Béjar cumplió un año más con la tradición de los hombres de musgo.
Cuenta la leyenda que allá por el siglo XII, en época de Alfonso VIII la Ciudad de Béjar estaba ocupada por las tropas musulmanas. Los cristianos intentan conquistar la Ciudad y para ello se cubren con musgo y aprovechando la oscuridad de la noche se acercan hasta las puertas de la muralla de Béjar.
Al amanecer los centinelas abren las puertas de la ciudad sin percatarse de la argucia de los atacantes y es en ese momento cuando los cristianos toman Béjar tras una dura y sangrienta lucha. Era el día de Santa Marina y desde ese día la puerta por la que accedieron los cristianos se llamó Puerta de la traición.
Desde entonces Béjar recuerda año tras año esa gesta hasta que en el siglo XIV se integran en la celebración del Corpus Christi, en cuya procesión les podemos ver cada año escoltando al Pendón de la Ciudad.
Algo más de ocho siglos después en el antiguo convento de San Francisco a las 9 de la mañana 5 hombres y una mujer se preparan para recrear la leyenda de los hombres de musgo.
Béjar se engalana, balcones y ventanas lucen su mejores telas (no en vano estamos en la capital de la industria textil aunque hoy esté en declive) y cuelgan de ellas cestos de flores.
Las calles se cubren de tomillo para crear una gran alfombra al paso del Santísimo. Tras el paso de la procesión el tomillo es recogido por la gente ya que la creencia dice que este ahuyenta los rayos de las tormentas.
A las 11 de la mañana, los hombres de musgo llegan a las puertas del Ayuntamiento Bejarano, en donde la corporación local les espera bajo “mazas” y con el pendón de la Ciudad, enseña que será escoltada por los hombres de musgo en la procesión del Corpus
Tras los acordes del himno nacional la comitiva se dirige a la Iglesia de Santa María la Mayor lugar de donde sale la Procesión del Corpus acompañada de banderas y pendonetas de cofradías y asociaciones religiosas, niños de comunión, banda de música y la policía local acompañando al pendón, corporación y hombres de musgo.
De Santa María la Mayor la comitiva regresa a la Plaza Mayor haciendo parada en la iglesia del Salvador y continúa hasta la iglesia de San Juan.
Altares callejeros y alfombras de flores embellecen el recorrido de la procesión. Béjar luce hoy sus mejores galas. Tras la visita a la iglesia de San Juan la comitiva regresa a la Plaza Mayor en donde se realizan las reverencias de las banderas.
La rendición de banderas consiste en hacer tres reverencias avanzando progresivamente hasta el altar del Santísimo Sacramento colocado en el atrio de la iglesia. Las personas que puedan hincan rodilla en tierra, las que no puedan hacen inclinación profunda de cabeza.
En el suelo, disimuladas en la alfombra roja hay tres cruces, para facilitar las tres reverencias.
Con la tercera reverencia se lleva el extremo del asta hasta el suelo. Al finalizar la tercera reverencia se retiran haciendo otras tres reverencias, de cara al Santísimo Sacramento, al finalizar la última reverencia dan media vuelta y bajan el escalón de la acera.
La fiesta ha terminado y los hombres de musgo se van para volver puntalmente el año próximo y los visitantes nos disponemos a reponer fuerzas con un calderillo bejarano un guiso hecho con patatas y carne que es plato típico de la cocina bejarana.
Texto y fotografías: Martínezld