Una recomendación encarecida, entonces, a quienes vuelvan a ocuparse de la mujer de nuestro Vermudo III, el Mozo: apeen el calificativo de “castellana” para una reina de León, infanta de Pamplona y sin ninguna relación con el condado castellano.
Nos encontramos ante uno de los personajes más olvidados y, en cierto modo, más controvertidos de nuestra historia leonesa.
Su filiación ha dado mucho que hablar pues desde los primeros cronistas que se ocuparon de esta persona, Lucas de Tuy o Jiménez de Rada, siempre se la entendió como hija del conde castellano Sancho García y de Urraca, su mujer. Descartada esta posibilidad por la incompatibilidad de las fechas, surgía otro problema para adscribirla, como esposa, a Vermudo III (hijo de Alfonso V, el de los Buenos Fueros, y hermano de Sancha Bermúdez que, para muchos historiadores debe ser considerada la primera reina efectiva del Reino de León). En efecto, en algunos documentos de la época de este Vermudo, aparece una tal Urraca reina, confirmante en algún documento real. De ello han deducido algunos que sería la primera mujer de Vermudo, cuando en realidad se trata de una tía suya, ya viuda del segundo matrimonio de su padre Alfonso V, Urraca Garcés.
Los mismos autores, arriba citados, llegaron incluso a insinuar que Vermudo habría matrimoniado con una mujer de nombre Teresa, hija del conde Sancho de Castilla. Las investigaciones posteriores han desechado también esta posibilidad, por lo que hemos de volver a situar a Jimena, si bien, tras las aportaciones de Jaime de Salazar Acha, en el Primer Congreso General de Historia de Navarra, parece ya no existir duda de que el padre de Jimena Sánchez no es otro que Sancho el Mayor de Pamplona y su madre Muniadonna de Castilla.
Una recomendación encarecida, entonces, a quienes vuelvan a ocuparse de la mujer de nuestro Vermudo III, el Mozo: apeen el calificativo de “castellana” para una reina de León, infanta de Pamplona y sin ninguna relación con el condado castellano salvo por el hecho de que su padre intervino en la política del mismo y que, después de la muerte del último conde descendiente de Fernán González, ocupara el dominio su hermano Fernando Sánchez. Hay errores permisibles, cuando la investigación histórica no ha conseguido demostrar algo; en este caso, como afirmamos, ya no cabe la más mínima duda de los antecedentes familiares de Jimena la reina de León. Calificarla de “castellana”, no solo es un error histórico sino una aberración, desgraciadamente buscada, en algunos casos.
El matrimonio entre los dos jóvenes formaba parte, como hemos constatado en muchas ocasiones, de la política establecida para mantener abiertas las relaciones entre León y Pamplona; de hecho, Sancha, la hermana mayor de Vermudo, “viuda antes de estar casada”, por el asesinato de García Sánchez, desposará a un hermano de Jimena, Fernando. Son los años en los que Sancho el Mayor interviene muy directamente en los asuntos del Reino de León, hasta el punto de firmar, en algunas ocasiones, como soberano del mismo y es muy posible que estos matrimonios pactados representaran la forma de volver, en cierto modo, a una situación anterior, pero con un monarca en León supeditado a los designios de Pamplona y no a la inversa.
El enlace de Vermudo y Jimena debió producirse entre el 23 de enero de 1034 (no existe firma de ninguna reina al lado de la del rey) y el 17 de febrero del año siguiente, fecha en la que ya aparece la firma de la reina Jimena, en la creación de la diócesis de Palencia en la persona de Gonzalo Martínez Díez. Tenían por delante únicamente tres años de vida en común.
Fruto de este breve matrimonio nació un niño, Alfonso de León que, desgraciadamente, falleció a los pocos días de nacer. León se quedaba sin heredero directo y los derechos del Reino pasaban a Sancha, ya casada con Fernando, el aludido conde de Castilla.
El último documento en el que aparecen juntos recoge una donación al monasterio de Celanova y viene fechado el 9 de junio de 1037; apenas tres meses antes de la muerte de su marido.
Desaparecido Vermudo, en lucha contra su cuñado Fernando, en la batalla de Tamarón (habida entre el 30 de agosto y el 4 de septiembre de 1037), Jimena permanecerá en León y así lo recogen algunos documentos de la época de su hermano Fernando: Xemena devota regina soror illius (Jimena, devota reina hermana de él), dice uno del 21 de diciembre de 1062. Se trata de la última vez en la que los copistas nos dan señales de la existencia de la reina viuda, por lo que se supone que la misma habría fallecido poco tiempo después. Y, siguiendo la costumbre de aquellos años, fue sepultada en el Panteón de Reyes de San Isidoro.
H.R. REGINA DOMNA XEMENA, UXOR REGIS VEREMUNDI REGIS CONIUX, SANCTIIQUE KASTELLANI COMITIS FILIA QUE Xº KLAS DECEMBRIS
Aquí reposa la reina doña Jimena, hermana del rey (se entiende Fernando I), esposa del rey Vermudo e hija del conde castellano Sancho Xº Kalendas de diciembre (22 de noviembre).
Como hemos significado anteriormente, esta calificación para el “conde” debe ser entendida en el contexto arriba señalado.
Esta historia y otras mas puedes leerlas en el libro del Profesor Hermenegildo López “Señorío de mujeres”
- Texto: Hermenegildo López González
- Fotografías: Martínezld