Años anteriores hemos disfrutado con la recreación de las Cortes Leonesas de 1188, de los fueros de León de Alfonso V o la coronación de Alfonso V.
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Dentro del marco de las fiestas del Barrio de Santa Marina la Real de la ciudad de León y organizado por la Asociación de Vecinos del citado Barrio y por la Asociación Cultural “El Trovador Leonés”, y con textos de Hermenegildo López, este sábado, 20 de julio tuvo lugar la recreación de la Coronación del gran rey Alfonso VI de León “El Bravo” ocurrida en la entonces catedral románica de esta Urbe Regia, hace 960 años.
Estas recreaciones que anualmente se realizan en torno a la fiesta de Santa Marina reciben el nombre de «Memorial Mariluz Santos», en recuerdo de quien, desde su presidencia ha legado un patrimonio impresionante en trajes medievales como ayer se pudo constatar.
Malos vientos vienen soplando desde hace tiempo para el Reino de León y esos malos vientos deslucieron este sábado la recreación de esta Coronación de Alfonso VI de León celebrada en la plaza de Regla, frente a la Catedral de León. Una pena que esta magnífica recreación no se hubiera realizado en el interior de nuestro primer templo, al igual que ocurre en Zamora con la recreación de la ordenación como caballero del primer Rey de Portugal Alfonso Henriquez o la jura de Santa Gadea en la Catedral de Burgos con motivo de las jornadas cidianas.
Un año más el profesor Hermenegildo López vuelve a la carga con una magnífica puesta en escena. Y como siempre viene acompañado de ese magnífico elenco de actores aficionados, que sino fuera porque al final de la recreación nos lo cuenta el propio Hermenegildo nadie nos daríamos cuenta.
El viento fue responsable de que no se pudiera instalar en la trasera del escenario el «Signum Regis» o un par de pendones realizados para la ocasión. Pero ni el viento ni lo desapacible del día pudieron con el ánimo de los leoneses y leonesas que llenaron el aforo previsto para la ocasión, incluidos varios concejales y el Alcalde de León, ávidos de conocer la autentica historia del Reino de León.
El viento tampoco resto calidad al libreto preparado por nuestro incansable colaborador Hermenegildo López, que una vez mas, nos encandilo con esta recreación histórica. De nuevo muchos cerramos los ojos y nos trasladamos a 1066.
Alfonso VI de León, llamado «el Bravo», fue rey de León entre 1065 y 1072 en un primer reinado, y entre 1072 y 1109 en un segundo, de Galicia entre 1071 y 1072 y entre 1072 y 1109 y de Castilla entre 1072 y 1109. Y fue uno de los grandes Reyes que dieron grandes momentos de gloria a la historia del Reino de León. No en vano este Rey fundó Valladolid (para desgracia nuestra) y conquistó Madrid y Toledo.
Como segundo hijo varón del rey de León y conde de Castilla, Fernando I, y de la reina Sancha de León, a Alfonso no le habría correspondido heredar. A finales de 1063, probablemente el 22 de diciembre, aprovechando que numerosos magnates se habían reunido en la capital del reino para la consagración de la basílica de San Isidoro de León, Fernando I convocó una Curia Regia para dar a conocer sus disposiciones testamentarias, en las cuales decidió repartir su patrimonio entre sus hijos, reparto que no se haría efectivo hasta la muerte del monarca con el fin de evitar que surgieran discordias después de su muerte.
A Alfonso le correspondió el Reino de León, «la parte más extensa, valiosa y emblemática: la que contenía las ciudades de Oviedo y León, cunas de la monarquía astur-leonesa», que comprendía Asturias, León, Astorga, El Bierzo, Zamora con Tierra de Campos así como las parias de la taifa toledana
El día 27 de diciembre de 1065, después de haber practicado una penitencia pública, haberse despojado de todos los atributos reales y haberlos sustituido por un sayal de monje, además de cubrirse el cabello con ceniza, moría en San Isidoro de León el gran Fernando I, esposo de la reina Sancha I, del que hace muy pocos años hemos celebrado el milenario de su nacimiento.
Por esta razón, la reina Sancha decidió que antes de que la nobleza abandonara la capital del reino, se llevara a cabo la coronación de aquel en quien había recaído el gobierno del mismo, Alfonso, el segundogénito. Los hechos acontecieron el día 3 de enero de 1066.
Tras su coronación en la ciudad de León en enero de 1066, Alfonso tuvo que enfrentarse con los deseos expansionistas de su hermano Sancho quien, como primogénito, se consideraba el único heredero legítimo de todos los reinos de su padre. El 7 de noviembre de 1067 fallece su madre la reina Sancha, suceso que abrirá un periodo de siete años de guerra entre los tres hermanos (García, Sancho y Alfonso). Pero esa es otra historia, que Hermenegildo López nos la ha contado en su libro «Érase una vez un Reino».
Por cierto el autor finalizó la recreación señalando que Alfonso VI nunca firmó como Rey de Castilla, puesto que Castilla era un mero condado del Reino de León. Afirmación que concitó el aplauso del público allí presente
El himno de León puso el broche final a una gran tarde-noche del frio verano leonés.