La muestra, que podrá visitarse hasta el 12 de abril, reúne cerca de un millar de documentos, algunos inéditos, como fotografías, escritos personales y creativos, materiales de prensa y obras fílmicas
Comunicación Universidad de Salamanca | 14/02/2020. La Universidad de Salamanca presenta, dentro del marco del programa Concordia 2020, la exposición “Basilio Martín Patino. Pasión por el juego”, con la que se pretende ofrecer un reflejo de la trayectoria vital y profesional del cineasta salmantino.
Esta muestra, organizada por la Universidad de Salamanca, a través del Servicio de Actividades Culturales, conjuntamente con Linterna Mágica y la Fundación Basilio Martin Patiño, y con la colaboración de Filmoteca Española, Filmoteca de Castilla y León y el Archivo Histórico Provincial de Salamanca, reúne cerca de un millar de documentos, entre los que destacan fotografías, obras fílmicas, artículos de prensa y escritos personales y creativos. Junto a esta ingente documentación, también han sido seleccionados numerosos materiales inéditos, además de incluir fragmentos de sus obras y la proyección íntegra de algunos de sus trabajos cinematográficos.
Este proyecto tiene por objetivo desgranar la filmografía del realizador, mostrando cómo el recorrido de su cine ha supuesto un camino cargado de búsqueda, de innovación, de desafíos estilísticos y estéticos. Asimismo, pretende reflejar la importancia de la Universidad de Salamanca “como una etapa clave dentro de su vida, tanto en sus inicios en el mundo del cine, desde donde desarrolló posicionamientos críticos y reflexivos, primero en el seno del Cine Club Universitario y, posteriormente, en el marco de las Conversaciones Cinematográficas de Salamanca, como al final de su trayectoria con la concesión del doctorado honoris causa”, explicó el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, durante la rueda de prensa de presentación de la muestra en la que también participaron Raúl Fernández Sobrino, viceconsejero de Cultura de la Junta de Castilla y León; Pilar Doblado Alayeto, presidenta de la Fundación Basilio Martín Patino; y Ignacio Francia Sánchez, comisario de la exposición.
Recorrido narrativo
El desarrollo de la colección “Basilio Martín Patino. Pasión por el juego”, que podrá visitarse del 12 de febrero hasta el 12 de abril, se construye en torno a un doble eje, según explica su comisario, el periodista Ignacio Francia.
Por un lado, la lectura de los espacios de su niñez, adolescencia y juventud en Lumbrales, el territorio de la estancia en Comillas, y la pujanza intelectual en Salamanca. Y, por otro lado, la muestra afronta un recorrido narrativo de la trayectoria biográfica del realizador, el cual se organiza en torno a varias secciones:
Lumbrales. Infancia y juego: El comienzo del relato contextualiza el ámbito de la localidad salmantina de Lumbrales, en la que Basilio vivió durante su infancia, tanto desde el punto de vista familiar como de las relaciones de amistad y situaciones del entorno. Por otro lado, sobresale el aspecto de los juegos, los cuales supusieron la base del desarrollo del sentido lúdico que impregnó en su cine.
Salamanca. Adolescencia en posguerra: El relato expositivo recoge la documentación de esta etapa que, en su normalidad, se vio cortada de forma dolorosa por la muerte de su hermano mayor y, medio año después, por el fallecimiento de su padre.
Tiempo de Universidad, tiempo de creación: El discurso expositivo respalda los pasos que condujeron a una posición de reconocida brillantez, no solo con sesiones bien programadas con sus boletines universitarios, sino también con el desarrollo de cursos, conferencias, concurso de guiones y edición de publicaciones.
Conversaciones en Salamanca. Resistencia cultural: Esta sección reúne lo que supuso para el cineasta el desarrollo de las Primeras Conversaciones Cinematográficas Nacionales, al igual que perfila la interpretación que les otorga como manifestación de resistencia cultural frente al régimen.
De Salamanca a Madrid. El despertar creativo: Los documentos recopilados muestran un proceso de creciente creatividad, plasmada en sus obras dentro de las prácticas de los estudios en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas. Además, los archivos destacan la dedicación del realizador a la filmación de espacios publicitarios.
Nueve cartas a Berta. Salamanca, una escenografía: La exposición muestra aspectos hasta ahora desconocidos sobre elementos de su origen, así como de su proceso creativo. En primer lugar, la novela inédita que supuso el germen de la película “Nueve cartas a Berta” (1966) y, en segundo lugar, el proceso creativo del guion de dicha película.
Octavia. Los retornos: La vértebra medular de la propuesta pone en diálogo a su primera obra, “Imágenes sobre un retablo” (1955), con la última producción de Basilio, “Libre te quiero” (2012). Por otro lado, la película quizá más compleja del director, “Octavia” (2002), y su testamento cinematográfico, también afrontan lo que representa el regreso a la ciudad, al seno familiar y a encarar los asuntos que quedaron pendientes antaño.
Canciones, Verdugos, Caudillo. Libertad frente a la censura: La propuesta señala aquellas obras que no cayeron en las garras de la censura. Y, al mismo tiempo, hace referencia al sistema de producción y creación casi artesanal que desarrolló el cineasta, en el cual el montaje jugó un papel decisivo.
Los paraísos perdidos. Tiempo de desencanto: Dentro del ámbito salmantino de la obra de Martín Patino, la muestra encuadra también este largometraje de regreso “Los paraísos perdidos” (1985), del cual se aportan elementos sobre los perfiles de la película.
Madrid. Las lecturas de la imagen: El relato expositivo muestra un análisis de la fotografía de su largometraje “Madrid” (1987) , en cuyo montaje destaca el tratamiento de la imagen.
La seducción del caos. Espejo y representación: Desde la perspectiva cinematográfica, esta sección trata cómo el director salmantino innovó con la utilización de recursos del vídeo, al igual que más adelante repetiría con el uso de imagen digital.
Espejos en la niebla, Entrecruce de dos mundos: En el comienzo del último tramo de la exposición se proyecta íntegramente el ensayo audiovisual “Espejos en la niebla” (2008), con el cual trasladan dos mundos bien diferentes envueltos en la niebla que moviliza la creatividad del artista.
Innovación y libertad: El recorrido por la sala arroja no escasas muestras de la creatividad de Martín Patino, desde los documentos recogidos donde se encuentran una serie de guiones que en su mayoría no se filmaron, hasta las propuestas tan apetecibles y esperadas, pero que tampoco cuajaron.
Biografía Basilio Martín Patino
Basilio Martín Patino (Lumbrales 1930 – Madrid 2017) nació en el seno de una familia de maestros de tono conservador. En su pueblo natal apreció el sentido del juego, que desarrollaría a lo largo de su recorrido creativo como uno de los puntales fundamentales de su obra. En 1940 la familia se trasladó a Salamanca, donde Basilio cursó sus estudios, que en la Universidad se especializaron en Filología Moderna. En esa etapa destacó por su participación en diferentes iniciativas culturales, que centró en el cine a partir de la creación del Cineclub Universitario en 1953, desde donde organizó, en 1955, las Conversaciones Cinematográficas Nacionales, que se desarrollaron en un ámbito de convergencia de diferentes ideologías y removieron el cine español.
En 1955 ingresó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), donde cursó los estudios de dirección. Desde ese momento, la escritura cinematográfica, como crítico y autor de guiones, impulsó su actividad, al tiempo que comenzó la realización de anuncios publicitarios que siempre reconoció que fueron su mejor escuela de aprendizaje. Tras dirigir los cortometrajes “El Noveno” (1961) y “Torerillos” (1962) realizó su primer largometraje, “Nueve cartas a Berta” (1965), película que alcanzó gran resonancia. A causa de los problemas en torno a su segunda obra, “Del amor y otras soledades” (1969), el cineasta decidió romper con el entramado de la industria y planteó un sistema propio de producción con un perfil muy creativo a partir de materiales de archivo articulados con su dominio del montaje, lo que se tradujo en “Canciones para después de una guerra” (1971). Pero la película fue prohibida por la censura e incluso el régimen dictatorial intentó su destrucción. Se estrenó en 1976 con enorme éxito.
Ante el acoso oficial, Martín Patino pasó a trabajar en la clandestinidad, donde generó piezas tan potentes como “Queridísimos verdugos” (1973) y “Caudillo” (1974), que solo pudieron proyectarse al borde de la democracia. Siguió una etapa en la que el cineasta desarrolló diferentes proyectos audiovisuales y figuró como pionero en el manejo del soporte vídeo. Con “Los paraísos perdidos” (1985) volvió al mundo de su primera obra desde la crisis de una mujer en los espacios de la memoria. Desde ahí, el realizador pasa a obras de intensidad creativa desde el sendero de la innovación constante con “Madrid” (1987) y “La seducción del caos” (1991), junto con los siete capítulos que configuran “Andalucía, un siglo de fascinación” (1995-1996). Después de otra etapa con la aportación de diferentes piezas innovadoras, Martín Patino vuelve con su testamento cinematográfico, “Octavia” (2002), de nuevo en torno al ámbito de los regresos y la memoria, en obra de intensa madurez. Un nuevo giro de tuerca se produjo con el ensayo audiovisual “Espejos en la niebla” (2008), antes de cerrar su ciclo artístico con “Libre te quiero” (2012).