Versión clásica

«La Traslatio». El Camino de Vuelta (y II parte).

Además de la advocación al Santo Isidoro, tenemos la constancia de que, en un cartulario de la Universidad de Salamanca, con fecha 2 de marzo de 1598, aparece reseñada una fiesta de dicha universidad, “encargada por el Rector y consensuada con el Abad de San Isidro el Real de León.

Real Alcázar de Sevilla

Real Alcázar de Sevilla. Fotografía: Martínezld

La delegación leonesa, como hemos visto en el capítulo anterior, se encuentra en Sevilla en el intento de traer hasta la corte las reliquias de un santo, pero no encuentra lo que busca.

Llegados pues a este impasse, solo la intervención de lo alto podía venir en ayuda de los desplazados y así el Santo Isidoro, en persona, muestra su intención de encontrar reposo definitivo en la capital de este reino cristiano cuya protección se compromete a llevar a cabo por siempre.

El relato de los hechos es, resumidamente, como sigue: el obispo legionense cansado y acaso incluso desmoralizado, propone tres jornadas de ayuno y oración, con el objeto de conseguir la intervención divina. En la última de ellas, y en una especie de duermevela, por tres veces, para estar totalmente seguro de lo que ve y oye, recibirá la visita de Isidoro, que incluso le señala con su báculo, también con tres golpes, el lugar exacto de su enterramiento y de que es voluntad divina que sea su cuerpo el que se lleven a la capital del reino. Ante la insistencia de Alvito sobre una posible señal que venga a convencer a sus compañeros, el Santo le pronostica su propia muerte.

La elección de las reliquias de San Isidoro no se nos antoja, sin embargo, un capricho o una mera contingencia; parece seguro que había algo de premeditado en cuanto a esa decisión y varios argumentos podrían ser esgrimidos. Sin desmerecer, en modo alguno, a la santa virgen Justa que, como dijimos, ya era patrona de Sevilla, no nos parece de entidad suficiente para rivalizar con las reliquias de Santiago, algo que, a no dudar, pretendían también los reyes de León, al edificar esa nueva iglesia, palatina por más señas, y que iba a albergar en su Panteón los restos mortales de la familia real.

mercado medieval valencia de don juan

Fotografía: Martínezld

De otro lado, no convendría olvidar tampoco que Fernando, recuperando el deseo de sus antecesores, es denominado “Emperador de toda Hispania” e intenta conseguir con ello la unidad perdida, algo que recibirá posteriormente la denominación de goticismo. Cabe preguntarse entonces, ¿cuál es el referente más seguro de esa unidad en tiempos de los visigodos? Sin duda, el Doctor de las Españas, el Santo y sabio Isidoro. ¿Qué mejor inyección de moral para un pueblo, para un ejército que, fiado en la protección de tan excelso patrono, se dispone a conseguir la tan anhelada unidad?

Fernando I y Sancha de LeónDe otro lado, la figura y la obra de Isidoro no eran, en absoluto, desconocidas. En todos los monasterios se venían copiando y estudiando sus obras e imitando su ejemplo; y ello no solo en la Península sino en todo el orbe cristiano. Algunos monasterios se regían incluso, no por la Regla de San Benito, sino por las antiguas españolas de San Fructuoso o de San Isidoro. Conocidas y admiradas eran también, en la corte leonesa, la vida del Santo, su actitud ante la misma e incluso ante la propia muerte; así se manifiesta en la penitencia pública del Rey Ramiro II. Y conviene recordar también que muchos de los decretos del Concilio de Coyanza (Valencia de Don Juan), convocado por Fernando y Sancha en el año 1050, son claramente isidorianos; en él se cita reiteradamente el Forum Iudiciorum que se copiaría por la misma época y que, hasta principios del pasado siglo, se conservó en la Colegiata de San Isidoro.

¿Cómo seguir manteniendo, entonces, que la llegada de sus reliquias a la Urbe Regia se debe solo a una serie de casualidades, incluso favorables? Ni siquiera nos parece cierta la afirmación de algunos cronistas de los hechos que recordamos, de que la existencia de su sepulcro se había perdido entre el polvo de la historia. Algunos sospechan que el cuerpo de Isidoro se encontraba en un magnífico sepulcro precisamente en la iglesia de Santa Justa (lo que habría dado origen a la confusión) y entre sus dos hermanos San Leandro y Santa Florentina.

Obispo Lucas de Tuy

Lucas de Tuy (Llamado el Tudense; ?-1249) Cronista y canónigo de San Isidoro de León (1221-1239), obispo de Tuy (1239-1249).

Por el contrario, según Lucas de Tuy en su obra Los Milagros de San Isidoro, señala como posible enterramiento una iglesia dedicada al santo obispo hispalense y que se encontraba en Santiponce, lugar en el que, más tarde, construirá un monasterio Guzmán el Bueno.

Sea como fuere, lo cierto es que ya desde el mismo momento de la apertura de la tumba, comienzan una serie de acontecimientos maravillosos, cuya primera manifestación fue que “del sepulcro comenzó a emanar una especie de rocío fragante, parecido a néctar o bálsamo, que cubrió los cabellos y barbas de los presentes”. Así comienzan a ver los ciegos, hablar los mudos y sanar todo tipo de enfermos. Por el contrario, el santo obispo de León, Alvito, en cuanto se abre la tumba, contrae una grave enfermedad que, tras siete días, y cumplido, también por su parte, el rito de penitencia pública, le lleva a entregar su alma al Padre.

El obispo Ordoño se encarga entonces de dirigir la comitiva; hace envolver las reliquias de San Isidoro en blancos lienzos, las coloca en un arcón de madera de ciprés sobre el cual el rey de Sevilla extiende una cortina de rica seda o quizá su propio manto (que aún se conserva en la arqueta presente en el Museo de la Colegiata del Santo) y, con los dos cuerpos, dispone la vuelta a León.

El camino de vuelta

Parece lógico suponer que el camino de vuelta tendría el mismo recorrido que el utilizado para la ida, la más que conocida Vía de la Plata, aquella que ya los romanos usaron para unir el Norte y el Sur de la Península y que venían recorriendo los ejércitos leoneses en muchas de sus campañas. Sin embargo, aquí también las opiniones son dispares y, por momentos, incluso tan poco lógicas, desde el punto de vista geográfico, que encontramos a la comitiva tan pronto en Coímbra como en Madrid, Ávila o Salamanca. La grandeza de San Isidoro y sus milagros se expanden por doquier de modo que todas las ciudades e incluso los pueblos pugnan por demostrar que por sus tierras pasó, en algún momento, aquella importantísima comitiva.

Los hechos milagrosos que del traslado se nos narran vienen imponiendo una teoría sobre la posible ruta y sería la existencia de topónimos, ermitas e iglesias vinculadas a San Isidoro. Teniendo por seguro que algunas de esas advocaciones o cesiones son posteriores, sí nos parecen dignas de mención y de toda credibilidad otras, como la que le hace detenerse en Salamanca, primera parada de la que se tiene constancia documental, incluso con un milagro que recoge, punto por punto, lo que acontecerá más tarde en León, en concreto en 1158, y que ha dado origen a la ceremonia del Foro u Oferta, conocida como las Cabezadas y que tiene lugar, con toda la pompa que el caso requiere, el último domingo de abril de cada año.

catedral vieja salamanca

Catedral Vieja de Salamanca. Fotografía: Martínezld

El hecho narrado en el momento de la Traslación es el siguiente. La comitiva llega al anochecer a un altozano, próximo al sitio donde ahora se encuentra la Catedral vieja. Al día siguiente, al intentar reanudar la marcha, es imposible mover el arca con las reliquias; se propone la penitencia y la oración y, consultado el rey, que ha venido hasta el Duero a buscar las reliquias, manda construir, a expensas de la Corona, “un templo magnífico” dedicado a San Isidoro. En ese momento las andas se vuelven ligeras y el viaje puede continuar. Este será, corriendo el tiempo, el lugar de una de las parroquias más importantes de Salamanca y además vinculada a su Universidad, entendiendo que este gesto del Santo era una especie de premonición de lo que ocurriría más tarde, en época de Alfonso IX, fundador de esa casa del saber y de la que el Santo Isidoro pretendía significarse como protector.

aulario san isidro

La iglesia de San Isidoro, vulgarmente llamada San Isidro y hoy en día conocida como el Aulario San Isidro, es una de las cinco parroquias fundadas en el barrio de los Francos de la ciudad de Salamanca. Fotografía: USAL

Además de la advocación al Santo Isidoro, tenemos la constancia de que, en un cartulario de la Universidad de Salamanca, con fecha 2 de marzo de 1598, aparece reseñada una fiesta de dicha universidad, “encargada por el Rector y consensuada con el Abad de San Isidro el Real de León” que, según la explicación de la misma y la necesaria implicación de la máxima autoridad académica y del Primicerio, nos da idea de la antigüedad de la misma; puede que date de la misma fundación del Studium Salmantinum.

De Salamanca, la comitiva se desplaza hacia el Duero, lugar tradicional de frontera, donde, según todos los indicios, ya espera la familia real en pleno para hacerse cargo de las santas reliquias durante el resto del camino; las noticias de los milagros ocurridos desde la salida de Sevilla han trascendido a todos los lugares del reino.

Zamora

Allá en tierra leonesa, un rincón se me olvidaba, Zamora tiene por nombre, Zamora la bien cercada, de un lado la cerca el Duero, del otro peña tajada. Fotografía: Martínezld

Sin embargo, aquí la dificultad se nos hace grande a la hora de trazar una ruta fiable; para algunos, el encuentro habría tenido lugar en Zamora, pero para otros habría sido en la ciudad de Toro. La lógica más elemental nos llevaría a imaginar que no se habrían alejado demasiado de la Ruta de la Plata y que seguirían hacia Benavente para pasar luego a Coyança, de tantos recuerdos para la familia real. En efecto, en esta villa, herencia directa de la reina Sancha, la familia real pasaba largas temporadas de descanso y en ella se había celebrado el famosísimo concilio apenas 7 años antes. Parada obligada se nos antoja entonces. Desde Coyança, León distaba apenas 40 Km. y se pudo hacer incluso una larga parada de descanso en los aposentos dispuestos para esas temporadas a las que hemos aludido anteriormente.

castillo valencia de don juan

Fotografía: Martínezld

Desde este lugar hasta el famoso Monasterio de Cellanova habría, también a los efectos de un posible descanso para la, seguramente, cada vez más numerosa comitiva, una corta jornada, unos 22 Km. Y seguimos, también en este caso, utilizando la lógica más primaria.

Otras leyendas nos remiten, sin embargo, a un desvío por la Tierra de Campos que no podemos dejar de considerar. Don Antonio Viñayo cita, al parecer basándose en fuentes antiguas, un determinado pueblo, Villaverde de Rioseco, en el que habría acontecido otro milagro; sin embargo, por más que hemos indagado, dicho pueblo no aparece en ningún nomenclátor moderno ni en pueblos desaparecidos en los últimos siglos. Sí hemos encontrado un Villaverde de Medina, pero el desvío sería aún mayor y en ningún caso hay ni en él ni en sus alrededores una iglesia o una ermita dedicada al Santo ni al Salvador de lo que hace mención el sabio Abad de la Colegiata. Sí hemos encontrado, sin embargo, un Villaverde, con iglesia al Salvador, pero al noroeste de Benavente.

san isidoro Ayuntamiento de Villafrechós

Fotografía: Ayuntamiento de Villafrechós

En favor de este otro camino alternativo podemos señalar, sin embargo, una curiosa tradición que, al parecer se remonta a los hechos que relatamos y que se mantiene en dos pueblos de Campos, Villafrechos y Pozuelo de la Orden (de Santiago): 15 días después de Jueves Santo tiene lugar el denominado Voto de la Villa en recuerdo del paso del cuerpo de San Isidoro puesto que, a una invocación de los vecinos de estos pueblos, la lluvia vino a bendecir sus campos, resecos desde hacía demasiado tiempo.

A pesar de estar situados uno de otro a unos 15 Km, los vecinos de ambos se reúnen, de forma alternativa en cada uno de ellos y celebran esta fiesta conjuntamente. Además de ello, San Isidoro es también el patrono de Villafrechos y en la ermita de Santa Ana de Pozuelo de la Orden, existe, además de una pintura de San Isidoro y una imagen del mismo.

sahagún

Monasterio de San Facundo y San Primitivo. Sahagún Fotografía: Martínezld

Cabe, entonces, y si nos atenemos a esta versión, que las reliquias hayan hecho un desvío por el Santuario de Domnos Sanctos o Monasterio de San Facundo y San Primitivo, que se convertirá en la próspera Sahagún, especialmente en la época del sucesor, Alfonso VI y tras la cesión de este monasterio reedificado por Alfonso III, a los monjes llegados de Cluny.

Quizá se pretendiera también, con este desvío de las santas reliquias, encontrar y bendecir el Camino Francés a Santiago que comenzaba a ser muy frecuentado en esa época y que lo será aún más con el gran Alfonso VI, el sucesor.

No descartaremos entonces esta posible ruta puesto que, en lo alto del Portillo que domina la ciudad por el Sur-Este, existió, según testimonian algunos escritos, una cruz que marcaba precisamente el lugar de reposo de los santos cuerpos antes de su entrada en León.

Ya los tenemos pues a las puertas de la urbe regia y, como hemos apuntado anteriormente, es muy posible que pasaran la noche en el monasterio de San Claudio a la espera de la gran fiesta de la entronización en León.

san isidoro

Fotografía: Martínezd

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De acuerdo con algunas versiones, San Isidoro pasaría su primera noche en León en la vieja catedral románica donde sería enterrado el Obispo Alvito; desde allí y en solemne comitiva, una vez bendecido el templo anteriormente denominado de San Juan y San Pelayo, sería trasladado a esa su casa definitiva, donde sirve de escabel al Señor Sacramentado, expuesto permanentemente por privilegio inmemorial, en concreto, el día 22 de diciembre del citado año de 1063.

Allí no solo seguirá ampliándose a lo largo de los siglos una iglesia magnífica y una colegiata que albergará a los canónigos regulares que se ocuparán de ella, sino que surgirá un famosísimo Scriptoriun del que saldrán documentos únicos. Alrededor de esta singular Basílica Colegiata, Iglesia palatina y Panteón Real se desarrollarán las artes menores hasta límites nunca alcanzados hasta entonces, en la Hispania cristiana.

cofradía milagroso pendón de san isidoro de León

Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro de León.

De otro lado, tanto los reyes del momento como sus descendientes o las grandes familias de la corte rivalizarán en la entrega de obsequios que compondrán un verdadero tesoro y de cuya magnificencia aún nos quedan muestras muy significativas en lo poco que la rapiña de invasores extranjeros o incluso de museos nacionales nos permite disfrutar en su lugar de origen. Como ejemplo, recordemos el Cáliz de Doña Urraca, del que se especula pudiera muy bien ser el de la última cena de Cristo.

Esto es lo que se celebra, en el domingo más próximo al 21 de diciembre en la Basílica del Santo Isidoro; fiesta que sirve, por otro lado, para la imposición del hábito a los nuevos caballeros y damas que han solicitado su entrada en la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro.

 

  • Textos: Hermenegildo López
  • Fotografías: Martínezld

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