Se leerá el mensaje seleccionado por el Comité Internacional de la Danza que corresponde en esta edición a Kang Sue-Jin, bailarina y directora artística del Ballet Nacional de Corea
El Auditorio Ciudad de León acoge este viernes, a las 20.00 horas, la celebración del Día Internacional de la Danza con una gala que organiza la Concejalía de Acción y Promoción Cultural.
Este espectáculo cuenta con la colaboración de varias academias o escuelas de León como Emotion Dance Academy, Escuela de Baile Melanie, Escuela de Danza Camino López, Escuela de Danza Coppelia, Escuela de Danza de León, Infinity Dance Studio, Rumballet, que mostrarán sus trabajos bajo este lenguaje común de la danza.
Además, se leerá el mensaje seleccionado por el Comité Internacional de la Danza que corresponde en esta edición a Kang Sue-Jin, Corea del Sur, bailarina y directora artística del Ballet Nacional de Corea.
Kang Sue-Jin es Doctora Honoris Causa en el Departamento de Danza de la Universidad de Mujeres Sookmyung en Seúl, República de Corea. Solista del Ballet de Stuttgart y bailarina principal durante más de 15 años. Nombrada como ‘Kammertanzerin’ (Bailarina de la Corte Real), Alemania, en 2007. Embajadora Honoraria de los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018. Además, Kang Sue-Jin usa su fama y sus habilidades artísticas para enseñar a los niños discapacitados a bailar.
Entrada con invitación
Todas las personas interesadas pueden recoger las invitaciones en las taquillas del Auditorio los días 27, 28 y 29 de abril en horario de 9.00 a 14.00 y el día 29 en caso de no agotarse, a partir de las 16.00 h. Se entregarán máximo dos por persona
El mensaje del Día Internacional de la Danza 2022 le ha sido encargado a la directora del Ballet Nacional de Corea, Sue Jin Kang (Seúl, 1967): «La catástrofe del COVID-19 ha detenido la vida libre tal y como la conocíamos y estar en medio de esta tragedia nos hace replantearnos el significado de la ‘danza’ y de los ‘bailarines’. En un pasado lejano, la danza era un medio primordial de expresión y comunicación a través de los gestos, convirtiéndose en un arte escénico que conmovía el alma e inspiraba al público. Es un arte momentáneo que es difícil de restaurar en su forma original una vez completado porque se crea con todo el cuerpo y el alma. La danza está hecha de momentos efímeros, lo que predestina a los bailarines a estar en constante movimiento. Sin embargo, el COVID-19 ha restringido e incluso bloqueado el arte de la danza en su forma original.
Aunque la situación está mejorando, los espectáculos de danza siguen estando sujetos a muchas restricciones. Esto nos hace atesorar los preciosos recuerdos de los tiempos en los que la danza y los bailarines brillaban como joyas e iluminaban el mundo, transmitiendo la angustia y la ansiedad humana, la voluntad y la esperanza de vivir.
Del mismo modo, es importante recordar que en una de las diferentes réplicas de la peste negra surgida en la Europa medieval, el 28 de junio de 1841, se estrenó en la Ópera de París el ballet ‘Giselle’, que representa el amor más allá de la muerte, y recibió una respuesta explosiva. Desde entonces, ‘Giselle’ se ha representado en toda Europa y en todo el mundo para reconfortar y animar a las almas de la humanidad asolada por la pandemia. Ésa es mi manera de entender ‘Giselle’, tal y como se demostró desde su primera representación: es el magnífico espíritu de una bailarina que intenta escapar de la gravedad de las penurias que azotan el mundo.
El solitario y cansado público está sediento de la simpatía y del consuelo de los bailarines. Como bailarines, creemos que batir nuestras alas da esperanza a los corazones de los que aman el arte de la danza y les da el valor para superar esta pandemia. Mi corazón ya comienza a palpitar”.