Héctor Carabías y su ayudante Driss Igazi, del Restaurante Oroviejo con su tapa “Canelón del Tormes” representó a la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca. Una tapa inspirada en el río Tormes.

Canelón del Tormes. Fotografía: Martínezld
Hostelería de España ha celebrado en el marco de Madrid Fusión y con el respaldo de Alimentos de España, Mahou San Miguel, Makro y 1001 Sabores Región de Murcia, el III Campeonato oficial Hostelería de España – Tapas y Pinchos en Madrid Fusión.

Héctor Carabias y su ‘Canelón del Tormes’. Fotografía: Martínezld
Treinta y cuatro establecimientos hosteleros participaron en el I ‘Campeonato oficial Hostelería de España – Tapas y Pinchos’’ en representación de 34 asociaciones y federaciones provinciales de hostelería, en el que rivalizaron por ganar el premio a la ‘Mejor Tapa/Pincho’.
Héctor Carabías y su ayudante Driss Igazi, del Restaurante Oroviejo con su tapa “Canelón del Tormes” representaron a la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca siendo uno de los 6 cocineros que pasaron a la fase finales.
Inspirados en el río Tormes, estos profesionales han creado una tapa que representa a todos los salmantinos: el ‘Canelón del Tormes’.
La calificación de los platos por parte del jurado se basaba en criterios de adecuación del plato al formato de la tapa o pincho, sabor y textura, originalidad, presentación, usabilidad para el establecimiento hostelero, uso de producto autóctono o tradicional y sugerencia de maridaje.
Cada concursante contaba con 30 minutos para la elaboración íntegra y el emplatado de la tapa o pincho, que podía ser de cocción tanto fría como caliente.
La tapa ‘Canelón del Tormes’
Es una tapa de 2 bocados que quiere trasmitir el sabor del río Tormes. Su ingrediente principal es la trucha fresca del Tormes, cuidadosamente preparada y envuelta en un canelón, que concentra toda la esencia del río. Le acompaña una salsa ponzu y un aceite de humo, que aportan un equilibrio perfecto entre notas cítricas y ahumadas. ¡Toda una sorpresa para el paladar! Lo completamos con unos berros que añaden frescura a este bocado y el toque crujiente lo conseguimos con la piel de la misma trucha.
Todo ello presentado sobre una simulación del hábitat del ingrediente principal, el río Tormes; porque comer esta tapa no es solo saborearla, es vivir una experiencia, la experiencia de Oroviejo.