Versión clásica

Los jurrus y castrones toman hoy las calles de Alija del Infantado

Este antruejo de Jurrus y Castrones de Alija del Infantado es una Fiesta de Interés Turístico Provincial.

jurrus y castronesEste domingo a partir de las 17,30 horas los castrones librarán su última batalla contra los jurrus, defendiendo su poblado de Alija.

Toda la representación se desarrolla en un escenario magnífico, en la amplísima Plaza del Palacio de la localidad, presidida por Ayuntamiento al fondo, dos de sus laterales ocupados por casas porticadas y en dos esquinas opuestas el Castillo restaurado en buena parte, y la iglesia de San Verísimo. Ocupando buena parte del centro de la plaza se ha construido de forma permanente un poblado prehistórico, con cercado de postes de madera que cobija varias cabañas circulares de paredes de postes de madera y cubierta vegetal, varios postes totémicos, de los que cuelgan cráneos secos de diversos animales y pieles. Todos estos lugares intervienen como lugares de acción.

El escenario está aparentemente desierto; tan sólo en un corral hay dos machos cabríos sesteando. De repente, de una de las cabañas emerge un personaje vestido de blanco y con fajín rojo. Su rostro, de tez oscura, de la que destacan unos ojos y una boca inyectados en sangre, sus cuernos y las pieles animalescas que cubren parte de su rostro y espalda, meten miedo y prueban su carácter no humano. Pronto empieza a emitir gritos guturales y con un mazo comienza a golpear el gong que cuelga de dos postes de madera. Es el Gran Jurru. El sonido metálico pronto atrae al poblado desde todas las esquinas de la plaza a más Jurrus, que amenazan con sus tenazas, y que pronto empiezan a encender hogueras. Han decidido incendiar la ciudad de Alixa.

El humo y los gritos han movilizado a la Mayorazga, que haciendo sonar un cuerno y llamando en todas las casas moviliza a todas las mujeres de Alixa. Doña Cuaresma, ante el desorden imperante en la ciudad, observa desde el campanario de la torre de San Verísimo y decide ayudar a las mujeres en la defensa de Alixa.

Baja desde su atalaya y, dirigiéndose al Ayuntamiento, enarbola el pendón municipal, convirtiéndose en abanderada de la defensa. Para ello, sube a las almenas del Ayuntamiento y lee el pregón de defensa, proponiendo como su adalid al Birria Mayor: “¡Villa de Alixa! He oído vuestros lamentos y vuestro clamoroso llanto y sé que el mal, encarnado en un temeroso Jurru, se ha desatado entre vosotros. Conozco que habéis implorado mi intercesión y ayuda desde el momento que esa malvada bestia acudió para invadir Alixa. Vengo por eso a vosotros acompañada de mi más fiel y valeroso guardián, el Birria Mayor y me comprometo ante vosotros a defender la villa. Leal y noble villa, arrojo sobre vosotros las cenizas ahuyentadoras del espíritu del mal y sabiendo que habéis sido siempre vasallos y servidores de la causa que represento que es el bien, dejo desde ahora organizada la defensa de esta villa, en la confianza de que los Birrias combatirán al Jurru hasta condenarlo a morir en la hoguera”.

Sobre las almenas se asoma ahora una figura gigantesca, también vestida de blanco. Su rostro, algo menos horroroso que el Jurru, no oculta su aspecto animalesco, subrayado por una cornamenta de ciervo, pero sobre su frente campea la cruz. Es el Birria Mayor. Ya sabe hablar, porque enseguida se dirige a los habitantes de Alixa: “Sabido tengo por mi dueña y excelsa señora Doña Cuaresma, cómo una bestia demoníaca y maligna, se ha sublevado contra esta muy noble y leal villa de Alixa, sembrando el terror y realizando todo tipo de desmanes y fechorías.

Al finalizar habrá chocolatada para todos los asistentes.

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