Lisboa es esa ciudad en la que siempre hay algo nuevo que visitar y algo diferente que descubrir. Gracias a su ubicación privilegiada, a su moderna infraestructura, a su clima agradable y a la variedad de monumentos, la capital portuguesa es un destino ideal al que viajar en cualquier época del año.
Si bien es cierto que necesitaremos al menos una semana para descubrir la ciudad lusa y sus alrededores, una escapada de 48 horas nos permite conocer sus lugares más atractivos y convertirse en un buen apetitivo para un viaje posterior.
Comenzamos este viaje visitando uno de los sitios más emblemáticos de Lisboa, al que llegaremos a pie o a bordo del tranvía número 28: la Plaza del Comercio, también conocido como Terreiro do Paço, por los portugueses. En este espacio existen dos puntos de especial interés: el Arco de Rua Augusta, que ha abierto sus puertas de nuevo al público, y la estatua ecuestre de D. José I, el rey de Portugal que estuvo al mando cuando tuvo lugar el terremoto de 1755 en Lisboa.
En Terreiro do Paço, se encuentra el Lisboa Story Centre, un centro de interpretación dedicado a la historia de la capital, que ofrece al público una crónica de la misma a través de seis núcleos de información, expuestos de forma innovadora gracias a las nuevas tecnologías. Una de sus mayores atracciones es una maqueta interactiva de Lisboa que permite ver los acontecimientos en una pantalla táctil, justo en el lugar exacto donde ocurrieron.
Salimos de la plaza a través del Arco y así acceder a Rua Augusta, la calle principal de La Baixa, uno de los barrios más céntrico e importante de Lisboa. Caminando a través de sus calles se pueden observar algunas de las plazas y calles más emblemáticas de Lisboa: la Plaza de los Restauradores, por la cual se puede acceder a la Avenida da Liberdade, que desemboca en la Plaza del Marqués de Pombal.
Al lado de la Plaza de los Restauradores se ubica la Plaza del Rossio, la más animada de la ciudad y el lugar de cita de lisboetas y turistas. En La Baixa también se sitúa el Elevador de Santa Justa, cuya estructura de 45 metros de altura recuerda a la Torre Eiffel. Su parte superior ofrece unas vistas magníficas de la ciudad, convirtiéndose así en uno de los principales miradores desde su creación.
Otra de las zonas básicas para poder conocer la historia de la capital portuguesa es Belém, el barrio más paradigmático en cuanto a patrimonio relacionado con los descubrimientos. Cuenta con dos grandes joyas de la ciudad: el Monasterio de los Jerónimos, con su Iglesia y Claustro, y la Torre de Belém. En él también encontrarás el Monumento a los Descubrimientos, el Puente 25 de Abril, y por supuesto, sus deliciosos pastelitos.
Una de las áreas más modernas es el Parque de las Naciones, antiguo espacio de la Expo del 98, que se ha convertido en un recinto vivo, dinámico y multifuncional, que constituye hoy en día la marca de la Lisboa contemporánea. En él, los visitantes pueden divertirse en el Oceanário, disfrutar de espectáculos, pasear, hacer deporte, ir de compras y admirar la magnífica belleza del río Tajo y del Puente Vasco de Gama, el más largo de Europa.
A 30 kilómetros al oeste de Lisboa, nadie puede perderse un pintoresco y pequeño pueblo de pescadores, Cascais, uno de los más sofisticados balnearios de vacaciones que tiene como principal atracción sus hermosas playas, ideales para practicar surf y otros deportes acuáticos. Uma vila encantadora e pitoresca a cerca de 30 km a oeste de Lisboa, junto ao Estoril,
Sintra es una villa lusa de fama internacional por su belleza, sus múltiples palacios, sus bosques naturales y sus playas de arena dorada a solo 30 kilómetros de Lisboa. El Palacio da Pena parece directamente sacado de un cuento. Elegido como una de las Siete Maravillas de Portugal, se divide en cuatro áreas: las murallas exteriores, el convento, el patio de los arcos y la zona palaciega. Merece la pena subir hasta lo alto del mismo para disfrutar de la panorámica sobre sus paisajes. Como curiosidad, el Palacio da Pena sirvió de inspiración a Walt Disney para crear el palacio de La Bella Durmiente.
De vuelta a Lisboa, puedes finalizar esta provechosa escapada visitando Mafra, conocida por su rico patrimonio histórico, especialmente por su convento barroco, construido por D. João V en el siglo XVIII, y la Iglesia de Santo André, edificada entre los siglos XIII y XIV.
Acerca de Turismo de Lisboa
Turismo de Lisboa es una asociación sin fines lucrativos, formada por entidades públicas y privadas que operan en el sector turístico creada en 1998. Esta entidad tiene como objetivo principal unir esfuerzos para mejorar y desarrollar la promoción de Lisboa como destino turístico entre los mercados emisores, tanto en la vertiente de viajes de vacaciones como en la de congresos e incentivos.
Entre los objetivos de sus fundadores destaca la necesidad de potenciar la dinámica creada con la EXPO’98 y dotar al destino turístico “Lisboa” con una entidad que correspondiera exactamente a ese espíritu y que consiguiera superar con éxito los grandes desafíos futuros. Ya forman parte de Turismo de Lisboa entidades públicas y empresariales, encontrándose entre ellas las más importantes empresas que ejercen su actividad en el sector del turismo de la ciudad de Lisboa y sus alrededores. En este momento hay cerca de 650 asociados en este proyecto.
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