Por su gran cantidad de servicios y alojamientos, pero, sobre todo, por su encanto singular, la capital leonesa es punto de salida y lugar de paso imprescindible en la ruta jacobea del llamado ‘Camino Francés’
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León es pasión, una ciudad que lo tiene y lo da todo por sus visitantes, un destino idóneo para hacer una parada mientras se hace el Camino de Santiago. Cruce de culturas, arte que llega a su máximo esplendor en su catedral gótica, sus barrios Húmedo y Romántico con una oferta gastronómica insuperable… León lo tiene todo.
Durante el peregrinaje, la capital leonesa se posiciona como un alto en el camino, indispensable, para aquel que dirija sus pasos hacia Santiago de Compostela.
Un paso más cerca de la meta, de la ilusión que este 2021 tiene su apogeo como Año Santo Xacobeo. Desde el camino, uno puede imaginar las torres de la Catedral de Santiago de Compostela, fin del peregrinaje que, en su trayecto, deja recuerdos maravillosos para custodiar en la memoria.
Recuerdos de lugares como León que alimentan el alma. Por su estratégica ubicación, la capital leonesa se convierte en un lugar de parada obligatoria para los peregrinos que realizan este recorrido a través del ‘Camino Francés’, que une la localidad de Saint Jean de Pied de Port con la ciudad compostelana.
La ciudad de León se encuentra a escasos 300 kilómetros de Santiago de Compostela y, desde allí, tan solo 14 etapas a pie separan al peregrino de su destino.
El camino también es cultura, un viaje en la máquina del tiempo por la historia de una ciudad de convivencia. El Museo de las Tres Culturas de Leonés un enclave perfecto como punto de entrada de los peregrinos a la ciudad.
Está dividido en tres áreas, una zona de recepción donde los visitantes pueden descansar y acceder a toda la información sobre el Camino de Santiago; otra sobre el pasado romano de Puente Castro con paneles explicativos y la recreación de una habitación con un médico romano; y una dedicada a la cultura judía, con la recreación de una escena de hogar.
La popularmente conocida como Plaza del Grano es una de las imágenes más hermosas de la capital leonesa, símbolo de su pasado. Tomándola como punto de partida, un paseo por la ciudad enriquece el alma con lugares como el albergue de peregrinos de las Benedictinas, en el Monasterio de las Carbajalas.
Recorriendo la Rúa, se llega a la Casa Botines, joya del modernismo de Gaudí que plasmó en la estampa leonesa. Junto a ello, el palacio renacentista de los Guzmanes, una de las familias más poderosas e influyentes, tampoco pasa desapercibido.
El corazón de León está en la calle Ancha, la más importante de la ciudad desde la época romana. Una vía llena de vida que divide en dos el casco histórico leonés y a su vez delimita a la perfección los barrios Húmedo y Romántico.
Llena de comercios y establecimientos gastronómicos, es una parada obligatoria para reponer fuerzas tras horas y kilómetros de caminata.
Recorrer esta calle es disfrutar de una vista privilegiada, admirando fachadas de antiguos palacios donde hoy convergen multitud de estilos con un objetivo, llegar hasta la impresionante Catedral gótica. Desde este punto, la parte más alta de la ciudad, los callejones colindantes hacen aparecer hacia la derecha a la Real Colegiata de San Isidoro.
Se trata de un monumento histórico que no solo alberga la conocida como ‘Capilla Sixtina del románico’, sino que, además fue testigo de las primeras Cortes que convierten a León en Cuna del Parlamentarismo.
León es pasión por el peregrino, un alto en el camino santo en una ciudad con una oferta cultural, histórica y gastronómica insuperable.