Todo el corredor se encuentra lleno de estas pintadas de las que no se han librado ni las nuevas marquesinas que ya están llenas de “firmas” sin tan siquiera haberse estrenado.
Desde que la obra de integración de FEVE se terminara en mayo de 2018 esta se encuentra en un estado de total abandono siendo la misma pasto de los grafiteros cuyo caldo de cultivo eran las traseras de las casas que hay a ambos lados de la vía y que se pintaron para embellecer este trazado ferroviario a cargo del Instituto Leonés de Renovación Urbana y Vivienda (ARI).
Estamos en una tierra en donde nos han acostumbrado a que la medida temporal sea el lustro en lugar del año natural por lo que ya han pasado 9 años desde que partiera de la vieja estación de Matallana un 18 de septiembre de 2011 el último tren que circuló por la llamada trinchera de San Mamés-Las Ventas.
Se pretendía transformar esta línea ferroviaria en una línea tranviaria elevándola a nivel de calle, tirando el puente de Juan de Austria y regulando los cruces por unos semáforos que nunca han funcionado, al tiempo que se proyectaban dos ramales, uno a los hospitales y el otro a la Universidad, ramales de los que todavía estamos esperando el prometido estudio de viabilidad.
Este nuevo corredor ferroviario se preveía en sus inicios electrificado y con cinco paradas: Estación de Matallana, Parque de San Mamés, San Mamés, Asunción y Universidad. Dos de esas paradas ya están vandalizadas por los grafiteros.
Todo el corredor se encuentra lleno de estas pintadas de las que no se han librado ni las nuevas marquesinas que ya están llenas de “firmas” sin tan siquiera haberse estrenado.
Pero es la zona del puente de los Maristas la que se lleva la peor parte puesto que es donde los grafiteros se han cebado con esta estructura.
La osadía de estos grafiteros ha llegado en su día al punto de vandalizar también los trenes convirtiéndose en un problema tanto para las ciudades como para RENFE.
La compañía ferroviaria inició en noviembre pasado una etapa de acciones para la sensibilización social contra la problemática de los grafitis en los trenes.
En tal sentido la puerta grafiteada de un tren de cercanías estuvo recorriendo España bajo el título “la obra más cara de ARCO” en alusión a la Feria de Arte que cada año se celebra en Madrid.
En el comunicado que acompañaba a la muestra manifestaba RENFE que según sus cálculos, “el coste de la limpieza de grafitis en trenes ascendió en 2018 a 15 millones de euros, sin contar los gastos de aumento de vigilancia y seguridad en estaciones para evitar estos actos vandálicos. Estos costes aumentarían la factura hasta los 25 millones de euros anuales, con los que se podrían comprar tres trenes nuevos de cercanías todos los años, o un nuevo AVE cada dos años”.
En junio del pasado 2019 la policía desarticuló tres grupos de grafiteros arrestando por este motivo a ocho personas, de las cuales 3 lo fueron en León, a las que presuntamente se les imputaban 128 delitos de daños, 38 en León, y más de 4.000 metros cuadrados afectados por las pintadas por un valor de más de 556.000 euros.
En esta lucha contra el grafiti y las “firmas, por ejemplo, el Ayuntamiento de Salamanca limpió solo en agosto del año pasado 1.979 grafitis. Una auténtica sangría de recursos para las Instituciones.
En definitiva han pasado nueve años desde el inicio de estas obras de integración del tren de FEVE en León y aun no se ve final a esta situación de paralización por lo que es de suponer que el deterioro de este corredor ferroviario seguirá y que el día que se ponga en marcha habrá que rehabilitar de nuevo esa ya degradada zona.