Este concepto de cocina nipona, serio en el fondo, pero divertido en la forma, surge justo antes de la pandemia de la mano de una pareja de jóvenes emprendedores. La idea triunfó por aquel entonces gracias a su mimado delivery; hoy ya tienen cuatro restaurantes en puntos clave de Madrid… ¡y ganas de más! Alonso Cano, Príncipe de Vergara, Pozuelo de Alarcón y el más nuevo, en Ponzano, son las direcciones donde triunfa el delicioso sushi de Lamonarracha, cocinado a ritmo de los 80 y 90, cuya calidad y ambiente generan una experiencia que siempre apetece repetir
Madrid, 15 de mayo de 2024. Gran producto – artesano y seleccionado con mimo-, buena presentación, estupendo servicio, atención en los detalles y una genial idea en torno a la cocina japonesa fusión que se puso en marcha el 14 de febrero de 2020, justo un mes antes de que todo cambiara… son las claves de la magia de Lamonarracha (Alonso Cano, 53. Tel. 91 007 43 27; Príncipe de Vergara, 78. Tel. 91 262 50 79; Atenas, 2 (Pozuelo de Alarcón). Tel. 91 033 05 81; Ponzano, 10. Tel. 91 009 81 26. www.lamonarracha.com).
Se trata del proyecto del Grupo Lamonarracha, formado por un matrimonio de dos jovencísimos emprendedores: Carlos Rojo (29), licenciado en ADE, que con una corta carrera en KPMG y 2 másteres se encarga de la gestión; y Alejandra Santos (24), que como interiorista y graduada en marketing, aporta además su visión y buen gusto a la esmerada estética de los locales, diseñados por su estudio Live Home Author. La idea era -y sigue siendo- fabulosa; el momento de abrir quizás no lo fue tanto, pero en la dificultad encontraron la oportunidad, y su profesional servicio de delivery hizo posible que hoy sean ya un fructífero grupo.
Lo de respetar la materia prima aquí no es un tópico, es un compromiso real de calidad en cada ingrediente, que buscan que sea natural y lo más artesano posible. El pescado fresco, como el atún rojo salvaje, procede de pesca sostenible y el salmón es de aguas del Atlántico, caracterizado por su intenso color y sabor; la verdura llega directa desde pequeños proveedores de la huerta navarra; ¡y hasta la salsa de soja la elaboran a diario en cocina! De ahí que se definan como un ‘japonés de confianza’…
Con todo esto, y con preparaciones bien desarrolladas por manos expertas, surgen recetas niponas con toques fusión que no hay que perderse, como el Bao artesanal de atún rojo salvaje con huevo de codorniz, la Tempura de langostino tigre «Lamonarracha», el original Carpaccio de dorada a dos temperaturas, Roll crunch de langostino con salsa spicy mayo, Roll tempurizado de anguila, o el apellidado ‘Pantera rosa’. Si saltamos de sección nos encontramos un chispeante Niguiri crujiente con tartar de atún rojo y cecina de León, una mezcla que hace explotar las papilas gustativas, o el llamativo sushi de Dorada con pesto de aceituna negra y mermelada de melocotón.
Un toque dulce tiene también el Nigiri de foie con frambuesa, y hay, por supuesto, apartado específico de postres, con una Tarta cremosa de queso artesanal, Tarta Lotus de limón pensada para compartir, o su Torrija casera de pan brioche, reposada durante 24 h en chocolate blanco. Y para acompañar, refrescos, cervezas nacionales o japonesas; una corta pero bien escogida carta de vinos nacionales; combinados de ginebra, ron, vermut, sake … -muchos de ellos con opción de ‘medias copas’- y una interesante propuesta de cócteles clásicos con toque japonés, como el Tinto de verano, que aquí lleva sorbete de yuzu, el Japanese Spritz o su versión del Sex at Mona´s.
El conjunto de esta carta que triunfó en los orígenes de la marca en formato delivery por su gran calidad -porque se cuida igual en sala que a domicilio- y que sigue haciéndolo desde sus cuatro direcciones, refleja la esencia nipona atemporal; una estética impecable en cada restaurante, que no entiende de modas, sino que es fiel a su diseño, empleando materiales como el papel pintado de la casa Missoni que además sirve de hilo conductor en todos sus espacios, madera, iluminación tenue, y una icónica Mona presente en diferentes formatos así como su vajilla, completan una experiencia que siempre apetece repetir. Además de ser una firma rebosante de personalidad, tiene un rincón dedicado al arte en sus locales -todos muy acogedores, con puntos comunes, pero ninguno igual- Lamonarracha Art.
Cada dirección está decorada con cuadros o esculturas, piezas exclusivas de diferentes autores, que además de acompañar a los comensales, están a la venta; y amenizadas a ritmo de los 80 y 90, porque la música es otra de las señas de identidad de la firma. Playlist divertidas, con un aire nostálgico que envuelve el ambiente en cada servicio y hacen viajar al comensal a sus recuerdos mientras el paladar vuela.
Ponzano, el último en abrir, a finales de 2023, es el que aporta el toque discordante, ya que está concebido como un ‘casual dinning’, más informal, para el buen tapeo japonés con una caña muy nuestra, o uno de sus sofisticados cócteles mientras suena Cyndi Lauper. En sus mesas altas se puede tomar una versión degustación de su carta, con 6 pases más 1 postre, pensado para 2 personas, por 26’50 € por comensal -35 con cóctel-. Esta opción de menú, así como otros 5 para grupos, o uno del día por 18’50 € con posibilidad de alternativa sin gluten, están disponibles también, de momento, en Chamberí, Barrio de Salamanca y Pozuelo. ¿Dónde abrirá el siguiente?
El ticket medio de Lamonarracha), con una excelente relación calidad-precio, es de 30 € y sus locales tienen horarios diferentes: Chamberí (Alonso Cano) y Barrio de Salamanca abren ambos de 13:30 a 17:00 h -hasta las 17:30 el fin de semana- y de 20:00 a 00:00 de domingo a jueves -hasta las 1:00 el fin de semana-; Pozuelo funciona durante las mismas horas, pero los domingos tarde y lunes completos cierran. En Ponzano descansan solo los lunes; mientras que martes y miércoles abren en horario de tarde -de 20:00 a 00:00 h-, de jueves a sábado ininterrumpidamente de 13:30 a 2:00 de la mañana y los domingos hasta las 00:00 horas.