La Villa laredana celebra esta fiesta de interés turístico regional que conmemora y escenifica el último desembarco de Carlos V en la playa de la Salvé, en 1556.
“El Último Desembarco de Carlos V” convierte a Laredo, durante cuatro días de septiembre, en una pujante villa Renacentista en la que se da cita la Corte Imperial del abdicado Emperador como paso previo a su retiro vital en el Monasterio de Yuste (Cáceres). Precisamente, este itinerario desde la orilla del mar hasta Extremadura es evocado en una Ruta con múltiples actividades que se denomina la otoñada.
Laredo retorna con esta fiesta a 1556. Calles, establecimientos y fachadas de edificios se adornan y engalanan a la usanza de aquella época, con pendones y estandartes evocando el esplendor del que era uno de los principales puertos de Castilla.
Un amplio programa de actividades componen esta fiesta, entre las que destacan los Torneos de Época, el Desfile, y, sobre todo, la Escenificación de la llegada del Emperador. Actos todos ellos que tienen su epicentro en un imponente Palenque dispuesto en la playa Salvé, con gradas con capacidad para casi 5000 espectadores. Multitudinaria resulta asimismo la Cena del Emperador, que se desarrolla en el interior del Túnel de la Soledad, con menús a la vieja usanza para más de 800 comensales.
La fiesta se adentra en todos los rincones de la villa, gracias al Mercado Renacentista y a la variedad de actuaciones artísticas de calle que se suceden sin parar durante los días de celebraciones.
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Fuente: Turismo de Cantabria