La Exposición Universal de Milán 2015, ha abierto este 1 de mayo sus puertas hasta el 31 de octubre, y es un buen pretexto para visitar Milán.
Grande, alegre y dinámica, la provincia de Milán es la segunda más poblada de Italia. Su territorio se extiende a lo largo de la alta llanura padana y comprende los ríos Ticino al oeste y Adda al este.
Es un territorio caracterizado por “vías de agua”: ríos y canales la atraviesan y en algunos puntos delimitan sus confines: los ríos Lambro y Olona, numerosos canales y los famosos Navigli milaneses, antiguas vías de comunicación entre los mayores cursos de agua. Recorriendo el curso de estos ríos se distinguen alquerías y burgos como el de Corneliano Bertario con el Castillo Borromeo y villas nobiliarias e históricas como las de Inzago en los alrededores del Naviglio Martesana y el Canal Villoresi, que es considerado el canal artificial más largo de Italia.
Este último se considera como el confín meridional de la Brianza, considerada una región en la región de Lombardía donde destacan montaña, lagos, llanura.
En el territorio milanés existen seis parques regionales: Parque Adda Norte, Parque Agricolo Sur Milán, Parque de las Groane, Parque Norte Milán, Parque del Valle del Lambro y Parque Lombardo del Valle del Ticino.
La mitad de la provincia de Milán se caracteriza por un ser un territorio agrícola y fluvial. La mayor parte del mismo aparece tutelado a través de distintas áreas protegidas. Cada uno de estos habitat son un magnífico escenario natural, llenos de bellos paisajes y de arquitectura interesante.
Qué Ver:
La revalorización del patrimonio artístico de Milán y su provincia ha puesto en evidencia épocas históricas bien precisas, que han marcado el desarrollo urbanístico de la ciudad y de sus monumentos más importantes. Existe una Mediolanum (antigua ciudad de Milán de época romana) oculta, muy a menudo escondida en los museos, las iglesias, los edificios, en las excavaciones del metro o encerrada entre algún moderno complejo.
La época de mayor desarrollo fue la renacentista, que coincidió casi en su totalidad con el período de las señorías. A este período remonta el Castillo Sforzesco con la Torre del Filarete y el Parque Sempione a sus espaldas, situado justo en el corazón de la ciudad de Milán mirando hacia el Duomo, imponente representación gótica del poder de la ciudad en la época de la señorías. Al lado de la Plaza Duomo destaca la Galería Vittorio Emanuele II, considerada como el salón de Milán, también debido a sus elegantes tiendas. Entre los edificios destaca el neoclásico Palacio Real, junto al Duomo, que hoy acoge importantes exposiciones artísticas.
Poco lejos, la pinacoteca Ambrosiana expone una riquísima colección de telas de grandes artistas como Caravaggio, Tiziano y Rafael. En el homónimo barrio, la pinacoteca de Brera guarda una de las principales colecciones de pintura italiana con obras maestras como el Cristo Muerto de Andrea Mantegna. Más obras maestras en el Museo Poldi Pezzoli, considerado como una de las más importantes casas-museo de Europa.
Más escondida, Santa Maria delle Grazie es un templo que lleva las firmas de Bramante por lo que se refiere a la iglesia y la antigua sacristía, y de Leonardo por la obra maestra guardada en el refectorio del convento anexo a la iglesia, La Ultima Cena.
En el Estadio de San Siro, que es una de las construcciones más representativas de Milán y forma parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad que se puede visitar en el museo, primero y único en Italia situad dentro de un estadio, que recoge testimonios de la historia de los dos equipos de la ciudad, Inter y Milán.
Sin embargo, en tanta riqueza no pierden protagonismo los centros de provincia, que también guardan muchos tesoros artísticos: castillos, villas extraordinarias, abadías, edificios, entre los que destacan, en Monza, la Villa Real con su parque y la Catedral.
En Corbetta, la casa de Corbellino o Castelletto es un ejemplo de edificio edificado sobre los restos de un castillo, y más tarde restaurado y ampliado. En Novate Milanese, la “Casa de’ Busti” y el “Oratorio dei Santi Nazaro y Celso (Gesió) son un ejemplo de casa nobiliaria y oratorio del siglo XVI. En Abbiategrasso, es de gran interés la iglesia de Santa María Nueva, sobre cuya fachada aparece la gran pronaos proyectada por Bramante. A pocos kilómetros de esta localidad, situado en una altura que domina el valle del Ticino, hay otro ejemplo muy interesante de arquitectura cisterciense del siglo XII, la Abadía de Morimondo.
Las abadías medievales de Milán son de gran interés: Chiaravalle y Morimondo del orden cisterciense; Viboldone y Mirasole del orden de los humillados. En el norte de la capital surgen las villas di delizie, que ofrecen parques y rincones de incomparable belleza; al este de la ciudad, junto al río Adda, el arte encuentra la naturaleza y ofrece magníficos ejemplos de arquitectura industrial dentro de un escenario natural, como la centrale hidroeléctrica Taccani, en Terzo Sull’Adda.
Los castillos son otra riqueza del territorio: en el margen del Muzza en Cassano d’Adda, el Castillo Borromeo d’Adda cuenta con una historia milenaria conocida desde el siglo IX, aquí han salido a la luz, después de una cuidadosa restauración, frescos de la escuela de Giotto; en Legnano, el Castillo de San Jorge fue erigido en el siglo XIII sobre un prexistente convento de los agustinos; en Cusago, el Castillo Visconteo es considerado uno de los mayores ejemplos de arquitectura castellana de la región. Un vistazo a la zona baja de Milán nos lleva a San Colombano al Lambro y al Castillo Belgioioso y Casalpusterlengo, con la torre almenada de Pusterla con dos cuerpos sobrepuestos.
Existe además una provincia de Milán muy verde, con ríos de recorridos tortuosos tales como el Adda, que forma, en la parte norte de Trezzo, rabiones y cañones; como el Ticino, que atraviesa tierras ricas de bosques e islotes, protegidos por el parque natural de origen fluvial, quizás el más grande de Europa. Atraviesan toda la zona aguas encauzadas y a menudo subterráneas, explotadas primero por los monjes, trabajadores incansables que sanearon el Valle del Po en la Edad Media, y luego por el mismo Leonardo da Vinci, que vivió allí durante la señoría de los Sforza y que inventò un sistema para regular el nivel del agua en los canales, los famosos navigli milaneses, volviéndolos navegables.
Qué hacer
El municipio de Abbiategrasso acoge cada año el Palio de San Pedro, un desfile histórico por las calles de la ciudad de más de seiscientos personajes en traje medieval, acompañados por grupos de abanderados de nivel nacional. Los seis barrios se disputan el palio, con una carrera de caballos montados a pelo para adjudicarse el “cencio” (el trapo). Legnano alberga la Feria del Carroccio, un momento espectacular de gran reclamo folklórico: el palio hípico en el que los jinetes representantes de los distintos barrios cabalgan sin montura. El palio va precedido del desfile histórico compuesto de miles de personas vestidas de época.
En el área de Milán situada entre los canales del Naviglio Grande y del Naviglio Pavese, se abre el mercado de anticuariado de los Navigli, el más importante de la ciudad. Más de 400 tenderetes exponen muebles, porcelanas, objetos de plata, todo tipo de arte moderno y más objetos para coleccionar.
En Milán, el 7 de diciembre de cada año, día de San Ambrosio, patrón de la ciudad al que está dedicada su iglesia más antigua, y el 8 de diciembre, día de la Virgen de la Concepción, se celebra la festa de los Obei Obei, donde es posible encontrar las cosas más extravagantes, artesanía, vin brulé y vin cotto.
En Trezzo sull’Adda, sin embargo, merece la pena visitar, a pie o en bicicleta, el Ecomuseo Adda de Leonardo, un museo al aire libre con catorce estaciones y quarenta y siete paradas a lo largo del recorrido del río Adda, cruzando 10 pueblos con esclusas y centrales en paisajes con sabor a otros tiempos.
En Canegrate, el Parque del Roccolo se presenta como el más extenso de la provincia y entrelaza campos cultivados con bosques, setos y canales; muy significativo el trecho del Canal Villoresi, practicable en bicicleta.
En cambio, para una escapada a las termas, las de San Colombano al Lambro ofrecen fuentes con aguas de diferentes tipos además que sulfurosas. El grande centro termal cuenta también con equipos de entretenimiento que organizan excursiones en las cercanías.
Qué comer
Entre la llanura de Lodi y la baja pavese, a unos 40 km de Milán, se eleva la Colina de San Colombano, donde el cultivo de la vid se remonta a tiempos remotos, donde tiene origen el famoso vino Doc tinto de San Colombano. Entre los quesos típicos destacan el Grana Padano, el Gorgonzola stravecchio, la crescenza. Entre los embutidos destacan el salchichón Milano, caracterizado por el típico “grano de arroz”, la Luganega de Monza, típica salchicha utilizada en Lombardía para acompañar el arroz y las sopas invernales. La cultura gastronómica deriva de la unión entre la tradición de Pavía y la de Lodi que han originado recetas como la tortilla de ranas, el risotto con azafrán, el risotto con calabaza, la sopa de berza, la busecca, la casoela, hervidos mixtos y la famosa chuleta a la milanesa.
Entre los dulces es notable el panettone, dulce navideño típico de origen antiguo, así como la colomba, inventada en ocasión del día de Pascua. Seguimos con el pan con pasas, la tarta paraíso con mascarpone y la charlotte a la milanesa, un dulce a base de fruta (manzanas reinetas y peras).
Fuente y más info: http://www.italia.it
Fotografías: Martínezld