La iniciativa de crear esta Asociación comienza en noviembre de 2013 en Jaca. Se constituye entonces el Observatorio Jacobeo con la firma de un protocolo de adhesión entre los ayuntamientos de Jaca, Logroño, Burgos, Astorga y Santiago de Compostela.
A partir de ese germen, se ha desarrollado la labor que ha venido realizando durante este tiempo, encaminada a la creación de la Asociación de Municipios del Camino de Santiago, que incluye la adhesión de los mismos a la Asociación. Este es un proceso que no acaba hoy aquí, ya que otros ayuntamientos han expresado su interés por unirse a esta iniciativa.
El Camino de Santiago fue declarado Conjunto histórico artístico en el año 1962 por el Estado español. El Consejo de Europa lo distinguió como Primer Itinerario Cultural Europeo en 1987 y en 2004 como Gran Itinerario Cultural Europeo.
En 1993 fue incluido en la lista de bienes Patrimonio Mundial de UNESCO por su valor excepcional para la humanidad. Asimismo, el Camino de Santiago ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, en su edición 2004, como «lugar de peregrinación y de encuentro entre personas y pueblos que, a través de los siglos, se ha convertido en símbolo de fraternidad y vertebrador de una conciencia europea».
Hace veinticinco años, grupos de voluntarios de diferentes provincias y comunidades autónomas se organizaron para recuperar y sacar adelante la vieja y milenaria tradición del peregrinaje a Santiago. Estas gentes, constituidas en asociaciones, dieron un nuevo impulso al Camino de Santiago iniciando una senda no siempre entendida por todos pero cuyos resultados se desgranan en las cifras que cada año se difunden del mismo.
Los principios fundamentales con los que se crearon fueron y son el cuidado del Camino y la atención a los peregrinos. Su esfuerzo, junto con el de las administraciones, ha recuperado una antigua imagen en los viejos caminos peregrinos: la de gentes de todo el mundo con su mochila a los hombros camino de Santiago.
Sin embargo, el éxito actual, sin acciones que ayuden a consolidar su presente, puede significar su fracaso futuro. El Camino, con sus más de cien nacionalidades diferentes de peregrinos, no solamente es una fuente de riqueza cultural única sino que se ha convertido en una fuente de riqueza económica alimentada, en cada ciudad y cada pueblo, por los peregrinos de todo el mundo a cada paso que dan.
Hoy el Camino goza del máximo nivel de protección patrimonial que puede tener un monumento en el mundo (autonómica, nacional, europea e internacional) pero curiosamente su nuevo esplendor ha supuesto un auténtico caos de normativas dispares que: ni lo protegen como deberían ni ayudan a sus peregrinos como sería deseable ni permite que los pueblos por los que transcurre tengan mecanismos y recursos para atenderlo de manera efi caz y aprovechar todo su potencial. Normativas dispares o incoherentes, señalización desigual cuando no contradictoria, soluciones distintas a problemas similares según localidades y un largo etcétera hacen más necesaria que nunca articular algún sistema que permita a los ayuntamientos coordinar acciones conjuntas en el Camino de Santiago en beneficio de los propios pueblos, del Camino y de los peregrinos.
Esta fue la razón que nos alentó a poner en marcha nuestra propuesta de creación de esta Asociación de Municipios del Camino de Santiago que pensamos debe ocuparse de tres aspectos fundamentales:
1. Cuidar y atender al Peregrino.
Ellos son nuestros mejores embajadores en el mundo difundiendo y transmitiendo las bondades de nuestros pueblos y ciudades. Y hacerlo mediante acciones como:
Estar atentos a su seguridad. Informarles de manera unifi cada, coherente y normalizada a su paso por nuestros pueblos.
2.- Cuidar el Camino.
Atendiendo a su limpieza y conservación. A la señalización uniforme y coherente a lo largo de todo él. O la regulación de albergues con normas básicas de obligado cumplimiento.
3.- Potenciar la unión entre nuestros pueblos y ciudades para permitir:
La búsqueda, tramitación y gestión de convocatorias ofi ciales y planes europeos que promuevan proyectos conjuntos.
La difusión general del Camino a nivel nacional e internacional de forma unitaria con el apoyo de instituciones de las Comunidades y el Gobierno Central. O la colaboración con empresas privadas para activar proyectos en el Camino