Cuatro planes alternativos para huir de las multitudes y tomar una buena bocanada de aire fresco.
Aunque se trate de una Autonomía en la que los fines de semana suele existir una importante desbandada por el resto del territorio nacional, la situación actual de cierre perimetral obliga (o debería) a buscar planes dentro de los límites de la provincia. Fuera dramas; hay mucho más para hacer que agolparse en las terrazas del centro o pelearse por un aparcamiento en Navacerrada.
Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
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Horcajo de la Sierra – Aoslos, en la base de la Sierra del Rincón
Una visita a la Sierra del Rincón siempre es un soplo de aire fresco. Afortunadamente, los pueblos de esta zona aún no sufren la invasión de otras zonas más conocidas del Norte de Madrid. Eso permite una visita más tranquila disfrutando de una autenticidad extinta en otros rincones de la zona.
Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
En estos momentos, Horcajo y Aoslos, dos pueblos intrínsecamente ganaderos que comparten Ayuntamiento y están separados por el río Madarquillos, son lugares para disfrutar de los primeros verdes, colores y sonidos primaverales. Hay multitud de paseos y senderos hasta el río o por su vera.Entre los senderos, destaca el recientemente restaurado Puente Viejo de Horcajo. Este puente salvaba originalmente el río para mantener el camino de las vías pecuarias que se extienden hacia Somosierra y desde allí, hacia el este castellano.
Finalmente, si el plan de terraceo sigue repiqueteándote las neuronas, hay varias opciones para darle rienda suelta manteniendo una más que segura distancia con el resto de vecinos y visitantes. Quién sabe, a lo mejor después de un buen paseo es momento de degustar una apetitosa hamburguesa o una buena pieza de ternera en el centro de cualquiera de los dos núcleos; opciones seguras hay.
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Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
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Aranjuez, el jerte madrileño
El Real Sitio de Aranjuez, residencia campestre por excelencia de los Reyes españoles, es un destino clásico dentro de la Comunidad de Madrid. El Palacio Real se hace visita imprescindible. No obstante, en esta ocasión y priorizando los espacios abiertos, una visita a los jardines es francamente recomendable.
Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
En este sentido, el Jardín de la Isla, en las inmediaciones del Palacio, destaca por sus trazados y rincones en los que la primavera comienza a verdear. Los pavos reales notan esta llamada y es fácil poder disfrutar del espectáculo cromático de sus colas abiertas.
Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
Por otra parte, el menos ajetreado Jardín del Príncipe, destaca por su riqueza botánica, sus rincones acuáticos y, sobre todo, en estas fechas, por un contraste de colores que bien vale la pena visitar. Estos jardines -en realidad, conjunto de ellos-poseen una extensión mayor que el propio Parque del Retiro de Madrid y constituyen uno de los ejemplos más extensos de toda España. Además, en estas fechas, los cerezos en flor nos permiten sobrellevar mejor la imposibilidad de visitar el bello Valle del Jerte cacereño.
Más info:
- https://www.turismoenaranjuez.com
- https://www.patrimonionacional.es/visita/palacio-real-de-aranjuez
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Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
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Industria y arte en Nuevo Baztán y Olmeda de las Fuentes
La bella villa de Alcalá de Henares merece en sí misma todas las líneas que sobre ella se escriban. En esta ocasión, optamos por un desviarnos unos kilómetros al sur, concretamente hacia Nuevo Baztán.
Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
Esta localidad barroca surge gracias al emprendimiento industrial de Juan de Goyeneche mezclado con el racionalismo arquitectónico de José de Churriguera. El primero, nacido en el valle navarro de Baztán, se había decidido a crear una serie de fábricas cerca de la Corte con la que aprovisionar a los ejércitos nacionales, así como a buena parte de la alta sociedad con nuevos productos. Churriguera aportó una visión práctica sobre cómo acomodar a los futuros trabajadores del recién creado complejo industrial. El resultado fue Nuevo Baztán. En este bello pueblo barroco destaca el Palacio de Goyeneche, la iglesia dedicada al santo navarro Francisco Javier así como diversas estructuras urbanísticas como la Plaza de Fiestas.
Y ya de estar aquí, a cuatro kilómetros de distancia, se enclava entre las lomas Olmeda de las Fuentes. Conocida también como la Villa de los Pintores, en Olmeda empezaron a fijar su segunda residencia numerosos artistas, especialmente pintores, en la segunda mitad del s.XX. Entre todos ellos se encuentra Vela Zanetti, conocido por sus comienzos en la ciudad de León, donde también vivió su infancia.
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Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
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Alto Guadarrama y Cabeza Líjar
Para concluir, qué mejor que una opción 100% al aire libre y para todos los públicos. Entre las numerosas rutas de senderismo del Alto Guadarrama, destaca la ascensión desde el Alto del León a Cabeza Líjar.Su sencillez es inversamente proporcional a la belleza de los paisajes que se pueden admirar. Con un desnivel de unos 300 metros y una longitud menor a los 10 kms, esta ruta es ideal para poder disfrutar de los numerosos miradores de este rincón de la Comunidad.
Fotografía: Rodrigo Lombraña Pascual
El trayecto permite disfrutar del aire libre a demanda, ya sea paseando, en bicicleta por la pista, en familia, con amigos o, para los más valientes, extendiendo el cordal hasta el Alto de Abantos, con una posición privilegiada sobre El Escorial. En cualquiera de las opciones, el camino permite disfrutar de la fresca de los pinos silvestres. Es habitual el corretear de las lagartijas, bien espabiladas ya por el Sol, entre los pies del caminante. Pero elevar la vista al cielo también permite disfrutar del vuelo silencioso de los buitres que abundan en toda la Sierra.
Esta zona, perteneciente al Frente de Guadarrama de la Guerra Civil, sigue manteniendo innumerables vestigios de la contienda. Algunos de ellos, por su situación privilegiada, como los búnkeres de los altos de Cerro Piñonero o de Cabeza Líjar, se han reconvertido en miradores desde donde obtener una panorámica inigualable del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, de los pinares segovianos y abulenses o del Alto Guadarrama, extendiéndose la vista, con permiso de la calima, hasta mucho más allá de la ciudad de Madrid.
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Textos y fotografías: Rodrigo Lombraña Pascual
