda su fortuna en el crac de 1929. Tras la invasión nazi de Holanda, fue enviado al campo de internamiento de Westerbork y luego deportado a Sobibor. Jeroen Krabbé basa su serie de pinturas en fotografías, cartas e historias contadas en su familia, además de en libros que hablan sobre el Holocausto y Sobibor. A través de sus obras, pintadas solo al carboncillo sobre fondos al óleo, se puede entender la sobrecogedora historia de este comerciante judío.
La sede del museo, ubicada en la reformada escuela de formación docente (Plantage Middenlaan, 27), es también un recuerdo a las víctimas holandesas del nazismo, ya que se encuentra frente al antiguo teatro utilizado por los nazis como cuartel general para las deportaciones y junto a la guardería donde se enviaban a los hijos de los judíos, y en la que 600 de ellos fueron salvados de la muerte gracias a la actuación de miembros de la Resistencia.
- Para más información: http://www.hollandscheschouwburg.nl/en/holocaust-museum