Lo mejor de un Strauss, sin valses, y el monumental concierto para piano de Schumann de la mano de Ibermúsica

Algunas de las mejores obras de Richard Strauss –nada que ver este alemán con la familia vienesa Strauss y sus célebres valses (más de mil composiciones entre el padre y sus tres hijos)–, y el delicado y complicado Concierto para piano de Robert Schumann forman la próxima cita de Ibermúsica el próximo 16 de marzo a las 19:30 en el Auditorio Nacional de Música de Madrid. El húngaro Ivàn Fischer llevará la batuta frente a la Budapest Festival Orchestra de la que es fundador y director y con la presentación del suizo Francesco Piemontesi al piano que afrontará la obra de Schumann, un clásico del repertorio para el instrumento por su belleza y su complejidad.

La segunda parte de este excepcional concierto estará a cargo de Richard Strauss, que firma tres obras en el programa: la “Danza de los siete velos” (1905), pieza icónica de su ópera “Salomé” y los poemas sinfónicos “Don Juan, Op. 20” (1888), partitura basada en el poema homónimo de Nikolaus Lenau, y “Till Eulenspiegel, op.28” (1895) sobre las ‘alegres aventuras’ del singular personaje del folklore alemán. Se abrirá el concierto con los “Minutos sinfónicos” de Dohnányi.

Robert Schumann solo compuso un concierto para piano que lo estrenó con su esposa Clara al piano en Dresde en 1845. Desde sus inicios, el Concierto para piano de Schumann se ha mantenido como uno de los elementos básicos del repertorio romántico, y se interpreta a menudo en todo el mundo. Schumann había trabajado en fragmentos anteriores de otros conciertos para piano, sin embargo, ninguno de estos se completó. Su esposa Clara Wieek, también pianista virtuosa, sugirió que debería ampliar la obra a un concierto. En 1845, Schumann añadió los dos últimos movimientos para completar la obra como concierto. Si bien es un documento de verdadero sentimiento y expresión románticos, y ciertamente no exento de momentos de formidables desafíos técnicos, es una obra de gusto romántico del más alto nivel.

Clara no siempre fue bien tratada en su época, se la consideraba una fanática del control que intentó dirigir todos los aspectos de la vida personal y profesional de la familia Schumann. Lo que se olvida convenientemente en este retrato antipático es que Clara y Robert Schumann tuvieron ocho hijos, cuidados por Clara mientras ella intentaba mantener una carrera propia y generar algunos ingresos familiares esenciales. En última instancia, se convirtió en la cuidadora de su esposo, ya que su estado mental se deterioró hasta que finalmente fue hospitalizado.

Un nuevo ejemplo de compenetración personal y artística es la de la soprano Pauline de Ahna y Richard Strauss que estuvieron casados durante 55 años. Strauss fue un destacado compositor romántico alemán que se guiaba por dos dioses musicales: Mozart, cuya música fue una influencia benigna cuando Strauss llegó a la madurez a finales del siglo XIX en Munich, y Wagner, cuyo ejemplo ayudó a liberarlo de modelos más conservadores.

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La música de Strauss se caracteriza por la tonalidad poswagneriana, las orquestaciones brillantes, la comprensión completa de la voz (sobre todo la voz de soprano de su muejre) y sus intrincadas tramas operísticas. Su obra más conocida es el poema sinfónico Also Sprach Zarathustra, que curiosamente se utilizó como tema principal de la película 2001: A Space Odyssey dirigida por Stanley Kubrick.

En el concierto de Ibermúsica se podrá escuchar “La danza de los siete velos” que fue una de las principales razones del escandaloso éxito de Salomé de Richard Strauss, cuyo estreno en Dresde el 9 de diciembre de 1905 sacudió el mundo musical y dio una fama extraordinaria a su autor. Así como Oscar Wilde, en la obra en la que Strauss basó su libreto, no había escrito instrucciones sobre cómo debía ejecutarse la danza, el compositor dejó esta parte de la ópera a la imaginación.

También forma parte del concierto el poema sinfónico “Don Juan, Op. 20” (1888), que fue definido como «símbolo musical del modernismo de fin de siglo», particularmente por el «estado de ánimo separatista». de sus primeros compases. Las representaciones de la obra duran alrededor de dieciséis minutos. La dificultad de la obra hace que los extractos de Don Juan sean un elemento básico de las listas de audiciones orquestales para muchos instrumentos.

Otra de sus obras es el descriptivo poema sinfónico Till Eulenspiegel’s, en el que Strauss narra las desventuras y travesuras del héroe popular campesino alemán “Till Eulenspiegel”, en realidad una figura completamente imaginaria cuyo nombre generó un ciclo de cuentos populares en la Edad Media. Strauss que había leído esos cuentos de niño, elaboró ??un extenso poema sinfónico que representaba a esta figura de singular espíritu y habilidad. Sus propias notas de programa sugieren el siguiente escenario: “Había una vez un tonto pícaro llamado Till Eulenspiegel. Era un duende malvado con nuevos trucos. Hasta que monta a caballo por el mercado, se burla de la religión (disfrazado de clérigo), coquetea con mujeres, se involucra en un doble discurso académico con su audiencia filistea, y al final se encuentra en el patíbulo, listo para ser ahorcado”.

Claude Debussy sugirió en 1903 que la obra se parecía a “una hora de música en un manicomio. No sabes si rugir de risa o de dolor.” A pesar de la evaluación condenatoria de Debussy,Till Eulenspiegel se ha convertido desde entonces en uno de los poemas sinfónicos más populares y queridos de Richard Strauss.

Ibermúsica fue fundada por Alfonso Aijón en 1970, quien se propuso traer a España las mejores agrupaciones sinfónicas del mundo. Desde entonces Ibermúsica, ha evolucionado en concordancia con los tiempos conservando la calidad artística, el rigor y la pasión por el arte y la música. La institución ha trabajado durante más de 50 años y la relación de artistas que han debutado en España de la mano de Ibermúsica es dilatadísima, gracias a la profesionalidad que ha sido consigna de esta casa. Asimismo, gracias a Ibermúsica se han estrenado en España numerosas obras de compositores tan relevantes como Stravinsky o Shostakovich.

De la mano de Llorenç Caballero, actual Director General de la compañía, Ibermúsica sigue apostando por traer a nuestro país la mejor música con los mejores directores, solistas y orquestas del mundo en Madrid.

Quienes estén interesados en adquirir localidades, aún hay disponibles en: www.entradasinaem.es; tel.: 902 22 49 49 o directamente en las taquillas del Auditorio Nacional de Música.

Mas info: www.ibermusica.es,