La pieza del mes destacada entre el patrimonio del museo Alto Bierzo de Bembibre en diciembre de 2018 son las Sandalias del arzobispo Antolín López Peláez.
En esta ocasión han querido dar a conocer al público una pieza relacionada con la indumentaria religiosa, como es la sandalia o pantufla pontifical, usada principalmente por los miembros del orden episcopal. Para su fabricación se utilizan tejidos naturales orlados con una primorosa decoración y materiales de complexión más rígida en la suela. El color de las mismas, al igual que el de las caligae o medias (que le acompañaban), dependía del oficio litúrgico celebrado por el prelado.
Las sandalias objeto de este estudio poseen un excelente estado de conservación y han sido confeccionadas en seda roja y bordadas con hilo de oro. De especial interés, es la cruz del empeine, ribeteada de forma minuciosa y que lleva engarzada en el centro una cuenta de cristal verde. Proceden de la “Casa Grande” de Albares de la Ribera y fueron donadas al Museo “Alto Bierzo” de Bembibre el 4 de abril de 1997 por el académico Valentín García Yebra (1917-2010), natural de Lombillo de los Barrios (Ponferrada) y miembro de la Real Academia Española.
Sabemos además, que pertenecieron al arzobispo Antolín López Peláez (1866-1918), un cepedano universal, nacido en Manzanal del Puerto (Villagatón) el 31 de agosto de 1866 y fallecido en Madrid el 22 de diciembre de 1918. En 1930 y al objeto de perpetuar la memoria del ilustre prelado leonés, el general Severo Gómez Núñez quiso “levantar una pirámide en Manzanal del Puerto”.
Sin embargo, el denominado “Obispo del Bierzo” o “Apóstol de la Justicia”, era un enamorado del idílico paisaje de Albares y en esta localidad fijó su residencia. Erigiendo en 1897, en las inmediaciones del río Boeza, la monumental “Villa Antolín”, que hacía las funciones de una auténtica “Casa de las Musas” y que albergaba en su interior una biblioteca con más de 6.000 volúmenes. Desde el año 1967, en el frontis de tan señera mansión campea “una preciosa lápida con el busto del metropolitano”, cincelada por el escultor leonés, Valentín Yugueros Nicolás.
Asimismo, en 1912, estando al frente del Obipado de Jaca (Huesca), abre en Albares, la primera bodega moderna del Bierzo (con una vivienda anexa para el responsable de su gestión). En medio del extenso viñedo, que por entonces superaba las 7.000 cepas y proporcionaba trabajo a 32 personas, se emplaza el denominado “Mirador de don Antolín”. Este innovador proyecto vitivinícola, además de elaborar y conservar los estimados caldos de la ribera del Boeza, planteaba la creación de una Escuela de Enología “de incalculable beneficio para el Bierzo, para Galicia, para España”.
Igualmente, en 1914, el ahora arzobispo de Tarragona, consigue que se inicien las obras de la carretera de Albares. La mejora de las infraestructuras viarias “hizo de Albares algo grande, lleno de vida, de exuberancia, de majestuosidad, que le harán popular y quizá preferido entre muchos pueblos de la provincia”.